Cómo maternas según tu signo lunar




La Luna en la carta astral nos entrega muchísima información. Desde el modo en el que nos relacionamos con nuestro cuidador primario (usualmente nuestra madre, pero no en todos los casos es así) para cobijarnos, contenernos y maternarnos, hasta el modo en el que nos relacionamos con las emociones y su expresión, nuestro satélite natural tiene mucha información simbólica que puede servirnos para el autoconocimiento.

La Luna es el cuerpo celeste más cercano a la Tierra e influye en muchísimos aspectos en la vida y ritmos del planeta, especialmente todo lo que se refiera a lo líquido. El agua se moviliza según sus ciclos, como lo podemos ver con las mareas e incluso con la menstruación. Cuando no hay electricidad, la Luna nos ilumina los pasos en la noche y es por eso que es “la gran madre” para muchas culturas.

La Luna se mueve más rápido que cualquier otro objeto a nuestro alrededor, de ahí que los antiguos observadores de la naturaleza asociaron el agua a la volubilidad de las emociones, a nuestros sentires internos y cómo los visibilizamos. El “lado oscuro de la Luna” habla de los espacios que están más ocultos en nuestro inconsciente, que aparecen a través de los sentires.

La posición de la Luna en la carta astral muestra cómo reaccionamos emocionalmente al ambiente, así como nuestros hábitos más instintivos, mucho más cuando somos vulnerables. Según su signo y casa nos habla de cómo nos sentimos más en casa y qué necesitamos para poder sentirnos protegidas y seguras en el mundo.

En la medida que vamos creciendo, vamos experimentando el mundo a través de los primeros vínculos que vivimos en la infancia. Estos nos marcarán no solo con los demás, sino en nuestro vínculo con nosotras mismas. Es una experiencia única en cada persona y es necesario que la observemos desde la astrología con sumo cuidado y respeto.

Obviamente, esto cala profundo en la relación con nuestra propia madre, pues recibimos de esta figura contención, protección y apego para poder desenvolvernos en nuestros años formativos. Estos años nos marcan el modo en el que responderemos ante el estrés, cómo nos cuidaremos y especialmente cómo nos relacionaremos con el cuidado hacia otros.

El signo, casa y elemento de nuestra Luna nos puede hablar del estilo y el modo en que decidimos entregar cuidado pues así nos hace sentido en nuestra propia experiencia. Analizar la relación con este cuerpo celeste no solo nos da indicios de lo que hemos recibido de las generaciones anteriores de nuestro linaje, sino que también nos apertura a la posibilidad de entender qué entregaremos a nuestra propia descendencia.

Luna en Aries o en casa 1

Luna cardinal de fuego, necesitan mucha actividad. Necesitan candor y pasión en las cosas que están haciendo, además de un sentido de urgencia. Más que cualquier otra cosa, requieren de confianza para operar en la vida. Cuídate dándote espacio para fluir contigo, para demostrar lo que sientes, para sentir que estás creando y que te estás dando la posibilidad de hacer lo que quieres.

Maternar para esta Luna es estar, proteger y movilizar energía. Desde la entrega del fuego vital para sobrevivir, las Lunas en Aries pueden entrar fácilmente en conflicto con sus hijos o querer imponerse fácilmente ante lo que creen que son sus necesidades. Es importante realizar una escucha activa y presente de lo que está ocurriendo y no juzgar netamente por el impulso.

Luna en Tauro o en casa 2

Luna fija de tierra, necesita mucha estabilidad para desenvolverse en el mundo. Necesitas conectarte con el sentir desde lo material y desde tu cuerpo. Maternarte siempre será acurrucarte y darte el tiempo necesario para procesar. Date tiempo para poder percibir cómo siente tu cuerpo y cómo le afectan los estímulos de la vida rápida. Trabaja también con la inercia y la detención.

Las Lunas en Tauro maternan desde lo sensorial. Entregan mucho afecto a través de mimos, abrazos y juegos. Adoran entregar tiempo de calidad para poder vivir la experiencia con sus hijos, pues la presencia, la estabilidad y la calma son lo que más les entrega sensación de seguridad. Cuidado con tratar de cerrar el vínculo que tengas solo en una actividad en particular. Esta Luna necesita aprender a integrar la novedad.

