Titanic educacional

SEÑOR DIRECTOR:
Los dramáticos datos que sobre educación postpandemia se han dado a conocer en las últimas semanas me han hecho recordar al Titanic. Los adjetivos abundan: crisis, catástrofe, generación perdida, etc. Pareciera que las autoridades siguen en la fiesta, mientras el barco se hunde.
Propuestas existen, pero todas pasan por enfrentar el problema y hacer la tarea, con programas focalizados y recursos frescos, sin burocracia excesiva ni sesgo ideológico.
Hasta ahora hemos visto al Ministerio de Educación preocupado de temas tangenciales, pero no del fondo: hemos vivido dos jornadas por la educación no sexista, pero ninguna por el aprendizaje; hemos visto preocupación por eliminar la evaluación docente, pero no por recuperar la autoridad de los profesores; por restringir el Simce y las horas de libre disposición, pero nada de la crisis de la sala de clases.
El desafío es complejo y multifactorial, qué duda cabe, y gran parte de la tripulación está dispuesta a hacer todos los esfuerzos necesarios. Pero para ellos necesitamos un capitán que tome el timón, dé las órdenes correctas y salve la nave con todos sus pasajeros a bordo.
José Luis Velasco
Presidente de la Asociación de Educadores de Chile A.G.
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