¿Reingreso a Unasur?

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No se ve que las principales razones que llevaron al alejamiento del país de este poco funcional organismo hayan sido superadas.



A instancias del Presidente de Brasil, se alista para la próxima semana una cumbre regional de mandatarios de Sudamérica -en la cual el Presidente Gabriel Boric tiene considerado participar-, donde uno de los objetivos sería volver a relanzar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), organismo regional conformado en 2008, y que a lo largo de los años ha perdido toda relevancia.

Pese a que Unasur tuvo un activo inicio -entre sus escasos logros se puede contar haber facilitado el diálogo constitucional en Bolivia-, fue evidente que a poco andar el organismo fue incapaz de satisfacer los objetivos para los que fue creado, y muchos lo vieron como una caja de resonancia del chavismo. El vergonzoso silencio de Unasur frente a la crisis venezolana fue de hecho una de las principales razones que esgrimieron un grupo de países -entre ellos Chile- para suspender o abandonar definitivamente su participación, algo que cabe relevar sobre todo considerando que en 2010 la propia Unasur agregó a su tratado constitutivo una cláusula democrática, en la cual se consideraban sanciones a los estados infractores, lo que obviamente terminó en letra muerta y ayudó a consolidar la dictadura chavista.

En nuestro caso, el gobierno del Presidente Sebastián Piñera -siguiendo las disposiciones constitucionales-, denunció formalmente el tratado constitutivo en 2019, dando cuenta al Congreso. Si bien la Cámara de Diputados rechazó la propuesta del Mandatario por 66 votos en contra, su pronunciamiento en este caso no resultó vinculante, y lo cierto es que ningún sector resintió particularmente esta decisión.

En el último tiempo diversas personalidades han buscado reactivar a Unasur ante la necesidad de contar con una instancia regional que vuelva a posicionar a América del Sur dentro del contexto internacional, y que sirva como instancia de integración y cooperación para resolver conjuntamente una serie de materias. Lula y Alberto Fernández han estado entre los mayores promotores de esta idea; antes, una serie de expresidentes de la región -entre los que se cuenta Ricardo Lagos y Michelle Bachelet- y excancilleres también habían promovido la recuperación de Unasur. El Presidente Boric, si bien no ha sido explícito, ha manifestado interés en estudiar la situación.

No se ven por ahora razones que justifiquen que el país vuelva a un organismo como este, si es que las razones que motivaron su alejamiento siguen en buena medida presentes. Para Chile debe ser un objetivo primordial de su política exterior la defensa de la democracia, el fortalecimiento de las instituciones y la promoción de mercados libres y abiertos. El hecho de que ahora gobiernos progresistas tengan predominancia dentro de Unasur, varios de los cuales han evitado todo tipo de condena al chavismo, solo arriesga a consolidar situaciones que dañan profundamente a la región. Con tal composición, sigue abierto el riesgo de que Unasur continúe cooptado por visiones ideológicas. También aparecería poco consistente volver a Unasur sin antes resolver el daño que se ha hecho a la Alianza del Pacífico, donde los presidentes de México y Colombia han desconocido la legitimidad del gobierno de Perú.

Tampoco parece haber condiciones políticas internas para un reingreso a Unasur. Dado que volver a adscribir a este tratado requeriría la ratificación del Congreso, un paso en esta dirección probablemente solo polarizaría el ambiente, sin ventajas concretas para el país.

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