Opinión

Lo que el dinero puede enseñar

El Banco Central presenta la nueva moneda de $ 100

La Casa de Moneda de Santiago ha confirmado que emitirá una moneda de cien pesos con un nuevo sello, reemplazando, por un año, a la señora mapuche por un diseño cordillerano –cóndor incluido- alusivo a los cien años de nuestro Banco Central. El ave de nuestro escudo nacional, símbolo también de la entidad que resguarda el valor de nuestro dinero, vuelve así en solitario a nuestras monedas, en las que figuró de manera casi ininterrumpida –salvo por un lapso entre 1942 y 1956- desde 1837 hasta 1979. Esta nueva moneda no será una rareza, pues se acuñarán casi 10 millones de unidades, pero sí una novedad, especialmente considerando que la última emisión conmemorativa del Banco Central ocurrió en 1993, hace más de 30 años.

Como bien destacó el profesor y coleccionista Bruno Rodríguez Carapelle en su columna “La nueva moneda de $100: un hito numismático para Chile”, aparecida en este mismo medio, este evento ha sido largamente esperado por las distintas comunidades de coleccionistas de monedas chilenas, quienes esperan que ojalá sea un primer paso en una nueva etapa del monetario nacional, en la cual las emisiones especiales sean la regla y no la excepción, tal como ocurre en países como Estados Unidos, Francia o el Reino Unido.

Estas comunidades de aficionados a la numismática han experimentado un continuo crecimiento durante los últimos 20 años, además de una notable democratización. El tradicional Persa Biobío cuenta ahora con un galpón completo dedicado al coleccionismo, al tiempo que este 2025 la Asociación Numismática de Chile celebró sus 40 años con más miembros que nunca en su historia. A esto se suma el florecimiento de una literatura especializada cada vez más profesional.

Parte de este nuevo coleccionismo ha sido generado por el interés en la inversión en metales preciosos, que se ha masificado durante los últimos turbulentos años. Tendencia que la Casa de Moneda y el Banco Central también ha dado tímidos pasos en aprovechar con muy exitosas incursiones (tanto la onza de oro “Chilean Condor” del 2014 como los minilingotes del mismo metal puestos a la venta este año se agotaron rápidamente).

Pero hay una dimensión que excede el plano de la afición y de la inversión, que es muy importante: el dinero sirve, hoy y desde su aparición, un importante rol pedagógico. Ha sido utilizado por las unidades políticas que lo emiten como un signo de soberanía y de unidad, así como una plataforma para desplegar y rememorar los hitos y personajes constitutivos de la identidad compartida. Este rol, que Bruno Rodríguez también destaca, tiene un potencial todavía muy poco explorado en nuestro país, donde la educación pasa por momentos sumamente difíciles.

Desde hace un par de años he venido trabajando en la Universidad Católica junto a Catalina Balmaceda y Esperanza Vilches, en colaboración con el excelente equipo de Archivos y Bibliotecas, en montar el primer gabinete numismático clásico alojado en una universidad en Latinoamérica. Esto es, una colección de monedas griegas, romanas y bizantinas, además de una biblioteca afín. Y ahora, gracias a generosas donaciones, hemos dado el paso complementario hacia una colección moderna, que incluirá, además, medallas, billetes y estampillas. Al ser un gabinete de investigación y no un museo, está pensado para que investigadores y estudiantes interactúen directamente con las piezas, lo que ha dado frutos inesperados: hemos visto a jóvenes en general apáticos y sumergidos en sus celulares, verse de pronto estimulados por los colores, los diseños, los materiales y las historias contenidas en estos objetos. Lo material y concreto, en una época virtual y abstracta, logra captar la atención y abrir una puerta para la instrucción y el aprendizaje.

Leer a Tucídides sosteniendo una moneda ática dominada por el búho de Atenas es otra cosa. Estudiar las proezas de Alejandro Magno con su imagen fundida con la de Hércules en un tetradracma heleno impresiona. Sostener una pequeña moneda emitida en Judea por el gobernador Poncio Pilatos conmueve incluso a los no cristianos. Y lo mismo ocurre con emisiones modernas de gran peso histórico. La historia y sus símbolos quedan, literalmente, al alcance de la mano.

Más sobre:Banco CentralCasa de monedaMoneda de 100 pesosNumismáticacoleccionistas

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Piensa sin límites. Accede a todo el contenido

Nuevo Plan digital $990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE