Habrá lucha en la vanguardia

Cuenta Pública
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Con un grupo de amigos, todos en los sesenta, fuimos a Buenos Aires con la idea de recorrer la ciudad en bicicleta, lo que las fuerzas y las distancias permitieran. Gran experiencia. Más allá de la indudable crisis económica y del riesgo que producto de ella vuelva el populismo Kichnerista, la ciudad mantiene su luminosidad cultural, estética. Una cartera teatral generosa, de las que vi recomiendo el monólogo "Un judío común y corriente", notable, en un coqueto teatro en el Palermo profundo.

Un cambio generoso permite comprar buenos libros a mitad de precio en calle Corrientes, que derivó en un paseo peatonal , que la hace aún más atractiva.

En la ruta cicletera pasamos por las afueras del Hipódromo de Palermo un día de carreras -de buena ganas me hubiera quedado- y en esos instantes al relator se le escuchaba fuerte y claro: "Habrá lucha en la vanguardia". Los hípicos interpretamos esa frase como aquella cuando el locutor, tomando un riesgo, a todavía muchos metros del disco de llegada, anuncia una lucha estrecha para determinar el ganador. Normalmente aciertan y la definición es fotográfica.

Inspirado en la frase aludida, tomo un riesgo, faltando muchos metros para la próxima carrera presidencial, es posible adelantar que "habrá lucha en la vanguardia".

Ya se empieza a perfilar que a la tierra derecha, larga por cierto, entrarán con opción cuatro cartas. La del Frente Amplio, quizás quien más definido tiene su conducción; la de continuidad del actual gobierno, donde el alcalde de Las Condes parece tener un ventaja medible; la del Kast mayor, que intenta partido y un discurso que en otros lares ha derivado en triunfo o en partidos divisores de la derecha tradicional.

Dejo para el final la que con gusto alentaría, la de centro-centroizquierda, que si bien aún está lejos de definir jineta o jinete, sería inentendible terminara sin participar. Por cierto aún falta mucho, pero los hechos políticos parecen indicar que las cuatro fuerzas competirán dándole a este torneo una novedad. Desde la recuperación de la democracia nos hemos debatido en disputas de dos con opciones, hasta tres en las últimas presidenciales. Como es costumbre habrá otros -según recuerdo, casi llegamos a 10 en una oportunidad-, pero más bien de relleno.

No se ve mal que luego de primarias lleguen a la primera vuelta opciones claras que reflejen visiones de sociedad bien perfiladas, que no sean acomodos de mantención o recuperación de poder. El buen gobierno, el emprendimiento de reformas, el crecimiento, el mejorar la vida de los que lo pasan mal, de por sí tarea completa y cada vez más compleja, requiere de claridades que se construyen en los tiempos previos a las campañas. Si se ocultan siempre terminan aflorando en el peor momento, cuando se ejerce el poder; algo de eso ha pasado en los últimos dos gobiernos. Habrá lucha en la vanguardia y puede ser para mejor.

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