Opinión

Tiempos de cambio

Tiempos de cambio Bandar AL-JALOUD / Saudi Royal Palace / AFP BANDAR AL-JALOUD

El Medio Oriente está en un proceso de cambio muy profundo y del cual poco se habla en América Latina. Más allá de la crisis de Gaza y de los bombardeos al programa nuclear de Irán, lo cierto es que hay una reconfiguración del mapa regional que es relevante para entender lo que ocurrirá en los próximos años.

La actual administración de Siria, pese a toda la violencia interna, quiere dialogar con Occidente. De hecho, están incluso dispuestos a normalizar relaciones con Israel. El gobierno provisional ha manifestado su disposición a colaborar con Estados Unidos para reactivar el acuerdo de retirada de 1974, que estableció una zona desmilitarizada en los Altos del Golán. Este acercamiento abre nuevas oportunidades para avanzar en el diálogo sobre las fronteras.

Por su parte, en el Líbano existe ahora un gobierno cristiano que, a pesar de los desafíos actuales, tiene sectores que ven con optimismo la posibilidad de explorar vías de entendimiento y cooperación que permitan abrir espacios de diálogo y contribuir a la estabilidad regional, en sintonía con los esfuerzos de ampliación de los Acuerdos de Abraham. Es cierto que este acuerdo está estancado por la situación de los palestinos, principalmente por parte de los saudíes, pero lo cierto es que sigue en vigor y con la perspectiva de sumar más países.

A su vez, los países del Golfo Pérsico están en un proceso de modernización de sus sociedades que pueden abrir tímidos pasos hacia una mayor liberalización, aunque no en los estándares occidentales aún. La iniciativa norteamericana en la región tiene como fruto el acercamiento de Qatar con la administración del Presidente Trump. El problema es que vean a Washington como un socio confiable y que Israel puede resolver sus problemas políticos internos, lo que les permita también tener claridad a largo plazo para alcanzar mejores niveles de entendimiento. De alguna manera la visita del primer ministro Benjamin Netanyahu a Trump puede marcar el fin de la crisis de Gaza, abrir el camino a elecciones generales y establecer nuevas mayorías en el parlamento israelí con que todos los actores se puedan sentar a la mesa. La salida será negociada tanto en Occidente como en el Medio Oriente.

En lo que todos los actores de la región sí parecen estar de acuerdo es en oponerse al régimen iraní y su programa nuclear. Todos miraron con buenos ojos su debilitamiento tras los últimos bombardeos. Más allá de las consideraciones de Derecho Internacional que puedan tenerse, lo cierto es que están en un punto terminal y ni siquiera pudieron cumplir la amenaza de cerrar el Estrecho de Ormuz.

En definitiva, más allá de las tragedias sociales y humanas que los conflictos traen, lo real es que hay un proceso de cambio profundo en esa región. Más allá de la opinión que se pueda tener de la administración Trump o la acción de otros actores extrarregionales, el Medio Oriente se aleja a paso lento pero seguro de las teocracias o de los regímenes más radicales. No es un camino asegurado y recién comienza, pero es bueno que en Occidente se perciba también que vienen nuevos aires.

Por Soledad Alvear, abogada

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