Reactivación



Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor de Libertad y Desarrollo

Sin conocer el contenido de la cuenta pública que anoche rendía el Presidente Piñera, ha trascendido que ella plantearía una hoja de ruta que está centrada en la reactivación.

Esa es una tarea urgente. Un millón setecientos ochenta mil chilenos que hace un año atrás tenían un empleo lo perdieron según el INE y hoy están desocupados. El impacto del estallido de octubre primero y la pandemia después, ha sido desolador para las familias. Sectores que tradicionalmente generan mucho empleo como el comercio han disminuido en 24% los ocupados en un año, en la construcción la caída supera el 30% y en alojamiento y servicios de comida la baja llega a un 48,5%. Si el país no se pone en marcha este panorama será peor, pues serán muchas las empresas de los rubros mencionados y otros que simplemente tendrán que cerrar por falta de ingresos.

Las ayudas a las familias que se están entregando ahora son un alivio pero obviamente no son una solución de fondo. De acuerdo al BID, el Estado de Chile es el que más ha entregado ayudas a la población por el coronavirus en la región y aun así esto se hace poco, como lo prueba el amplio apoyo que tuvo la medida de retirar dinero del fondo de pensiones aun a costa de empeorar las jubilaciones. El Estado no produce riqueza suficiente para alimentar permanentemente a los chilenos, de modo que la única solución es que la economía se ponga en marcha otra vez. Los aportes de Codelco ya no significan ni el 10% del presupuesto fiscal, y el conjunto de las otras empresas del Estado no solo no suma, sino que resta a esa cifra.

Pero esta reactivación tiene que hacerse con el cuidado necesario para no tener un rebrote del coronavirus. La pandemia lleva ya 150 días en Chile y si bien está disminuyendo, los rebrotes que se han producido en otros lugares aconsejan mucha prudencia. Esto obliga a preparar las ciudades para el retorno, con una serie de medidas como calles libres de tránsito vehicular, reprogramación de semáforos para evitar aglomeraciones, regulaciones más estrictas para ferias y mercados y comercio en general. Además, los distintos sectores productivos se encuentran preparando, con la autoridad, protocolos para un funcionamiento de las empresas bajo estricto control sanitario. Se requiere un gobierno muy activo para esta etapa.

La reactivación y la superación de la pandemia son prioridades, pero paralelamente la política sigue su curso. Enfrentamos un plebiscito y muchas elecciones por delante. Se requiere ahora un gobierno con una hoja de ruta y una oposición dispuesta a dialogar con él para llegar a acuerdos, no a imponer bajo la amenaza de la violencia. El cambio de gabinete era un mínimo necesario para que una autoridad recupere sus fueros, veremos si prueba ser, además, suficiente para mantener la paz social y comenzar la recuperación de Chile.

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