Preámbulo constitucional y disputa conceptual



SEÑOR DIRECTOR:

Para el preámbulo de la nueva Carta Fundamental, la Convención constitucional optó por una fórmula minimalista, que dejó fuera algunos aspectos que podrían parecer más polémicos.

Entre ellos, podemos destacar la eliminación de las referencias “a los dolores del pasado”; otra al 18 de octubre de 2019 –que dio origen al proceso–, que aparece bajo la denominación de “estallido social”, así como las menciones a “la fuerza de la juventud”, frase restrictiva y excluyente. Incluso desaparecieron otras reflexiones sobre la historia nacional, de más largo alcance y que estuvieron en la discusión en algún momento, que contrastaban las limitaciones históricas del país con los éxitos de la actual generación y la redacción del proyecto. Curiosamente, fue eliminada la alusión al “poder constituyente”, olvidando incluso la concepción de “poder constituyente originario” reclamado en el comienzo por sectores de la Convención.

Con todo, la redacción escogida sigue teniendo algunas complejidades: “Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución, acordada en un proceso participativo, paritario y democrático”. Quizá lo más notorio es la insistencia en la plurinacionalidad –tema inédito en la historia constitucional chilena–, al hablar de la conformación de un país con “diversas naciones”. Se trata de una afirmación discutible conceptualmente y cuyas consecuencias prácticas seguirán abiertas por largo tiempo. El Estado y la nación actuales de Chile, pasan a ser el Estado y las naciones, lo que más adelante podría abrir discusiones políticas, conceptuales y jurídicas sobre los derechos de cada uno.

El siglo XIX, particularmente la época de la Independencia, fue prolífico en constituciones y en una lucha política que incluía el sentido y significado de los conceptos fundamentales de la vida en sociedad. Con seguridad, el proceso constituyente –ciertamente dependiendo de los resultados del plebiscito de salida– traerá nuevamente una ola de discusiones, resemantización de algunos conceptos relevantes y una disputa que debe guiar “la bajada” de muchas definiciones adoptadas por convicción, pero también por voluntarismo o por las mayorías respectivas en la Convención. La plurinacionalidad, sin lugar a dudas, ocupará uno de los primeros lugares, no solo en el debate, sino también en el plano de las consecuencias prácticas.

Alejandro San Francisco

Profesor Universidad San Sebastián y P. Universidad Católica de Chile; Director de Formación, Instituto Res Publica

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