¿Baby boom post pandemia?

De acuerdo a un informe de la Organización de las Naciones Unidas, se estima que la pandemia podría dejar cerca de 7 millones de embarazos no deseados alrededor del mundo. Un verdadero baby boom que, según expertos, recién podrá analizarse a fines de 2021.




A veces en la vida se reciben noticias inesperadas que pueden ser verdaderos baldes de agua fría. A Carolina Espinoza (31) le pasó algo así. A las pocas semanas de haber quedado sin trabajo, se enteró que estaba embaraza de su tercera hija. No estaba en sus planes, ni tampoco en los de su marido. De hecho, estaba tomando pastillas anticonceptivas para evitar un embarazo no planificado. “Lo único que pasó fue que me desordené un poco, pero me estaba cuidando. Cuando quedé sin trabajo, había tomado la decisión de estudiar coaching. Pensé que era un buen momento porque estaba difícil buscar pega y además tenía los recursos del finiquito. Y ahí me enteré que estaba embarazada. Es una noticia fuerte, sobre todo cuando uno está sin trabajo y todo lo que significa la pandemia, pero como familia tratamos de tomarlo con tranquilidad”, cuenta.

A fines de abril del año pasado, la Organización de Naciones Unidas (ONU) -mediante su informe del Fondo de Población- advirtió que casos así no serían únicos. Según el organismo, a raíz del contexto provocado por la pandemia, se podrían gestar cerca de 7 millones de embarazos no deseados en el mundo. ¿Las causas? El confinamiento y, principalmente, la dificultad de acceso a métodos anticonceptivos para más de 47 millones de mujeres a nivel global.

En nuestro país, tanto profesionales de la salud como organizaciones de la sociedad civil también han constatado barreras en el uso de estos dispositivos. De acuerdo a información recogida por la Corporación Miles Chile, 1 de cada 3 personas tuvo problemas para obtener métodos anticonceptivos durante la crisis sanitaria, ya sea por falta de stock, dificultades económicas o simplemente por el temor a acudir a buscarlos en los centros de salud por eventuales contagios de Covid-19. “La actividad sexual se ha mantenido, la fertilidad también, pero lo que ha bajado significativamente es el uso de anticonceptivos. Y lo único que puede resultar de esa ecuación es un aumento de embarazos y lo grave es que son no deseados”, explica la ginecóloga de la Clínica Santa María, Andrea Von Hoveling.

En ese caso, las consecuencias no solo afectan a las personas gestantes, sino también a la familia completa y la sociedad. Así, Von Hoveling afirma que un embarazo no deseado puede ser un acontecimiento traumático en la vida de una persona. Por eso, la experta señala que el eventual baby boom de los próximos meses podría ser un evento negativo a nivel social. “Se va a dar a costa de embarazos no planificados y no podemos crecer como país a costa de que mujeres y parejas vean ‘forzados’ sus proyectos de vida. Si queremos subir las tasas de natalidad, tenemos que mejorar las condiciones para que las personas que sí quieren tener hijos, lo puedan hacer de manera tranquila”, dice.

Sin embargo, el fenómeno del baby boom no es reciente y tiene importantes antecedentes históricos. El más emblemático es el que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial entre 1946 y 1965, momento en que hubo una explosión en las tasas de natalidad de Estados Unidos. En dicho país, no solo fueron los reencuentros amorosos los que propiciaron el sorpresivo incremento en los nacimientos, sino también un contexto económico favorable que hizo que los norteamericanos decidieran agrandar sus familias. Como resultado, la población estadounidense aumentó en 30 millones de personas durante la década del ’60. Lo mismo ocurrió en España luego del fin la Guerra Civil en 1939. Aunque el baby boom no fue inmediato, las tasas de natalidad comenzaron a aumentar progresivamente, llegando a un peak entre 1956 y 1974, auspiciado por los avances de la ciencia y especialmente por la disminución de las tasas de mortalidad infantil.

Con una crisis sanitaria como la generada por el Coronavirus, los expertos aseguran que no sería raro que se volviera a repetir este fenómeno, aunque aseguran que no generará un cambio sustancial en las tendencias demográficas del país. “Se proyecta un aumento de un 10% de nacimientos secundarios a la pandemia. Es una variación pequeña respecto a la natalidad porque la tendencia al envejecimiento poblacional ya está instalada. Antes, la gente tenía tres o cuatro hijos y ahora tiene uno. Entonces eso no se va a revertir, pero sí se viene un boom”, explica la ginecóloga de la Clínica Alemana, Magdalena Honorato.

“Puede haber una variación temporal de nacimientos, pero cuando un patrón reproductivo de baja fecundidad se instala, es difícil revertirlo”, analiza la socióloga y académica de la Universidad de Chile, Marcela Ferrer. En términos de natalidad, la cifra ya venía descendiendo sostenidamente desde los ’90, aunque desde los ’60 la tendencia se empezó a instalar a raíz de la proliferación de métodos anticonceptivos y la incroporación de las mujeres al mundo laboral. Por eso, según un editoral de la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología, nuestro país se encuentra en una etapa de transición demográfica avanzada, caracterizada por un crecimiento desigual de grupos etarios y un envejecimiento poblacional importante.

Los últimos datos al respecto dan cuenta que las cosas no han cambiado demasiado. De acuerdo a información entregada por el Departamento de Estadísticas e Información (DEIS) del Ministerio de Salud, en 2020, la natalidad registró su tasa más baja en 70 años. Así, hasta principios de diciembre, se registraron 176 mil nacimientos, una cifra que contrasta con los 193 mil que había en 2019 en el mismo período.

¿Cómo se explica esta caída? A la tendencia generalizada, se le suma el factor estallido social y pandemia, aunque es importante considerar que las cifras del año pasado aún no reflejan en su totalidad los embarazos gestados en plena crisis sanitaria. Esos nacimientos recién se empezaron a producir en diciembre. Sin embargo, en un escenario en constante cambio, los expertos señalan que las parejas que pudieron planificarlo, decidieron postergar la maternidad y paternidad por las incertidumbres del contexto. “Todo indica que las personas que quieren tener guaguas, lo están postergando y los que tenían dudas, están declinando”, señala Andrea Von Hoveling.

Y es que traer un hijo al mundo en el corazón de una crisis global también implica otros cuestionamientos que quedaron reflejados en la investigación El deseo de ser padres en los tiempos de Covid-19: una visión de la situación en Italia. De las 268 personas que habían manifestado la intención de tener hijos antes de la situación provocada por el Coronavirus, 100 habían cambiado de opinión por dificultades económicas y las eventuales consecuencias de salud que podría generar un embarazo en medio de los contagios de la enfermedad. A pesar de ello, los investigadores expresaron que el deseo reproductivo se ha mantenido: algunos continúan en el intento, mientras que otros empezaron a pensar en esta posibilidad en plena cuarentena.

Así, un eventual aumento de las cifras de natalidad y la explosión del baby boom son hechos que recién se podrán analizar a fines de 2021. Cifras que ayudarán a visualizar cuánto cambió la composición familiar de los chilenos en medio de la crisis y cuáles fueron las verdaderas implicancias de la crisis sanitaria en la natalidad de nuestro país.

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