SEÑOR DIRECTOR:
Se dan a conocer irregularidades en la Municipalidad de Las Condes todas las semanas. Y esto es una evidente señal de que estamos frente a un sistema de administración donde está arraigada y normalizada la corrupción.
Y es que $430 mil millones de presupuesto anual no es un monto menor para mantener a un partido político interesado. Directores ganan más que el Presidente de la República e inventan horas extras incluso estando de vacaciones; para realizar un Cesfam se paga $852 millones por una casa que un mes antes se vendió en $422 millones, pero hasta el día de hoy nadie sabe dónde verdaderamente están esos $430 millones restantes; se hacen permanentemente tratos directos sin justificación; el director de compras de la Municipalidad recibe $108 millones en sus cuentas personales y compra muebles para su casa a nombre del centro cultural; y las Corporaciones Municipales y la Unión Comunal insisten en no transparentar los gastos cuando la mayoría de sus ingresos son recursos públicos. Y suma y sigue.
Frente a cada caso nuevo que aparece, la alcaldesa insiste en sumarios y en la idea del “caiga quien caiga” pero lo cierto es que nunca pasa nada. Al día siguiente todo continúa igual. Hay un total descontrol interno. Lo cierto es que las irregularidades se arrastran hace años y la mayoría vienen de la administración de Joaquín Lavín. Pero lo verdaderamente cierto es que la UDI gobierna el municipio de Las Condes hace más de 30 años y esa falta de alternancia política ha permitido que generen un mecanismo de corrupción con total impunidad.
Isidora Alcalde Egaña
Concejala de Las Condes
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