Luna en Géminis o en casa 3

Luna mutable de aire, necesitas hablar de lo que sientes. Necesitas conversar, moverte, vivir a través de la mutabilidad de tu intelecto. Aprender cosas nuevas, socializar y acercarte a otros desde la posibilidad de intercambiar conocimientos y sentires es algo muy importante. Tu curiosidad no tiene límites, pero también es importante saber canalizarla: hay que aprender a sentir más allá de lo racional. Intelectualizar los sentires puede llevar a la disociación, al perderse, y por eso es muy importante no separar mente de lo que efectivamente se siente.

El juego y la conversación es el modo en el que maternas, probablemente. Te gusta entender lo que pasa en la mente de tus hijos, por lo que estarás siempre atenta a estimularles intelectualmente. El hablar de lo que ocurre, hacer chistes, cantar o leer siempre serán actividades que valorarás más que cualquier otra.

Luna en Cáncer o en casa 4

Luna cardinal de agua, necesita explorar su mundo interior. Necesitas ser contenida y proteger tus sentires, que son muchísimos. Requieres mucha seguridad para poder abrirte y expresar tus emociones, y espacio para poder entender su propia vulnerabilidad. Estas Lunas suelen ser muy herméticas y no abrirse hasta que realmente se sienten en confianza.

Aquí la Luna se encuentra en su signo regente, por lo cual se emplazará de forma cómoda hacia el cuidado y la protección de los demás. Los hijos de esta Luna pueden sentirse fácilmente conectados con la posibilidad de ser escuchados, queridos y cobijados en el hogar materno. Es importante que también aprendas a ponerte en primer lugar y no olvidarte que antes de ser madre también eres persona.

Luna en Leo o en casa 5

Luna fija de fuego, necesita del reconocimiento de su propia expresión. Necesitas sentirte especial a través de tu existencia, para los demás y para ti. Eres naturalmente dominante, creativa y amas proteger a los tuyos con todo tu corazón.

Esto puede hacer que requieras la atención y validación de tus hijos, además de ser impositiva ante lo que consideres bueno o malo. Cuidado con dominar o hacer todo referente a ti. El juego, el disfrute y las situaciones de alta intensidad son importantes en tu forma de criar, además de mostrarle a los demás lo importante que son los tuyos para ti.

Luna en Virgo o en casa 6

Luna mutable de tierra, necesita el control y la necesidad de sentirse útil en el mundo. Necesitas entender todo tu mundo emocional a través de la razón y el orden, por lo mismo puede costarte un poco la expresión hacia afuera que no sea a través de actos de servicio. Es necesaria la contención a través de los rituales y prácticas que te hagan sentir útil en el mundo y bajarle a la exigencia natural que aparece en ti.

Tu estilo de maternar puede ser muy controlador y servicial, lo que puede carecer de expresión afectiva real. Ábrete a maternar sin criticarte y sin exigirte tanto, pues lo más probable es que ya estás haciendo lo mejor posible. Involúcrate en las emociones y no tanto en cumplir expectativas.

Luna en Libra o en casa 7

Luna cardinal de aire, necesita mucha conexión porque son muy propensas a la ansiedad debido a la búsqueda de armonía en sus sentires, que reflejan mucho su relación con el mundo exterior. Esta Luna puede castigarse muy fácilmente por estar haciendo las cosas de forma incorrecta. El confrontar lo que sientes, sin miedo al rechazo, es muy importante para poder aprender a conectar contigo.

La Luna en Libra es altamente complaciente, por lo que puede ser excesivamente dadivosa en su forma de maternar. Prioriza el acuerdo y la conversación antes que cualquier otra cosa, por lo que su crianza puede ser una de las más orientadas hacia reconocer al otro en vínculo y preocuparse muchísimo porque lo está haciendo mal. Tener herramientas de autocuidado respecto a las necesidades de otros es también algo que necesitas integrar en ti para poder entregárselas a tus hijos.

