Erica Pavez, mentora y socia co fundadora de Redmad




Mark Zuckerberg y Bill Gates son dos referentes del mundo de la tecnología y las start ups. Ambos han reconocido el rol clave que han tenido sus mentores —Steve Jobs y Warren Buffet— a lo largo de sus carreras. Y, si bien, tendemos a asociar la mentoría en los negocios y el mundo corporativo como una instancia en la que un especialista comparte su expertise con alguien con menos trayectoria y experiencia, no solo en esta área existen mentores. Yves Saint Laurent, JJ Abrahams e incluso Oprah Winfrey han hablado sobre los enormes beneficios de contar con un buen mentor para avanzar en el ámbito profesional. Y es que, un mentor es una figura que no viene simplemente a dar consejos ni instrucciones respecto de cómo se deben hacer las cosas. Se trata de un especialista que comparte su know-how pero, además, acompaña, escucha y plantea las preguntas correctas en el momento preciso para ayudar en el crecimiento profesional de otros.

Erica Pavez es Ingeniera Comercial de la Universidad de Chile y especialista en gobiernos corporativos. Ha estado en la gerencia de empresas de distintos rubros y ha sido parte de múltiples directorios a lo largo de su carrera. Pero, a pesar de haber ocupado importantes cargos en compañías a través de los años, ser mentora ha sido una de las experiencias que profesionalmente más la han marcado. Fue una de las fundadoras de la Red de Mujeres en Alta Dirección que coordina mentorías para mujeres profesionales de distintas áreas y es parte de Mentores con Sentido. “Para ser mentor tiene que estar en tu ADN esa capacidad escucha y la de transmitir tu experiencia”, explica. Porque la clave de un buen mentor es ser capaz de dejar el ego a un lado para poner el desarrollo de los talentos y habilidades de otro como epicentro del proceso.

¿Qué es una mentoría? ¿Cuál es el objetivo de una mentora?

La mentoría es una relación entre un mentee (aprendiz) y un mentor en la que se establecen objetivos para ayudar al desarrollo personal y profesional de quien recibe la mentoría. Es una relación bidireccional en la que tú, como mentor, influyes en otra persona y esa otra persona también influye en ti. Como mentor tienes que saber definir qué tienes tú para entregarle al otro porque, en un proceso de mentoría, el traspaso experiencia es fundamental.

Lo más importante es lo que le pasa al otro. Poder poner el foco en la otra persona, ser capaz de ponerte en su lugar y ver todas sus luces y sombras. Y, a partir de lo que tú sabes y lo que él o ella no tiene, se puede poner luz a esos puntos ciegos y por lo tanto acelerar el proceso de cambio. Ahí está la magia.

Chile todavía tiene una gran brecha de género en el mundo corporativo, ¿por qué son importantes las mentorías de mujeres para mujeres?

Las mentorías para las mujeres definitivamente son un complemento súper importante en el desarrollo de carrera. Una mentoría te permite primero aprender identificar un montón de factores que son los que afectan el que no haya diversidad de género en todas las organizaciones. A través de la mentoría se traspasan conocimientos, se educa y finalmente se entregan herramientas para que efectivamente el camino sea más fácil, más rápido y así las mujeres tengan estrategias para que, a pesar de la adversidad, puedan avanzar superando las brechas de género. Además, te permite conectarte con otras mujeres y vincularte con role models. Son mujeres que te muestran cómo ellas lo han hecho y eso permite que puedas ver que sí es posible. A partir de sus experiencias puedes buscar tu propio camino porque si no visualizas ese camino como algo posible ya partes con una creencia que juega en tu contra tremendamente.

¿Qué aporte entregan las mentoras que quizás no se logran con otras formas de apoyo al desarrollo de carrera?

Una mentora no solo tiene como objetivo transmitir experiencias, sino también poder escuchar al otro y plantearle preguntas. A diferencia del coaching o las consultorías, aquí hay una relación bidireccional en la que el mentor reconoce y respecta los puntos ciegos del mentoree. Si no, la dinámica sería la de una consultoría pagada donde una parte simplemente traspasa temas técnicos o es un ejercicio de coaching donde no estás traspasando herramientas ni experiencia sino simplemente haciendo preguntas. Entonces son tres herramientas totalmente distintas para la transformación.

¿Cuál es la principal enseñanza que intentas dejarle a tus mentorees?

El talento no tiene género y esa es una de las grandes lecciones que las mentoras intentamos poner en el mindset de las mujeres. A partir de ahí te das cuenta de que no tienes techo si quieres lograr algo. El problema es que efectivamente hay obstáculos. Aquí es cuando hablamos, más que de la brecha de género, de la igualdad oportunidades: si el talento no tiene género ¿por qué no está todo el talento hoy día visibilizado?

Por ejemplo en el mundo de las start ups, ya nos estamos quedando atrás y vuelve a haber una brecha inmensa. Es un área en la que prácticamente no hay mujeres. Y eso no se debe a que no haya talento. Se explica porque no están en las redes en el momento adecuado entonces no se ven. En los venture capitals que son las formas de financiamiento para start ups, hay también una tremenda brecha. Es más difícil para las mujeres conseguir capital. Entonces para cambiar el cómo operan esos negocios, las mujeres podemos hacer las cosas distintas y las mentorías son una instancia para generar esas nuevas fórmulas.

¿Hay algún caso que te haya marcado especialmente?

Personalmente para mí cada mentoría es un proceso súper enriquecedor. No podría decir cuál ha sido mejor que otras porque independiente de lo que te pase a ti, lo importante es lo que le pasa el otro, ver los cambios y el impacto de quién recibe la mentoría. En mi caso es simplemente un orgullo inmenso el que te vuelvan a llamar para que vayas a otros casos por ejemplo. Cada mentoría es siempre una aventura porque cada persona es distinta. Son casos distintos y tiempos distintos. Es una experiencia súper desafiante pero también muy enriquecedora.

¿Es una herramienta valiosa para todos o solo en algunos casos?

Creo que es un herramienta que todos podemos fortalecer. Ser mentor no solo se circunscribe a los negocios. Tú puedes ser mentor de tus hijos, de una amiga, mentor en el trabajo o en cualquier área en la que tienes un know-how. Pero tiene que estar en tu ADN esa capacidad escuchar al otro y de transmitir cuando tu experiencia es valiosa para ese mentee. Hay instancias en las que incluso la experiencia no es lo más importante sino que las preguntas que haces y cómo las planteas en el momento adecuado para generar en el otro reflexión y conocimiento que provoque un cambio es todavía más relevante.

¿Qué motiva a una mentora?

El ser mentor es una forma de trascender. Todo lo que aprendiste es una herramienta súper potente porque quizás fuiste privilegiada en experimentar ciertas cosas y eres capaz de enseñarlas. Es un regalo por el solo hecho de hacerlo y por el impacto que provocas en otro. Pero lo veo también como una forma de contribuir. Saber que fuiste parte de esas historias aportando con un grano de arena a mí me llena el corazón.

Muchas veces lo que pasó ahí [en la mentoría] no necesariamente tiene un impacto en ese momento si no que tiene un efecto años después. Quizás por algo que dijiste o por algo que planteaste. Es definitivamente un proceso relacional súper potente y por eso hay que tomárselo muy en serio.

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