Menstruar duele




Sentirse sin ánimo, a veces con náuseas, o quedar tirada en la cama por dolor el primer día de la menstruación, es la realidad de muchas. El problema ocurre cuando la dismenorrea –dolor asociado a la menstruación que afecta a 1 de cada 3 mujeres, según explica la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia– no es tomada en cuenta y se le da nula importancia al momento de pensar en cómo las mujeres se mueven en esta sociedad que, paradójicamente, les exige la misma productividad en esos días.

Y es que menstruar duele. Así lo explica la Dra. Paula Jiménez, ginecóloga de Clínica Las Condes, quien dice que la razón detrás de esto es multifactorial. “Más de una condición puede generar dolor pelviano. Algunas de ellas pueden deberse a patologías del aparato reproductivo, pero otras pueden tener relación con el sistema digestivo o el genitourinario. Incluso, en algunas ocasiones, no hay causa aparente. El dolor asociado a la dismenorrea se debe a contracciones uterinas generadas por una producción aumentada de sustancias inflamatorias llamadas prostaglandinas y leucotrienos. Las prostaglandinas tienen la capacidad de interrumpir el flujo sanguíneo hacia el útero al estimular la contracción muscular, lo que genera una disminución en el oxígeno de las fibras musculares que se percibe como contracciones y dolor abdominal”, explica.

La multifactorialidad de este dolor, que muchas veces puede ser agudo e inhabilitante, también dificulta que el diagnóstico sea rápido y certero. Javiera (24), ha pasado casi quince años de su vida buscando el origen de su dolor. “El camino que he recorrido ha sido muy largo, confuso, frustrante y no ha terminado aún. Desde los 10 años que me duele y con 24 todavía no tengo idea por qué. Me he hecho todo tipo de exámenes: ecografía transvaginal, resonancia magnética, PAP y nada, estoy ‘sana’. Tampoco he visto mucho interés de los ginecólogos a los que he ido por encontrar la raíz de mi problema. Incluso sin examinarme, me han mandado a tomar pastillas anticonceptivas, como si aplacar los síntomas fuera más importante que comprender por qué pasa”, cuenta.

El tratamiento, como dice Javiera, muchas veces resulta como una especie de prueba y error para saber qué funciona efectivamente en cada paciente. Según explica la doctora, cuando el dolor no cesa con los analgésicos de primera línea, se busca controlar la liberación de sustancias inflamatorias y para eso, se indica la anticoncepción hormonal.

“Se pueden utilizar antidepresivos para manejar la ansiedad asociada al dolor crónico o bien otras medicaciones para situaciones más específicas tales como antibióticos, toxina botulínica, dependiendo de cada caso. También la reeducación kinésica del piso pelviano es una herramienta muy útil para manejar el dolor asociado a patologías musculoesqueléticas pelvianas”, agrega.

Sin embargo, la ciencia avanza y ya existe evidencia respecto a factores que pueden empeorar los síntomas del ciclo menstrual. “Un estudio reciente ha evaluado el efecto que tiene el saltarse el desayuno y el desarrollo de futuras patologías ginecológicas. Saltarse el desayuno interfiere con el inicio de la fase activa del ciclo circadiano y se ha visto que esto afecta negativamente el eje hipotálamo hipofisiario gonadal, afectando finalmente en la función ovárica. Los principales reguladores del ciclo circadiano son el efecto de la luz/oscuridad y la ingesta alimentaria. Entonces, las mujeres jóvenes que no toman desayuno muestran mayor incidencia de dismenorrea y de ciclos menstruales irregulares”, comenta la Dra. Jiménez.

Asimismo, se ha demostrado en los últimos años que ciertos nutrientes tienen la capacidad de generar cambios en la expresión genética y epigenética celular. “La dieta mediterránea rica en vegetales, frutas, granos, legumbres, aceite de oliva y baja en carnes, ha demostrado ser beneficiosa en algunas patologías ginecológicas como la endometriosis y la infertilidad. Y es que se ha visto que el consumo de ácidos omega 6, que se encuentran en carnes rojas, se correlaciona con el aumento de los niveles de estrógenos (estradiol y estrona) y con niveles más altos de sustancias proinflamatorias. Y, por el contrario, la suplementación de omega 3 ha demostrado disminuir los niveles de factores proinflamatorios”, agrega la experta.

Debemos hablar más de menstruación

Durante décadas la menstruación ha sido un tema tabú. Basta con recordar la publicidad de productos para la higiene menstrual, que jamás mostraron la sangre, sino que un líquido azul totalmente ajeno a la realidad. Esto, entre otras varias costumbres como no decir la palabra ‘menstruación’ y cambiarla por otros eufemismos. Esta invisibilización ha hecho que también se escondan, e incluso normalicen, síntomas de la menstruación y que por tanto las mujeres los vivamos en silencio. Y justamente esa normalización de este dolor puede ser un factor gatillante para que no sea bien diagnosticada la dismenorrea o que no se consulte a tiempo.

“En mi caso interfiere con mi quehacer diario, es difícil de ignorar. Es punzante en la zona del útero y siempre me voy preguntando qué tan soportable es para tomar el analgésico o aguantar. El día que más duele es el primero en que baja la regla. A veces ha sido tan doloroso que he tenido que tumbarme en posición fetal con sudor frío y presión baja, esperando que los medicamentos hagan efecto”, cuenta Javiera. Y agrega: “En ese momento quiero estar ocupada en descansar el cuerpo, en tomar algo caliente y estar acostada. Porque a veces el dolor es invalidante o incluso cuando no es tan fuerte, igual suelo estar más sensible emocionalmente y mi batería energética baja considerablemente. Me he topado con gente que no comprende lo que siento, o que nunca lo han vivido, entonces lo minimizan. Pero en general he tenido la suerte de poder elegir estar en mi casa esos días”, cuenta.

¿Pero qué pasa con quienes no se pueden quedar en casa? ¿Es justo que las mujeres por un par de días al mes trabajen a la par que los hombres aunque biológicamente su cuerpo no las acompañe? ¿Deberían haber permisos especiales para que las mujeres se ausenten de su trabajo u otras responsabilidades durante su periodo menstrual?

Hace casi un año, en septiembre de 2021, la Comisión de Mujeres y Equidad de Género presentó un proyecto de ley que “promueve, resguarda y garantiza derechos de las personas menstruantes” y que busca que el Estado facilite su ejercicio, algo que podría propiciar la discusión respecto a permisos para personas menstruantes. La propuesta, si bien fue aprobada por la Cámara de Diputados, hoy duerme en el Senado. “Menstruar duele y es importante, hablemoslo y creemos conciencia colectiva”, concluye Javiera.

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