Opinión

Más ajuste que cambio de gabinete

piñeras

Mucho menos de lo esperado resulto el ajuste ministerial con que La Moneda busco descomprimir el clima de opinión pública instalado en relación con la actual crisis de conducción política que afecta al gobierno y que tiene que ver con el rendimiento social de las decisiones que estarían a la base del déficit de eficacia gubernamental de la actual administración.

Primero fue en durante el mes de marzo, al cumplirse un año de gobierno y, después de la crisis del caso Catrillnaca que se instaló entre los actores políticos del oficialismo, opinión, elites, medios y especialmente en redes sociales la idea acerca de la necesidad de un cambio de gabinete. Luego este clima se trasladó para antes de la entrega de la Cuenta Pública. Después de esta, las especulaciones y rumorología han afectado de manera evidente la acción del gobierno llevando en los últimos días a una virtual parálisis gubernamental por la expectativa del cambio.

Es necesario precisar el carácter de esta última decisión presidencial. Un cambio de gabinete propiamente tal se podía concretar solo en la medida que se hubiesen hecho modificaciones significativas en las áreas política y económica. Cambios en este orden podrían haber dado cuenta de la voluntad de una reorientacióestratégica para el proyecto de gobierno.

Sin embargo se optó por algo distinto. Solo un ajuste sectorial que no alterara en los hechos el diseño gubernamental de Apoquindo 3000 con el que Piñera volvió a La Moneda en 2018.

¿Cuáles son las razones por las qué se impuso este diseño? Dos rasgos podrían explicar esta decisión. Se trata del regreso del presidente a un estilo marcado por el hiperliderazgo y por el encastillamiento presidencial resultado de una creciente ceguera situacional.

El hiperliderazgo apela a un tipo de forma de ejercer el poder político. Desde esta perspectiva serie el personalismo del presidente un rasgo que comienza acentuarse. Piñera no parece orientar su acción de gobierno de acuerdo a un relato o programa. Prefiere gestionar la complejidad del momento moviéndose en función de eventos, del activismo del corto plazo Esta siempre sobre todos los temas, agotando a sus equipos y forzándolos a una urgencia decisionista.

En paralelo el presiente está viéndose afectado por una suerte de encastillamiento presidencial. Este es resultado de la ceguera situacional. Esta corresponde al halo de obscuridad o sombra que se presenta en relación con la posición que se ocupa respecto de un objeto observado. Si se tiene una posición cerrada, reducida y unidimensional, el haz de sombra resultara más amplio.

Cuando el dirigente tiene una ceguera situacional muy amplia es porque observa desde una posición restringida.

El resultado es un encuadre reducido ya que no involucra otras visiones. El presidente escucha solo pocas voces y se rodea de los mismos.

De esta forma estas dos características estarían a la base de la decisión sobre el ajuste que se dio a conocer ayer.

El presidente perdió la oportunidad de usar el instrumento cambio de gabinete como un eje ordenador estratégico. Este término siendo tardío y se leerá como el resultado del clima de opinión pública instalado y el resultado de un creciente proceso de hiperliderazgo y ceguera situacional que estaría afectando a la actual administración Piñera.

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