Opinión

Una reforma regresiva y no neutral

SII implementa acceso a devolución de crédito IVA para micro y pequeñas empresas afectadas por la crisis sanitaria

Esta semana, y no exento de traspiés políticos, la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja aprobó la idea de legislar el proyecto de Reforma Tributaria del Presidente Sebastián Pinera ingresado al Parlamento en agosto de 2018.

Habiendo transcurrido ocho meses desde el ingreso de una de las reformas emblemáticas del actual Gobierno y con algunos cambios que complementan el proyecto original, como la baja en las contribuciones a los adultos mayores vulnerables y de clase media, la baja en el umbral de exención de IVA para aquellas viviendas entre UF 3.000 y 4.000, y el beneficio en un 1% a las inversiones realizadas en regiones; el proyecto de ley mantiene intacto su carácter regresivo y sin especificar cuantitativamente su declaración de neutralidad.

La reforma es regresiva, puesto que las cifras especificadas por el Ejecutivo señalan que el Estado dejará de percibir entre US$833 millones y potenciales US$1.000 millones anuales cuando el sistema se vuelva a integrar. Ello redundará en que las grandes empresas, vía tributos, tengan mayores beneficios tributarios que las Pymes.

La reforma no mantiene su condición de neutral; es decir, la baja de los tributos para algunos no sería compensada por el alza de los mismos para otros, a fin de garantizar una igual recaudación tributaria. Si bien existe certidumbre sobre la caída en la tributación por reintegración del sistema, aún no hay datos oficiales del Ministerio de Hacienda que precisen cuáles son los montos a recaudar vía impuestos por boleta electrónica, impuestos digitales - los cuales aumentan su gravamen desde un 10% a un 19% - y los impuestos a las emisiones de carbono.

En materia macroeconómica, es relevante el hecho de que, a ocho meses del ingreso del proyecto, el escenario económico nacional haya dado un vuelco en lo que respecta a sus proyecciones, por cuanto, en agosto de 2018, la expectativa de crecimiento para Chile, señalada por el Fondo Monetario Internacional, fue de un 3,5%; hoy es más exigua y no superará el 3% anual en 2019.

Así las cosas, se hace imprescindible generar certezas económicas y no olvidar los aprendizajes macroeconómicos del siglo XX. Tan importante como el por qué, el para qué y el nivel de justicia distributiva de una Reforma Tributaria, lo es conservar el principio de neutralidad.

Hoy no existen certezas de los grados de neutralidad de la Reforma. Con esto el Estado-  aprobada la modernización tributaria-  podría contar con una menor recaudación y, por consiguiente, vería mermado su presupuesto para el gasto e inversión pública, variables de relevancia para la generación de políticas públicas y sociales.

Como lo demostró el brillante economista John Maynard Keynes, para impulsar el crecimiento económico de un país, el gasto y la inversión pública son tan importantes como el consumo y la inversión privada. Ese impulso para los próximos años, con o sin modernización tributaria, será muy necesario, pero hoy por hoy, dadas las proyecciones internacionales se ve más lejano y esquivo.

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