La columna de Guarello: Hacerla corta



Incertidumbre, plazos que se acortan, programaciones que se comprimen, obligaciones comerciales… el universo del fútbol profesional tiene que resolver una infinidad de problemas derivados del receso mundial por el Covid-19. Y las soluciones no pueden ser chutar los partidos para adelante, apretarlos en un calendario y que la suerte nos acompañe.

Entre los cambios posibles hay uno de cajón, las eliminatorias sudamericanas, impulsado por la FIFA antes que la Conmebol, que le daría mucho margen de maniobra a nuestro continente. Sobre todo a los seleccionados que juegan en Europa, quienes, durante tres años, deben afrontar una serie de partidos eterna, sin homogeneidad de rendimiento, donde, la mayoría de las veces, se empieza jugado de una manera y se termina de otra muy distinta, con infinidad de cambios en las bancas y en la cancha.

Este invento de Julio Grondona de jugar todos contra todos por espacio de tres años habrá sido un gran negocio, pero terminaba convirtiéndose en un monstruo, donde los jugadores eran peloteados de un continente a otro y la competencia se desvirtuaba en las últimas fechas, con equipos eliminados o clasificados hace rato que dejaban de competir y muchas veces se vendían al mejor postor, o partidos directamente arreglados de antemano porque tal o cual resultado convenía. Terminaban todos reventados.

La propuesta que se maneja es de toda lógica: dos grupos de cinco equipos, los dos primeros clasifican directamente al Mundial y los terceros juegan entre ellos por el cupo del repechaje. Hay que andar muy mal para en un grupo de cinco equipos no llegar a la última fecha peleando, al menos, un tercer puesto. Con esto bajaría mucho la posibilidad de los partidos dudosos y los empates a velocidad de entrenamiento. Además, se jugaría el año anterior al Mundial, en un plazo de pocos meses, lo que no alteraría tanto los calendarios de los clubes y las competencias continentales como la Libertadores. Ocho partidos, cuatro de local y cuatro de visita, y a otra cosa. Y los grupos se ordenarían por Ránking FIFA.

Con los números de esta semana, agárrense los pantalones, tendríamos un Grupo A compuesto por Brasil, Argentina, Chile, Venezuela y Ecuador; el B por Uruguay, Colombia, Perú, Paraguay y Bolivia. ¿Se ve desequilibrado? Entonces se hace un sorteo, usando el mismo Ránking FIFA como base, con cabezas de serie (Brasil y Uruguay), fuertes (Argentina y Colombia), medios (Chile y Perú), menos fuertes (Venezuela y Paraguay) y débiles (Ecuador y Bolivia). Y con esto, evitamos todas las suspicacias.

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