Lo primero y las primarias



Por Paulina Vodanovic, presidenta de Horizonte Ciudadano

Con un gobierno en salida, sin capacidad de conducción política, los ojos se posan sobre quienes aspiran a ser una alternativa. En la derecha, la disputa es fácil de seguir, en función de los intereses del bipartidismo de facto que Evópoli no fue capaz de impugnar: entre el candidato UDI y el que defina RN habrá un liderazgo que ordenará al sector para no soltar la Presidencia de la República.

En la oposición, una danza de nombres y, en paralelo, sesudas discusiones sobre el mejor formato de primaria. Si sumamos las candidaturas de la oposición de izquierda y centro-izquierda llegamos a 27,5 puntos, según la última encuesta Pulso Ciudadano y 26% en el caso de Criteria.

Una cifra, que sin ser dramática a estas alturas de la presidencial, confirma que no hay una demanda contundente de alternancia. Cuando más se siente el peso de la pandemia en el estado de ánimo ciudadano, parece fútil pedir un voto de confianza con una larga lista de participantes centrados en una discusión de procedimientos: las condiciones de las primarias.

Mientras nuestros y nuestras compatriotas intentan superar el dolor, el cansancio y la incertidumbre, además de la crisis económica, discusiones procedimentales que no interesan ni al militante más entusiasta no son la vía para conectarse con ellos.

Tenemos fecha para las primarias presidenciales: el 18 de julio. Habrá un marco ecuánime, garantizado por el Servel, para conversar sobre Chile, con Chile. ¿Cuál es el error? Confundir las prioridades de aquí a esa fecha. Hoy las tareas son otras.

Primero, unirnos como sector y atender las necesidades urgentes e impostergables; en términos de acuerdos, para contener la pandemia y de alternativas efectivas para ir en respuesta de las necesidades materiales. Esta es la primera prueba para recuperar la credibilidad del electorado, uniendo discursos y soluciones políticas: Renta Básica Universal y justicia en el pago de impuestos para enfrentar los costos sociales del Covid-19 son esfuerzos que deben hacer converger nuestras voluntades.

Segundo, crear las condiciones para que el camino presidencial sea una construcción franca sobre lo que tiene apoyo transversal.

Hay consenso sobre la necesidad de que el próximo gobierno lidere un conjunto de reformas. Definamos lo que somos partiendo por allí: una reforma tributaria que sustente la protección social; un seguro único de salud, que combine eficiencia –territorial y sanitaria– y solidaridad; una reforma policial de fondo, que instale una relación eficiente y de confianza con la población. Transformar el sistema previsional y hacer una transición ecológica en serio, avanzar en dignidad para todos y todas. De paso, habremos probado que podemos ser una alternativa real, con un gobierno moderno y humano.

Recién ahí será pertinente concentrarse en las características de las primarias del sector.

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