Semana Santa
SEÑOR DIRECTOR:
Conmemoramos otro año más, la pasión, muerte y resurrección del hijo del carpintero de Nazaret, Jesucristo, el hijo de Dios hecho hombre. Lo hacemos siguiendo el rito cristiano del calendario, de siglos de historia de la Humanidad, en que se han ido derrumbando los imperios sostenidos a fuerza del látigo y el terror. Y, sucedido cruentas guerras con su siembra de destrucción y muerte de seres humanos, que nos perturban hasta hoy.
Sus palabras de paz, amor y concordia a la Humanidad han sido la semilla que ha germinado en el corazón de los hombres y mujeres de buena voluntad, bajo la máxima de no hacer a otros el daño que no quisiéramos para nosotros. Nunca caerán en el vacío, hasta lograr que en cada conciencia se instaure un juez y un acusador capaz de iluminar el bien y aborrecer el mal.
Abel Gómez Balmaceda
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