Opinión

La causa es mapuche; el conflicto, del Estado

Hector Andrade

Por Claudia Unicahuin, vicepresidenta de Pueblos Originarios de Renovación Nacional

Todos los días escuchamos que el “conflicto mapuche” cobró una nueva víctima, cosa que nos ofende y estigmatiza, creando aún más violencia. No existe tal conflicto, pues los mapuche tenemos una “causa”, y muy justa por lo demás; y no solo el mapuche, sino todos los pueblos originarios.

Esa causa, por supuesto, en ningún caso significa atentados, quema, amenazas o muerte, pues, finalmente, las víctimas de estos mismos actos son también mapuche. Hace unos días le quemaron 60 hectáreas de trigo al lagmnen Miguel Valenzuela; y el trabajador forestal que fue baleado…, también mapuche. La CAM no hace distinción en sus actos y es más el mapuche que no quiere seguir su ideología o sus “actos reivindicatorios”, o que no quiere entregar parte de su cosecha, el que paga las consecuencias.

En noviembre pasado se realizó una consulta ciudadana en la Región de La Araucanía. Si analizamos sus resultados, las comunas donde más actos de terrorismo ha habido, como Carahue, Ercilla o Collipulli, fueron las que reportaron un mayor porcentaje de acuerdo con mantener el estado de emergencia (entre 79% y 93%). Algunos han querido instaurar que el estado de emergencia es contra el pueblo mapuche; y no, no es así. Esta condición constitucional es para devolver el estado de derecho perdido a la zona. Ahí está el conflicto (no la “causa”) que debe resolver el Estado, y es contra la delincuencia.

He tenido el privilegio de conversar con longkos, machis y hermanos mapuche, y todos temen por su vida y las de sus familias. La invitación es, entonces, a ponerse en el lugar de los habitantes de La Araucanía: ¿Podría usted dormir por turnos? ¿No poder salir de sus casas por temor a ser asesinados? ¿Cree usted que se merecen esa vida nuestros compatriotas? ¿Llamaría usted a eso vida?

Creo que es momento ya de comenzar a distinguir entre quienes persiguen una causa justa y el terrorismo disfrazado de causa. El mapuche tiene una forma de vida, el küme mongen (buen vivir), que abarca la idea de aprender a compartir en paz, con sabiduría, de resolver los problemas, valorar la biodiversidad, de vivir en equilibrio. Absolutamente el opuesto a la violencia que proviene del narcotráfico, el robo de madera y el crimen organizado.

Eso es lo que se busca cuando se pide extender el estado de emergencia en el Congreso: aumentar la dotación de policías o recursos para una persecución criminal efectiva por parte de la Fiscalía y que se esclarezcan los hechos; porque el terrorismo duele, pero más duele la impunidad.

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