El ícono de los 80, treinta años después

Al borde de cumplir 50 años, y tres décadas después de coronarse Miss Chile, la ex modelo Josefa Isensee mantiene un cuerpo escultural y un rostro lozano. En esta entrevista, la primera que da en siete años, cuenta que está casada, que no pudo tener hijos y que el agua y el deporte siguen siendo su pasión y refugio.




Se pasea en bata blanca, traje de baño verde agua (uno de los 50 que tiene) y moño chascón por los pasillos del Spa Mund donde, a diario y hace casi 25 años, practica gimnasia en el agua y, cuando el tiempo se lo permite, ella misma es la que hace de profesora. Y es impactante. Josefa Isensee, ex modelo, ex Miss Chile, ex Miss Model of the World y ex figura frecuente de la TV, se ve despampanante al borde de cumplir 50. Escote envidiable. Cintura de avispa (y no es exageración). Piernas eternas, tonificadas y sin pista de celulitis. Pelo brillante. Su cara es tema aparte. Piel lisa, poros diminutos, ojos verdes azulados que lo iluminan todo. Ni la más mínima pista de ese cansancio que dicen que llega con el paso del tiempo. Es cosa de mirarla para concluir que no era un cuento ese estilo de vida saludable que divulgó en los 80 y 90, en la era pre TV cable y pre internet. Cuando nadie aún hablaba en Chile de la importancia de una buena alimentación, los beneficios del deporte y el agua. Belleza eterna ciento por ciento natural. O, para ser más precisos, sin cirugía.

Josefa Isensee fue la modelo de Rubén Campos, Luciano Brancoli, Iván Grubessich y el fallecido Jaime Troncoso. También la Señorita Jo de Martes 13 (Canal 13) y uno de los primeros rostros de multitienda. Lanzó dos videos y un libro con tips de su estilo de vida, hasta que un día desapareció de la escena pública y tan solo se supo de ella a través de una línea de productos de belleza a base de algas que en la etiqueta llevaban su nombre y que tras un tiempo dejaron de comercializarse debido a su inviabilidad frente a la competencia. "Llegó un minuto en que me di cuenta de que el modelaje y la televisión se estaban volviendo muy faranduleros y yo ya estaba llegando a los 40. Tenía que evolucionar", dice. Hoy estudia alemán e imparte charlas motivacionales y talleres de imagen personal en instituciones y empresas. Pero, sobre todo, está dedicada a su vida personal; a su matrimonio con un empresario, con quien viaja fuera de Chile gran parte del año.

El cuerpo de Chile

A los 21 años fue elegida Miss Chile 1983 y en torno a su figura nació una leyenda ligada no solo a un cuerpo perfecto –más tarde recibiría el apodo de "el mejor cuerpo de Chile"– sino a un halo de misterio marcado por su pulsión a la soledad y a su refugio en la playa, cerca de Zapallar, a donde partía cada vez que era posible para zambullirse en el mar, nadar y bucear. Solitaria y privada, se decía de ella. Sigue tal cual.

"Siempre me he sentido mejor sola que en grupos. Ha sido la gran constante de mi vida e influenció mis determinaciones laborales. Cuando modelaba y estaba en televisión, frente a los ambientes encerrados, el humo, las luces, las decenas de personas que circulaban, yo necesitaba escapar, arrancar a la playa, sentir el olor a mar. Junto al deporte era lo que me mantenía saludable", dice, ahora con una camisa blanca Ralph Lauren y unos jeans que fácilmente son talla 38 y le quedan sueltos.

¿Me puedes explicar cómo te mantienes así?

El 99 por ciento se lo debo a los genes. El resto es por el estilo de vida que he llevado siempre y que no elegí, sino que es lo que me ha resultado natural para mi vida y que para muchos puede sonar aburrido. Nunca he fumado, nunca he sido de trasnochar, de hecho no creo haber visto el amanecer más de dos veces, soy diurna y sin deporte me siento mal, incómoda. De inmediato me pongo tiesa y empiezo a retener líquido.

¿Pero algún pisquito sour te habrás tomado alguna vez?

Nunca tomé nada de alcohol hasta que hace cuatro años, con el colesterol al límite como herencia familiar, llegué hasta la consulta de la nutricionista Patricia Padrón, de la Clínica Las Condes. Me recomendó tomar una copita de vino tinto en las comidas y que la mejor cepa era la cabernet sauvignon. Pensé que no iba a poder, pero aprendí a tomar.

¿Qué deportes practicas a diario?

Gimnasia en el agua todas las mañanas, invierno y verano en Spa Mund. En mi casa, en las tardes, hago spinning, yoga que practico siguiendo unos DVD, y stretching, que son unos ejercicios de estiramiento con balón, que imitan los movimientos felinos y que me hacen muy bien para la espalda. También nado en la piscina de mi casa. Siempre estoy en movimiento.

Pareces un pez.

