El maquillaje que viene




Todos los años diferentes organizaciones realizan estudios para determinar cuáles serán las próximas tendencias. Basándose en elementos como ventas, influencias culturales, ferias a lo largo de todo el mundo, así como analizando los cambios que va sufriendo la sociedad, la tecnología, el medio ambiente, la política, la industria y la creatividad, es que crean un mapa que identifica los patrones emergentes que impactarán las tendencias. “Aunque hay un pronóstico global, hay también algunas particularidades en cada región que se analizan de acuerdo con un contexto histórico y cultural”, cuenta Catalina Marín, experta en tendencias de la compañía de pronóstico de tendencias WGSN.

Así es como sabemos, entre muchas otras cosas, que los colores protagonistas de la paleta de maquillaje para la próxima temporada otoño-invierno serán Bitter Lemon, Liquid Lime y Galactic Cobalt, así como los pasteles perennes con infusión digital de Digital Lavender y Apricot Crush. “Estos tonos reflejan el rebote del optimismo del consumidor y la necesidad de reavivar la imaginación. Como se destaca en nuestro pronóstico de color global, el color se convertirá en un símbolo de autoexpresión, resplandor y equilibrio en 2023. Los consumidores se sentirán atraídos por los colores que hablan de bienestar, descubrimiento, simplicidad y placer”, explica la experta.

Para combinar los tonos más otoñales, una buena opción son los naranjas. Y para los más neutros, aparecen como buena opción los amarillos y marrones. “Los tonos que se sienten tranquilos, sosegados y serenos serán clave después de un período de sobreestimulación. Los neutros cálidos y nutritivos se sienten imperfectos, futuristas y cálidos, ya que el amarillo seco se combina con marrones intensos. Estos tonos con un matiz metalizado, llevan los tonos del día a la noche”, dice Catalina Marín.

Con un fuerte guiño hacia la década de los 90, vienen los labios rayados en tonos rojo-marrón y negro, y las cejas ultrafinas, incluso previamente blanqueadas para así poder dibujar en negro azabache una línea en la parte superior del ojo. “Durante tiempos convulsos, los consumidores suelen volver al pasado en busca de comodidad. El ritmo acelerado de la vida moderna, junto con las tensiones sociales y emocionales de la pandemia, han desplazado las necesidades de los consumidores de manera significativa hacia el escapismo a través de la lente de la nostalgia”, aclara la experta.

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