SEÑOR DIRECTOR:

Creemos en la patria que nos abraza desde la diversidad que nos constituye como país, como tan bien define en su reciente columna Daniel Matamala, a propósito de las historias de vida y esfuerzo que hemos conocido en los Juegos Panamericanos. Esa también es la patria de nuestra fundación, la que acoge a quienes han sido abandonados por la vida, por la sociedad y por el Estado.

Nuestra patria protege a las niñas, niños y adolescentes, cuyos derechos han sido gravemente vulnerados, ante quienes la sociedad solo reacciona cuando delinquen, pero prefiere pasar por alto cuando aún pueden tener oportunidades. Un futuro sano, una familia, una profesión y por qué no, la posibilidad de ser una o un deportista, cuyos triunfos nos ayuden a reencontrarnos como país.

Los Panamericanos nos han devuelto esperanzas y tienen tanto que enseñarnos. Ojalá también nos inspiren a mirar a todas y todos quienes también tienen derecho a ser parte de nuestra sociedad. No sigamos cerrándoles la puerta.

Érica Ponce Figueroa

Directora ejecutiva de Fundación Niño y Patria