Participación femenina en transferencia tecnológica: El importante rol de las mujeres para acercar la ciencia a las personas

El rol de la transferencia tecnológica es ser un articulador para que un proyecto que surge en un laboratorio o en una universidad pueda llegar al usuario final. En ese proceso, muchas mujeres han ganado territorio. Según Varinka Farren, directora ejecutiva del hub de transferencia tecnológica APTA, esto se debe a varias razones. “Una de ellas es que las mujeres de manera natural abrimos más fácilmente espacios para encuentro, generamos redes de colaboración y somos capaces de dejar de lado los egos”, dice.
La transferencia de tecnología es el proceso en el que se transfieren habilidades, conocimiento y tecnologías entre los gobiernos o las universidades y empresas privadas para asegurar que los avances científicos y tecnológicos sean accesibles a un mayor número de usuarios. Y aunque puede sonar un tema lejano, su desarrollo puede tener valiosas implicancias en nuestra vida cotidiana. Un buen ejemplo es lo que ocurrió con la marca chilena NotCo, una empresa de Food Tech que usa inteligencia artificial para crear alimentos deliciosos, sustentables y accesibles, todo a partir de plantas. Este proyecto, como muchos otros, surgió desde la investigación y probablemente en un laboratorio, y logró llegar al mercado y satisfacer las necesidades de muchas personas que no querían consumir alimentos de origen animal. Todo gracias a la transferencia tecnológica.
Como este, hay miles de ejemplos. Así lo explica Varinka Farren, directora ejecutiva del hub de transferencia tecnológica, APTA. Varinka hizo un magíster en Estados Unidos y cuando volvió a Chile trabajó en Corfo, donde se dio cuenta de que hay muchos investigadores que van a las empresas y no saben cómo explicar lo que necesitan para llevar a cabo un proyecto y, aunque suelen tener buenísimas ideas e investigaciones que a su vez podrían derivar en excelentes productos, no se llevaban a cabo y sólo quedan registrados en un paper. Por esta razón decidió dedicarse a este tema, con el objetivo de acercar la ciencia a las personas.
¿Cuál es la manera más sencilla de explicar el rol de la transferencia tecnológica en la ciencia y la tecnología?
El rol de la transferencia tecnológica es ser un articulador para que un proyecto que surge en un laboratorio o en una universidad pueda llegar al mercado. Lo que ocurre, es que muchos investigadores estudian por curiosidad –que es como se descubren cosas nuevas– y otras veces porque existe una necesidad latente, como ahora en el caso de la vacuna por Covid. El proceso de llevar este conocimiento al mercado –especialmente cuando se trata de aquellos descubrimientos que surgen de la curiosidad– involucra a varios actores. Nuestro trabajo consiste en articular a estos actores.
En ese sentido ¿la pandemia puso en evidencia la importancia de este trabajo?
La pandemia puso en evidencia no solo nuestro trabajo, sino que también la importancia de la ciencia en general. Ahora, por ejemplo, hay varias investigaciones interesantes en Chile relacionadas con el tema de la salud. Una de ellas es del investigador Hernán Lara, de la Facultad de Química de la Universidad de Chile. Él creó un nanodispositivo que regula el funcionamiento de los nervios a nivel de los órganos. Es decir, te insertan este nanodispositivo y esto te genera impulsos que hacen que no sea necesario ingerir medicamentos, sino que tu mismo cuerpo te sana. Es lo que se conoce como Electrofarma. Algo que parece de película de ciencia ficción, pero son cosas que están pasando. Creo que hay que aprovechar esta pandemia como una oportunidad para que las personas entiendan su importancia, porque hay muchos casos de éxito que no se visibilizan. Siempre se ha visto a la ciencia como una disciplina muy lejana, pero este virus nos demostró que no lo es tanto y que si no se trabaja en ello, puede afectarnos a todos de manera muy cercana.
Participación femenina
A diferencia de lo que ocurre en la ciencia y tecnología, en transferencia tecnológica muchas mujeres han ganado territorio. Según Varinka, esto se debe a varias razones. “Una de ellas es que para hacer transferencia tecnológica hay que ser muy persistentes y saber articular a distintos actores. Las mujeres de manera natural abrimos más fácilmente espacios para encuentro, generamos redes de colaboración”, dice.
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Pero aun así, hay situaciones que demuestran inequidad, como los datos que hace algunas semanas levantó la Red de Gestores Tecnológicos, que contempló una encuesta realizada a los 3 hubs y 23 de las 26 OTLs financiadas por Corfo, que dan cuenta que de 117 personas en cargos de toma de decisión, 54% son mujeres. Si bien este dato no es tan representativo en términos de que equipara la cancha y posiciona a las mujeres un pelo más arriba, el dato significativo es que estas mujeres tienen un nivel académico mucho más alto que sus pares hombres. La presidenta de la Red GT planteó la reflexión de que esta cifra podría indicarnos que a las mujeres se les exigen más capacidades para cumplir estos roles.
¿Por qué es relevante que más mujeres participen de la transferencia tecnológica?
Para explicarlo voy a poner un ejemplo. Los infartos al corazón son mucho más mortales en mujeres que en hombres, y esto se debe a que los síntomas de las mujeres no han sido ampliamente estudiados como los de los hombres. Entonces, uno suele pensar que si te duele el brazo izquierdo o el pecho te va a dar un infarto, pero en el caso de las mujeres es distinto. Y esto pasa porque históricamente los estudios han sido liderados por hombres. Este ejemplo sirve para relevar la importancia del rol de la mujer en esta área, ya que funcionamos como un puente que va mostrando, desde la tecnología y también desde la necesidad, lo que es importante.
¿De alguna manera ayudan a equilibrar la baja participación de mujeres en la ciencia?
Creo que sí ayuda. Pero también creo que debería haber más mujeres en ciencia. La idea no es que los hombres estén en ciencia y nosotras en transferencia. La alta participación femenina en esta área es un modelo que debería estudiarse y tratar de replicarlo en otras áreas. Muchas mujeres han logrado ser exitosas en transferencia más por temas de colaboración que de competitividad, porque para lograr el éxito en esta área necesitas colaborar y dejar egos atrás. Y las mujeres no tenemos ese rollo.
¿Qué falta para que más mujeres y niñas ingresen en esta área?
Creo que es importante la visibilización de este trabajo. Generar estos referentes de mujeres colaborando para que la ciencia llegue al mercado y a la sociedad. El ministerio de Ciencia y Tecnología lanzó una política de equidad de género y quienes estamos en esto tenemos un plan de acción con medidas que aumentan el acceso y el desarrollo para que más mujeres participen. Es importante tener esa cuota de participación femenina y, para eso, hay que avanzar en programas que las incentiven. Y no solo en transferencia, sino que también en sus propios emprendimientos científicos, que con la visión de una mujer pueden transformarse en una solución para muchos problemas de la vida cotidiana.
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