Luna en Escorpio o en casa 8

Luna fija de agua, tus sentires son profundos e intensos, y cuesta mucho sacarlos a la luz. Vives en permanente transformación, pues tus sentires muestran y hacen patentes los procesos que estás viviendo internamente. Necesitas sin duda aprender a comprender lo que es primordial para ti, más allá de lo que para quien te protegió y cuidó era importante en un principio.

Estas Lunas son muy propensas al control y la dominación, por lo que deben aprender a ser autónomes a través de los fuertes procesos emocionales que viven. Pueden ser muy abnegadas y entregadas al maternar, tanto que pueden repetir patrones al invisibilizarse ante las necesidades emocionales de sus hijos. No te autodestruyas entregando tanto, aprende a sanar la relación con tu madre y darte a ti lo que te hace falta.

Luna en Sagitario o en casa 9

Luna mutable de fuego, su sentir es expansivo. Estas Lunas necesitan fe más que cualquier otra cosa. La búsqueda de la maestría del espíritu se da a través del conocimiento y la sabiduría, que puede ser a través del nivel racional y espiritual. Cuidado con caer en la búsqueda constante de dogmas y de polarizar solamente una verdad. Esta Luna además debe trabajar la conexión con sus emociones más difíciles, pues no tolera nada que no conecte con su inherente fe en la vida.

Su estilo de maternar puede ser un poco desapegado y mental, a través de la entrega de ideas, la discusión sobre temas elevados, el intercambio de opiniones y creencias. También es posible que estés un poco distante cuando las emociones de tus hijos se hagan muy intensas. No te arranques cuando necesiten de ti o te sientas ahogada: aprende a surfear las olas que no son tan agradables.

Luna en Capricornio o en casa 10

Luna cardinal de tierra, se caracteriza por la dificultad de conectar con la vulnerabilidad. Es una Luna muy autosuficiente y que no confía mucho en los otros. Necesitas llorar, abrazarte, darte a ti misme así como das a los demás. No todo es trabajo ni esfuerzo constante.

Esta Luna puede autoexigirse muchísimo en relación con sus cualidades de crianza, pues está siempre presente, haciéndose cargo de las necesidades de sus hijos. Esto claramente desde un espacio más concreto, a través de la comida, el aseo o el cuidado de los espacios. Aprende a conectar emocionalmente con tus hijos y no solamente con la responsabilidad que adquiriste teniéndolos, goza más de equivocarte y de no ser perfecta siempre.

Luna en Acuario o en casa 11

Luna fija de aire, necesita libertad, desapego e igualdad en sus vínculos. El espacio y la distancia son muy importantes para poder entender sus emociones, así también la perspectiva con la intensidad. Necesitas conectar con tu propia forma de interactuar con los demás, encontrando también vínculos que te otorguen esa libertad que te parece esencial. El formar parte puede ser algo que le cuesta mucho, pues naturalmente no se siente parte de.

La relación con tu madre puede haber sido muy diferente a la tradicional, lo que se verá reflejado en el modo en el que maternas también. Te gustará maternar en tribu y compartir experiencias desde la igualdad de condiciones, no tanto desde la jerarquía. No dejes de estar cuando creas que están siendo demasiado: eso es probablemente lo que más falta te hizo. Contenlos aun cuando te cueste un poco el contacto físico.

Luna en Piscis o en casa 12

Luna mutable de agua, representa la sensibilidad y amor cúlmines. Experimenta la vulnerabilidad en todo sentido y aprende a proteger a los demás desde el primer momento. Es una Luna idealista y muy escapadora de la realidad, por lo que puede experimentar mucho la disociación a través del fantaseo o el consumo de sustancias. Necesitas expresar tu sensibilidad a través de salir de ese mundo interior y hacerlo fluir a la realidad concreta.

Maternando necesitas aprender a poner límites emocionales, pues puedes mezclar fácilmente tu sentir con el de tus hijos y ser demasiado permisiva. No todo lo que les ocurre te concierne o es algo que tienes que resolver. Cuidado también con volcar tus emociones en el lugar equivocado: tus hijos son tus hijos, no tus padres ni tus terapeutas.

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