En el agua es donde mejor me siento. Ya sea en una piscina o en el mar, donde nado aunque haga frio o llueva. Me pongo un traje de agua, me meto al mar y soy inmensamente feliz. El agua aporta puros beneficios. Piensa que la vida comienza en un medio acuoso. Si no fuese porque estoy metida casi todo el día en el agua no podría resistir la ciudad.

¿Eres de las que detesta la vida citadina?

Me cansa. Necesito la naturaleza y sentir que el cemento no me devora. Tanto que a veces llego a mi casa, almuerzo y parto a subir a un cerro. Necesito el verde, estar con mis perros y gatos. Para mí la calidad de vida significa apagar el teléfono, desconectarme. No entiendo el estilo de vida con manos libres, teléfonos inteligentes, computador. Me sorprende ir a un centro comercial y ver a la gente comprando televisores gigantes. Me resisto a entrar en esa dependencia con la tecnología. Me estresaría. Cada vez quiero tener menos cosas.

Pero igual te darás tus gustos.

Obvio. Me gusta la ropa de buenos materiales: linos, algodones, sedas. No resisto el plástico.

Imagino que con ese nivel de conciencia de tu cuerpo, cuidas muchísimo tu alimentación.

Hago las cuatro comidas del día y como muy normal. En la mañana, un café con leche y pan común con mantequilla sin sal. Me gusta la comida casera: la cazuela de ave, los pescados al horno. Evito las carnes rojas. Nuncamehan gustado. Tienen olor a cadáver. Yo misma cocino todo y me preocupo de comprar buenas frutas y verduras, en un lugar que se llama La Parcelita. Si como entre horas, es una fruta. No tomo bebidas ni ningún jugo sintético; sí mucha agua, casi siempre filtrada, entre comidas. Le pongo limón o menta de mi huertita. Aunque vivo en departamento, tengo maceteros con hierbas, tomatitos, ciboulette y rúcula. Todo lo que se pueda plantar en un espacio pequeño.

¿Has descubierto algún producto saludable que te haya dado reales resultados?

Hace un tiempo descubrí el agar agar, gelatina vegetal de origen marino que me ha maravillado. He investigado todo lo que he podido sobre ella. Es una potente fibra dietética que baja los niveles de azúcar y la presión arterial. Muchas empresas del rubro alimenticio la usan para dar textura a mermeladas, yogurts y manjares. Yo la consigo en sobrecitos –viene en polvo– y cocino con ella de todo: arroz, salsa blanca, terrinas, mousses. También se usa en la cosmética, ya que es retenedora de agua.

¿La usas en cremas?

Sí. Soy muy alérgica y hasta las cremas más caras me producen picazón. Así es que me mando a hacer cremas con agar agar que humectan y regeneran. También me hago máscaras de yogurt natural, hecho en casa, y miel.

¿Y para el cuerpo?

Para las piernas uso hace años la crema Nivea de la lata azul. Y me doy baños de tina con leche y canela, una combinación humectante con efecto de aromaterapia. Como verás, todo lo que uso es muy sencillo, pero la clave es la constancia y hacer cosas que te hagan sentir bien.

Entiendo que cuidas harto las horas de sueño.

Duermo mucho. Me levanto a las 8.30 y me acuesto después de las noticias. Duermo siesta casi todos los días. Almuerzo siempre en mi casa, me pongo pijama y duermo al menos una hora y media. Es un hábito que mantengo desde los tiempos del colegio e intento cuidar.

Te mantienes 100% natural: sin bótox, sin cirugías, ¿sin nada?

Lo único que me hago son tratamientos de láser para combatir la rosácea y eliminar manchas. Pero cirugías, aunque no estoy en contra, no me haría. Nunca he visto que una estirada quede bien. Tampoco los rellenos de las bocas. Las caras quedan todas iguales. Y le tengo pavor a las liposucciones.

Fiel a la naturaleza

El retiro de Josefa Isensee de la escena pública tuvo que ver con la búsqueda de una vida tranquila y con la necesidad de formar una familia. "Me casé y tomé el compromiso de llevar una vida más privada", dice.

Te casaste pasados los 40, en un país en el que aún a las mujeres se les dice que "las va a dejar el tren". ¿Sentiste la presión?

En algunos círculos sociales había esa presión, pero no en mi ámbito más cercano. Sí sentí esa presión en el tema de los hijos que, finalmente, no tuve.

¿Fue una opción?

No me gusta hablar de eso. Solo puedo decirte que quise y no pude. Intenté hacerme tratamientos, pero no los resistí. Son demasiado invasivos; sentía que mi cuerpo no era mi cuerpo.

¿Cómo has vivido ese proceso?

Como un duelo. Tuve que soltar, dejar y aceptar. Había un ciclo de la vida que ya no me correspondía. La naturaleza es sabia.

¿No te da miedo el deterioro físico?

No. Lo único que quiero es envejecer bien de cabeza. Insisto en que la naturaleza es la que debe mandar.

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