Onicofagia: Las consecuencias de comerse las uñas




Aunque comerse las uñas es una costumbre que se puede ver en niños, niñas y adultos, las razones de este mal hábito responden tanto a factores mentales como emocionales. Y es que morderse las uñas no solamente quiere decir que quien lo hace esté nervioso, también se puede deber a distintos y variados estados como tener hambre o incluso estar aburrido. La psicóloga Manuela del Solar lo confirma: “Una vez que el hábito está instalado se vuelve automático y se tiende a independizar de la causa psicológica del momento”.

A pesar de ser algo común, la onicofagia puede llegar a transformarse en un problema grave bajo el punto de vista de diferentes disciplinas.

La manicurista Javiera Kästner, que entre sus clientes ve constantemente a personas que se comen las uñas, explica algunos de los problemas que esto puede generar. “Además de la hinchazón propia de la piel que rodea la uña, es muy común el daño en la placa de la uña y su matriz, lo que genera que luego crezcan chuecas, con hendiduras e irregulares”. Una vez dañada la matriz, no solo no hay forma de recuperarla si no que la uña se debilita y aumenta la posibilidad de infecciones. Javiera explica: “Al morder las uñas estamos mezclando saliva con otras bacterias de las manos y esto puede ocasionar infecciones que veces a pueden llegar a producir la pérdida de la uña, generando más daño y dolor”.

¿Cuánta es la gente que se come las uñas? “En general se ha visto que afecta entre un 20 y 30% de la población, siendo más común en niños y adolescentes. En menores de 3 años es raro que se presente y después de los 40 años la prevalencia disminuye progresivamente”, explica la ortodoncista Claudia Morales, quien afirma que es común recibir pacientes que sufren de onicofagia, algo que salta a la vista inmediatamente al examinarlos.

En términos odontológicos, las consecuencias pueden ser graves, desgastando los bordes de los dientes e incluso llegando a tener repercusiones en las articulaciones témporomandibulares, las que conectan la mandíbula con la zona lateral de la cabeza.

¿Cómo tratar la onicofagia? Diferentes profesionales nos sugieren desde sus áreas:

Manuela del Solar (psicóloga)

  • Aumentar el autocuidado a través de instancias de relajación, como la meditación.
  • Hacer actividad física.
  • Realizar algún tipo de terapia conductual que esté orientada directamente en el manejo de síntomas ansiosos.
  • Lo más útil en el largo plazo, sería trabajar en profundidad aquellos aspectos de la personalidad que generan la sintomatología, como la psicoterapia, trasladando el hábito a la palabra para descomprimir las emociones o la ansiedad que lo puede estar provocando.

Javiera Kästner (manicurista)

  • Tratar de generar conciencia en el momento que se comen las uñas.
  • Tener las uñas esmaltadas o hechas profesionalmente.
  • Hidratar las cutículas de forma constante, esto hace que se generen menos cueritos y no tengan tentación de morderlas o llevárselas a la boca.

Claudia Morales (ortodoncista)

  • Consultar a un especialista, tanto en el caso de niños, niñas o adultos. Con un diagnóstico oportuno se puede realizar un tratamiento multidisciplinario de forma adecuada y así, reparar a tiempo todas las consecuencias de este mal hábito y mejorar la calidad de vida.

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