SEÑOR DIRECTOR

Los defensores del TPP11 hablan de sus múltiples beneficios pero tanto Ignacio Walker, en un artículo en este medio, como Hugo Llanos, en una carta al director, sobrestiman sus ventajas e ignoran los riesgos.

Según Llanos "el TP11 abre las puertas al comercio permitiendo el acceso de miles de nuestros productos, que obtendrán rebajas arancelarias más amplias y significativas que las obtenidas en los tratados de comercio". Pero la misma Direcon reconoce que el "cambio arancelario tiene impactos muy poco relevantes debido al ya reducido nivel de los aranceles asociados a los 24 acuerdos ya firmados por Chile". Los beneficios económicos están siendo sistemáticamente exagerados para vender el TPP11 a los diputados escépticos.

Según Walker el TPP11 "evita la ley del más fuerte y somete a los poderosos y a los débiles a reglas comunes en el ámbito comercial". Pero los árbitros elegidos para hacer cumplir estas reglas no son independientes. Los estudios que analizan la mayor cantidad de sus casos develan su sesgo: fallan a favor de empresas poderosas y en contra de los estados que buscan regularlas 72,5% de las veces. Aquello genera el efecto de congelamiento regulatorio donde los estados dejan de implementar políticas públicas por temor al arbitraje sesgado. En Chile, la FNE ya desestimó un reclamo de transnacionales contra el beneficio tributario que recibe Colún. Con el TPP11 esto podría llegar al arbitraje sesgado, con graves consecuencias para los lecheros chilenos. Los defensores del tratado ignoran este tipo de riesgo.

Se alega que la crítica al arbitraje del TPP11 hace causa común con Trump contra el multilateralismo. Pero la ONU y la UE proponen superar el arbitraje. Así, rechazar el TPP11 no es ser aislacionista, sino apoyar otro tipo de multilateralismo.

Hassan Akram

Académico en políticas públicas Director sede Chile de la Universidad Wake Forest

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