Cartas al Director

Izquierdas incómodas, derechas temerarias

Dragomir Yankovic/Aton Chile DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE

SEÑOR DIRECTOR:

La inscripción de las candidaturas parlamentarias y presidenciales, así como la presentación de sus ejes programáticos ante el Servel, permiten perfilar los principales desafíos de quienes buscan suceder a Gabriel Boric en la primera magistratura de la nación.

En el caso del oficialismo, es cada vez más visible la severa dificultad que supone encarnar un proyecto de continuidad para las izquierdas. No es azaroso que la exministra Jara deba desdecirse desde la nacionalización de los minerales hasta el aborto libre. Desde luego, su desempeño posterior a las primarias no ha cumplido las expectativas (desmedidas) que despertó su triunfo en esa instancia; pero el dilema fundamental aquí no es personal, sino político.

En efecto, ocurre que las grandes mayorías anhelan orden, seguridad, crecimiento económico y empleo; y ningún artilugio retórico logrará borrar tan pronto de la memoria de los chilenos todo lo que el PC y las izquierdas —salvo muy contadas excepciones— hicieron y dijeron desde el 18 de octubre de 2019. No se trata de mera “arqueología tuitera”, sino de un problema de prioridades y credibilidad que el propio oficialismo alimenta con sus zigzagueos permanentes. Si alguien tiene dudas al respecto, las candidaturas de Daniel Jadue y Elisa Loncon —entre otras— ayudan a despejarlas con rapidez.

En cuanto a la oposición, sus dificultades son de otra índole. El ejemplo paradigmático ha sido la insuficiente articulación de sus listas parlamentarias. El fenómeno confirma que, al menos en lo inmediato, el mayor adversario que enfrentan las derechas es su propia descoordinación, derivada en gran medida de la persistente tendencia a la disputa facciosa que suele nublar a sus cuadros dirigentes.

Naturalmente, ninguna de estas consideraciones impide reconocer la primera opción de que gozan las derechas para llegar a La Moneda. Pero el cuadro descrito sí revela la poca conciencia que padecen muchos de sus líderes sobre cuán complejo es gobernar Chile hoy —un país sumido en múltiples crisis—, así como cuán histórica es la oportunidad política que la oposición tiene por delante. Más allá de sus legítimas diferencias, los Republicanos y Chile Vamos se necesitan recíprocamente, y mientras no lo acepten serán incapaces de aprovechar el favorable e inédito escenario que —vaya paradoja— les abrió el gobierno de la nueva izquierda.

Claudio Alvarado Rojas

Director ejecutivo del IES

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