Todos podríamos ser Hermosilla
SEÑOR DIRECTOR:
“Por mantener altos estándares de vida”. Hasta el momento, este parece ser el porqué del caso “Audios”. Despejada más o menos la cuestión de la causa, es hora de preguntarse sobre la finalidad de toda esta fraudulenta maquinaria. Es decir, su para qué. ¿Vale la pena hacer cualquier cosa por mantener un cierto nivel de vida? Esta es una pregunta que, en cuanto seres humanos, deberíamos hacernos constantemente si no queremos perder el norte. De lo contrario, es muy fácil que nos dejemos llevar por nuestra natural tendencia a la ambición.
Situaciones como ésta y otras, nos dan la oportunidad de hacer una reflexión ética que evite o, al menos frene, un posible acostumbramiento a las faltas de probidad. En este sentido, urge plantearse preguntas fundamentales tales como qué tipo de personas queremos ser y, por tanto, qué tipo de vida queremos llevar. Sin esas preguntas rectoras, cualquier regla será vista simplemente como un límite molesto, sin valorar que ellas existen para resguardar ciertos bienes que orientan nuestra vida hacia lo mejor.
Es importante resguardar las reglas del juego, pero ellas por sí solas no bastan. Necesitamos integrarlas dentro de un sentido ético que abarque todas las dimensiones de la vida. Si no nos esforzamos por perseguir lo que nos hace mejores como seres humanos, sucederá lo que sabiamente dijo alguna vez Goethe: “nunca va uno más lejos que cuando no sabe ya a dónde va”.
Teresa Cordero Becker
Estudiante del Doctorado en Filosofía
Universidad de los Andes