Paula

Darle una segunda vida a los muebles

Renovar los espacios es, sin lugar a dudas, una de las estrategias para hacer que los días de cuarentena pasen más rápido. Y como los muebles son una excelente opción para darle un toque diferente a un lugar, preparamos una guía con todo lo que hay que saber para renovarlos y así evitar su deshecho o gastar de más.

Antes de empezar a pintar un mueble hay que tener en cuenta qué estilo queremos tener, ya que de esto depende el tipo de pintura que elegiremos. Si se quiere lograr un estilo más vintage, la recomendación es hacerlo con pintura a la tiza (también conocida como chalky finish) y luego, para darle un efecto envejecido, se puede decapar con una lija de mano. Si se busca un estilo más elegante, en cambio, la mejor opción es aplicar pintura al agua. En ese caso, siempre es necesario usar primero un primer, que es una base que se aplica antes de poner la pintura para preparar la madera”, explica la decoradora de interiores Josefina Alcaíno, quien es parte del equipo de @studio_violette, dedicado a la restauración y reciclaje de muebles.

Esta base sirve, principalmente, para dos cosas. Si se aplica en un mueble enchapado de melamina –que es más plástico–, ayuda a preparar la superficie y pintar sin problemas evitando que se raye o pique. Y si se pone en un mueble de madera maciza, es recomendable porque, al tratarse de un material puro, podría brotar. “Esto quiere decir que si uno pinta algo blanco, por ejemplo, podrían aparecer manchas amarillas y cafés porque la madera está brotando. Si se aplica una capa de primer primero, evitamos estas manchas o tener que desperdiciar pintura”, dice Josefina.

Sobre el lijado, no siempre es necesario hacerlo previo a la pintura, sino que solo si es que la cubierta o superficie es dispareja. Sin embargo, para quienes quieren lograr un efecto envejecido y el color original del mueble es muy fuerte, la recomendación es lijar todo el objeto para eliminar la pintura o solo hacerlo en las partes que, después, se pretenden decapar.

Pero para proteger el mueble post intervención –si se hace con pintura la tiza– hay que lijar suavemente con una lija de gramaje 400 y luego aplicar una cera o laca de poliuretano. La primera opción si se busca darle una terminación más mate y la segunda una más brillante. Para la pintura al agua no es necesario aplicar protección ya que está hecha para alto tránsito.

Para elegir los materiales, Josefina Alcaino aconseja usar brochar redondas porque llegan a todos los detalles y son fáciles de manipular, y dejar los rodillos para aquellos muebles de un estilo más elegante, ya que ayudan a que las pinceladas no queden marcadas. Además, asegura que nunca hay que batir un tarro de pintura, laca o cera, sino que hay que revolverlos lentamente. “Nosotras también guardamos las latas de pintura al revés, es decir, boca abajo, porque de esta manera no le entra aire y no aparecen burbujas”, comenta. “Para secarlos, la recomendación es esperar 20 días. Si bien el secado a tacto con la mano se logra a los tres días, hay que esperar si se busca lograr una terminación perfecta, sobre todo quienes tienen pensado poner algún objeto sobre el mueble”.

Una buena idea

“A nosotras nos gusta mucho la mezcla de pintura con madera. Por ejemplo, pintar una cómoda gris y dejar la cubierta y los cajones de lavado de madera. Esta es una técnica que se está usando cada vez más y que consiste en sacarle el barniz antiguo al mueble para lograr el color de la madera natural, pero protegiéndola con cera”, explica. Aunque los materiales que se necesitan para llevar a cabo esta técnica están disponibles en diferentes ferreterías, Josefina junto a su equipo lanzaron un kit que incluye un tutorial con todos los pasos y los productos que se requieren para hacerlo desde la casa.

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