Una nueva oportunidad para Chile

Unos meses atrás se debatía con pasión sobre la penalización de los encapuchados que cobardemente habían estado destruyendo nuestro país. Hoy nosotros entramos al supermercado enmascarados, no para asaltarlo, sino para protegernos y para proteger a los demás.
En una dinámica nunca vista, nuestras prioridades y preocupaciones cambiaron dramáticamente. Repentinamente ya no estamos divididos entre el rechazo, el apruebo y la indecisión; tenemos que unirnos porque debemos enfrentar un enemigo común y global.
Nos contagia del mismo modo un irresponsable rico que uno pobre, un extranjero o un nacional; nos ayuda del mismo modo un médico venezolano o chileno; agradecemos al que con mascarilla descarga el camión de mercadería para reponer en un supermercado.
Y la política está dando algunos pasos. Hemos visto un plan económico sorprendente, elaborado con calidad a pesar de la premura. Se agradece.
Pero aún falta. Abundan políticos populistas que quieren hacer ganancias cortas, creyendo que aún están en el juego que se venía dando desde hace algunos años y que hizo furor desde el 18 de octubre. Se equivocan.
Estos son tiempos para grandes hombres y mujeres que se atrevan a liderar en la adversidad y busquen acuerdos por el bien común de Chile. De verdad, no para la cuña de la TV.
La crisis en la que estamos solo empeorará en los próximos meses. Cientos de miles de personas en Chile van a quedar con sus empresas en quiebra o sin trabajo, los afortunados terminarán con menores salarios, se perderán decenas de miles de millones de pesos en ahorros. Todos seremos más pobres. Miles habrán sufrido el coronavirus, y muchos deberán llorar la muerte de personas queridas.
En ese escenario, la preocupación por cambiar la Constitución y el complejo proceso de cambio constitucional que se dibujó en noviembre pasado será simplemente un obstáculo dañino para la recuperación.
No se trata de negar la importancia de revisar y mejorar nuestra organización política. Ciertamente hay cosas que mejorar en la Constitución. Pero no serán los próximos dos años, cuando nuestra sociedad esté tratando de sanarse desde la debilidad de esta crisis, el momento para gastar energía en un ejercicio como el que se diseñó inicialmente, forzados por otras circunstancias. El país cambió, el mundo cambió, no podemos seguir como si esto no hubiese ocurrido.
Le pedimos a nuestros líderes políticos en La Moneda y el Congreso, a quienes hemos visto finalmente asumiendo la responsabilidad propia de sus cargos, que tomen sobre sus hombros la conducción y decisión del proceso. No nos obliguen a pasar por un camino tortuoso y forzado, cuando el país no está en condiciones. Pónganse de pie y arremánguense. Trabajen en dos o tres meses las reformas constitucionales que estimen convenientes, aprueben ustedes en el Congreso un texto, con los 2/3 necesarios, y propónganlo al país para que lo ratifiquemos en un plebiscito. La mayoría de los chilenos los apoyaremos, no tengan miedo.
Denle al país un ejemplo de cordura y responsabilidad. Remuevan obstáculos autoimpuestos en otras circunstancias. Permitan que retomemos la senda que ayude a salir al pueblo de Chile en el mejor pie posible del trance en el que se encuentra la humanidad toda. Seamos un ejemplo de lo que un país puede hacer cuando se abandonan las divisiones y todos empujamos para el mismo lado.
Habrá quienes se opongan, desde luego. No importa, la mayoría de los chilenos queremos a nuestro país y su gente para mucho tiempo, no solo para la próxima elección de concejales. Se los agradeceremos y sabremos reconocerlos en muchas elecciones. Hagan de la política algo que nuevamente nos enorgullezca a todos.
Ricardo Escobar y Ricardo Tuane
Unidos por Chile
Juan Francisco Mackenna
Constitución de Todos
Luis Moller
Unidos por la Paz
Luis Cañas
Coordinadora de Colegios Subvencionados
Paula Santolaya
Con Trato Social
Dominique Andreu
Grupo Seamos Chilenos
Ronald Seifert
Federación Nacional de Trabajadores del Estado
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