Una reflexión diplomática

SEÑOR DIRECTOR:
En los últimos días, dos tensiones han marcado la política exterior de Chile, generando una serie de análisis y críticas al respecto. Por ello, y más allá de la coyuntura, creo necesaria una breve pero intensa reflexión sobre política exterior.
En esta materia, parafraseando a Mario Artaza y César Ross, quizás una buena opción es mirar a Chile desde el retorno a la democracia en 1990, en su arduo y complejo camino para moverse desde el “aislamiento a la integración global”.
Entendemos que la política exterior busca la consecución, en pro del bienestar de la sociedad, del resguardo y promoción del interés nacional; así como determinar la forma y el ritmo en que un Estado interactúa en el sistema internacional, tanto como la importancia que tiene o espera asumir como un actor regional o global. Sabemos también que las relaciones internacionales, donde los actores estatales y no estatales están en búsqueda de lograr sus metas, chocan entre sí, y que el resultado de estas interacciones determina el éxito -o no- de la política exterior.
En este contexto, la acción de la diplomacia es fundamental, y la forma de comunicar es clave. Aquí, lo importante es trabajar para una correcta articulación entre la agenda, los objetivos y la estrategia de la política exterior del país.
Rodrigo Álvarez V.
Académico Universidad Mayor
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.
¿Vas a seguir leyendo a medias?
NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE