Políticas públicas y subjetividades ciudadanas



Por Matías Chaparro, gerente general de Criteria

El éxito de una reforma o de una nueva política pública está determinado en gran medida por los niveles de legitimidad social que alcance. Esta legitimidad depende de la comprensión de sus objetivos y mecánica de funcionamiento, pero principalmente depende de la sintonía que tenga con los valores que la población considera relevantes. Es decir, con los valores que las personas utilizan para definir quiénes son frente a otros y frente a sí mismas.

Un cálculo exacto de rentabilidad social, una identificación acertada de segmentos demográficos beneficiarios, una revisión exhaustiva de aplicaciones en otros países, incluso un acuerdo amplio del mundo político y una evaluación positiva de especialistas no aseguran la aceptación de una nueva política pública si las subjetividades ciudadanas no son consideradas.

Las resistencias frente a los cambios llevados adelante en materia de educación básica y media en el marco de la última reforma educacional muestran el costo que tiene implementar políticas públicas que no toman suficientemente en cuenta subjetividades presentes en la ciudadanía. Iniciativas con beneficios como la eliminación del copago en los colegios particulares subvencionados fueron leídas por parte de la población como una señal en contra de valores que les resultaban fundamentales.

Muchos apoderados experimentaron la reforma educacional como un impedimento al aporte económico que hacían a la educación de sus hijos y que a su juicio les daba acceso a un diferencial de calidad percibido como relevante. Esta experiencia no considerada finalmente tuvo impactos negativos no sólo en la evaluación ciudadana del copago como política pública específica, sino que en otras políticas públicas asociadas. El nuevo sistema de admisión escolar, por ejemplo, ha tenido que recorrer un camino difícil para ser aceptado. Y esto sucede incluso a pesar de su evidente aporte al ordenamiento de una realidad antes caótica (recordemos las filas de apoderados pasando la noche frente a colegios para obtener un cupo para sus hijos).

Hoy, el diseño de una reforma previsional enfrenta también el desafío de ser sensible a las subjetividades ciudadanas. En este caso, la demanda por mejores pensiones y más justicia convive con la valoración que la población tiene del esfuerzo individual.

Sabemos que no logrará adhesión en la población un diseño que no dibuje un horizonte de incremento en el monto de las pensiones y que no muestre una inyección de equidad al sistema, sobre todo en materia de género. Pero también sabemos que esta adhesión no se logrará si no toma en consideración la importancia que las personas le asignan al ahorro como expresión de su trabajo a lo largo de los años. Se trata de un concepto de propiedad que una reforma previsional tiene que considerar si quiere lograr legitimidad social.

Pero diseñar políticas públicas siendo sensible a las subjetividades ciudadanas no es fácil y exige una disposición especial. Primero que nada, es fundamental conocerlas, lo que implica en general esfuerzos de indagación adicionales. Y, una vez conocidas, hay que evitar juicios sobre ellas, en particular sobre los valores que le dan forma.

En lo que respecta al tema previsional, el valor asignado al ahorro puede ser interpretado como el síntoma de una cultura individualista y, por lo tanto, ser enjuiciado negativamente. Esto se agrava aún más si esta cultura individualista se ve como un producto de la dictadura o como la expresión de un capitalismo extremo. Si bien estas miradas sobre el valor del esfuerzo individual pueden ser válidas, el problema es que no reconocen el modo en que se vivencia este valor. Es decir, no son sensibles a las personas para las cuales el valor del ahorro individual es parte constitutiva de su identidad.

La implementación de diálogos como insumo para la reforma previsional que presentará el gobierno es una buena señal. Si estos diálogos fueron en alguna medida sensibles a las visiones ciudadanas, valores como el esfuerzo y el ahorro individual debieran haber sido considerados

En el marco de www.TeEscuchamosAFondo.cl (una iniciativa del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, Criteria, AFP PlanVital y Provida AFP) generamos también espacios para la expresión ciudadana. Nuestro objetivo es entender en profundidad el significado que las personas le dan al valor del ahorro individual, pero también conocer las opiniones que existen sobre el sistema de pensiones en su conjunto, es decir, sobre el rol de los actores clave que definen su funcionamiento: los empleadores, el Estado, los políticos, los trabajadores y las mismas AFP. Todo esto con el objetivo de proponer mejoras al sistema ancladas en las vivencias subjetivas de las personas.

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