Retraso en la reconstrucción tras fatídicos incendios

Llama la atención que a pesar de que siguen habiendo numerosas críticas por el retraso de viviendas de emergencia en la Región de Valparaíso, la ministra Vallejo haya dejado tan anticipadamente su rol de “ministra de enlace”.



Amplia sorpresa generó la nota publicada por este medio en la que se dio cuenta que la ministra Secretaria General de Gobierno, Camila Vallejo, había terminado hace más de un mes -y en total sigilo- su rol como “ministra de enlace” con la Región de Valparaíso a propósito de los devastadores incendios que afectaron a Viña del Mar y zonas aledañas. Fue el Presidente Gabriel Boric quien encomendó este rol a la ministra, designación que no estuvo exenta de polémica, entre otras razones porque el PS resintió que la ministra de Defensa, militante de esa tienda, fuera relevada de dicha función para que la asumiera Vallejo. El Mandatario justificó la nominación en que “es una persona de mi total confianza para que me diga directamente dónde hay puntos flojos que se deben ajustar y va a estar revisando permanentemente todo el territorio”.

La ministra Vallejo y su entorno justificaron que su salida no tuviera difusión pública, porque su presencia se justificaba hasta que se entregara el plan de reconstrucción, como porque no es costumbre que los ministros que han sido “enlaces” comuniquen el cese de sus funciones.

Los incendios que tuvieron lugar a comienzos de febrero dejaron más de siete mil viviendas afectadas, del orden de ocho mil familias damnificadas y más de 130 víctimas fatales. Se trata sin lugar a dudas de una de las mayores tragedias que ha experimentado el país, pero donde a pesar de ello no se ha observado la celeridad que se habría esperado para ir en ayuda de los damnificados. Si bien el gobierno ya puso en marcha un plan de reconstrucción que cuenta con seis enfoques, siete ejes y 24 componentes que incluyen más de 170 medidas a aplicar en un plazo de 5 años, las críticas por la lentitud de los trabajos han continuado, lo que se refleja en la existencia de numerosas familias que aún no reciben una vivienda de emergencia -y que deben seguir residiendo en carpas- así como las graves deficiencias de construcción que han presentado una serie de viviendas transitorias, o problemas con los alcantarillados, lo que ha quedado de manifiesto con particular crudeza en las recientes lluvias que afectaron al país.

Los abundantes problemas que hasta la fecha siguen presentándose con la reconstrucción hacen llamativo que la ministra Vallejo haya dejado tan anticipadamente este rol, cuando uno de los objetivos era que precisamente ayudara a darle visibilidad a esta zona y que el tema no saliera de la agenda, como de hecho paree haber sucedido.

Al margen de si con esta decisión se ha buscado proteger a la ministra de verse expuesta a críticas y tener que ser la cara visible de un proceso particularmente complejo, el episodio permite volver a poner la mirada en lo que fue esta tragedia, y lo relevante que significa no desatender el drama que allí sigue ocurriendo. Es claro que frente a la magnitud de lo sucedido, reconstruir todo lo destruido tomará tiempo, pero después de todos estos meses cabría haber esperado que la fase de emergencia estuviera al menos bien contenida.

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