Muros de la Constitución



SEÑOR DIRECTOR:

Para favorecer la opción Apruebo en el próximo plebiscito, una reiterada estrategia es sostener el falaz argumento de que con la actual Constitución no se han podido realizar los cambios que la ciudadanía demanda.

Sobra decir los grandes avances que Chile tuvo en lo político, económico y social, desde el retorno a la democracia, para desmentir dicha tesis.

El propio vicepresidente de la Convención Constitucional, Gaspar Domínguez, cae en ese juego al hablar de los “muros” de la Constitución vigente y para ello cita dos malos ejemplos. Primero, que no se pudo realizar la reforma de la salud en el gobierno del Presidente Lagos. No es así. El exmandatario exhibe siempre con explicable orgullo “su” reforma, cuyo corazón fue la Ley Auge que, dicho sea de paso, “tuvo la tenaz oposición de la izquierda”, en palabras de su autor intelectual, el Dr. Hernán Sandoval. Segundo, que no hubo reforma laboral en el último gobierno de la Presidenta Bachelet. Tampoco es cierto. Se aprobaron 39 leyes, 25 en materia de relaciones laborales y 14 en remuneraciones y seguridad social, siendo la más relevante la prohibición del reemplazo interno y externo de trabajadores durante la huelga. Sí, se declaró inadmisible por el Tribunal Constitucional -en horabuena- el proyecto de eliminar los grupos negociadores y entregar al sindicato la titularidad para encabezar la negociación colectiva. Esto se reinstala en la propuesta constitucional, donde no solo los sindicatos adquieren el monopolio para negociar, sino, más grave aún, se plantea un modelo de huelga a cualquier evento, incluso por motivos políticos, que excede los estándares que la OIT ha definido como razonables. Toda una desmesura que tensionará las relaciones laborales.

Carlos Williamson

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