No olvidemos el diálogo



SEÑOR DIRECTOR:

“No nos olvidemos entonces que, si no logramos sentarnos al menos para escucharnos, ¿cómo vamos a entender lo que le ocurre al otro? ¿Cómo vamos a entender en qué está el otro, cuáles son sus angustias, cuáles son sus anhelos, sus heridas, etcétera?”. Estas palabras, que transmitiera el fallecido monseñor Héctor Vargas al directorio de esta fundación, hoy hacen más sentido que nunca para la zona sur de nuestro país.

En días donde solo escuchamos hablar de violencia, ataques, sufrimiento y terrorismo, la palabra diálogo parece estar abandonada. Porque si bien no cabe duda de que las FF.AA. y las policías, junto con los tribunales de justicia, deben perseguir a los responsables de los repudiables actos que vemos en La Araucanía, la solución al conflicto intercultural que se vive y se arrastra por décadas solo se obtendrá por medio del diálogo.

Por lo demás, los más graves y violentos conflictos que se han dado en distintos tiempos y lugares del planeta se han resuelto de mejor o peor forma siempre a través del diálogo. Es precisamente por medio de este que se posibilita el cese a la violencia temporal y definitiva, junto con el acuerdo de compromisos y acciones.

Afortunadamente, el trabajo de la Fundación Nansen y de las universidades de la región para la promoción del diálogo continúa con mucho éxito. Y esperamos que la propuesta del Presidente Boric de crear una comisión de paz y entendimiento para resolver los problemas de tierras se concrete en el más breve plazo.

Estamos convencidos de que solo a través del diálogo, y actuando en respeto y en la búsqueda de entendimiento, podremos algún día en La Araucanía vivir entre hermanos.

Rosemarie Junge Raby

Presidente Fundación Aitue

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