Una avanzada del progreso



Por Óscar Guillermo Garretón, economista

El novelista Joseph Conrad, en “Un puesto de avanzada del progreso” describe miserias materiales y morales del colonialismo europeo, presentado entonces en Europa como obra civilizatoria del continente africano.

Lo recordé al leer sobre las elecciones de la Fech. Siempre ella fue anticipadora de futuros; una avanzada del progreso nacional. Engendraba cambios políticos que luego se materializarían en Chile. En tiempos de la Revolución en Libertad, sus federaciones y también las de la UC estuvieron lideradas por democratacristianos. Hace casi exactamente 50 años, la noche del triunfo de Allende, recuerdo la sede de la Fech en la Alameda, cuyo balcón fue escogido por él mismo para su discurso como candidato triunfante. La Fech fue, en ese instante, casa de todo un pueblo diverso celebrando.

Hoy en cambio, me evoca más al crudo realismo de Conrad. El 2011 de las movilizaciones estudiantiles, en las elecciones de la Fech votó alrededor de un 60% de los alumnos. Cada año fue bajando. El 2019 votó el 25% y en éste, el 14%. Como en el puesto colonial perdido que describe Conrad, al final solo han quedado el silencio y el vacío.

Si allá fue la realidad del colonialismo europeo, en la Fech lo ha sido el colonialismo de aquella parte extrema, intolerante y excluyente de la izquierda. No fue de un día para otro. Fue la radicalidad, jamás exigida para ser alumno universitario, transformada en requisito de pertenencia. El año anterior, el Centro de Estudiantes de Derecho de la U. de Chile (CED) aprobó en plebiscito un estatuto donde se establecía que el centro buscaba aportar a la construcción de una sociedad “anticapitalista” (sin precisar cuál sería la alternativa), “antiespecista” (contraria al consumo o uso de animales en beneficio humano por atentar a la igualdad de las especies) y “antiimperialista”. No se trataba de una opción, sino de una obligación estatutaria: toda candidatura al Centro que no suscribiera estas opciones podía ser declarada incompatible. Para peor, la presidenta del CED arguyó que este cambio se justificaba por la baja participación del alumnado en sus actividades, debido a que éste “no representaba a las nuevas generaciones”. En su plebiscito votó… un 26,8% del alumnado.

Esta realidad es buen anticipo del país que se construiría con esas lógicas. Un país, con suerte, para el 26% y luego…, para el 14%. La Fech, “puesto de avanzada del progreso”, nos advierte lo que debemos evitar cuando nos internamos en 18 meses con elecciones y proceso constitucional. Hay una lógica de país que construye solo por y para los míos y que lleva al vacío de todo proyecto inclusivo de nación. Pues bien, en estos 18 meses se probará si somos capaces de construir un “nosotros” o solo un egocéntrico “yo”, que presume ser mayoría y civilización, para terminar en el vacío ruinoso de un edificio abandonado, como la Fech o el cuento de Conrad.

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