¿Podrá la Inteligencia Artificial reemplazar algún día a los actores?

La teleserie "Hijos del desierto" es pionera en el uso de IA para construir sets en 3D.

¿Un algoritmo podría generar toda una película a partir de un libreto? Son diversas las dudas que surgen en el sector audiovisual? Según algunos representantes del rubro en Chile, todo dependerá de cuál sea el motivo para el cual se utiliza la tecnología. Aquí, sus opiniones.


El mundo del espectáculo no sería nada sin los intérpretes. En las tablas o en las grandes pantallas, son miles los personajes que han quedado en la retina de los espectadores, y que incluso han pasado a la historia.

Son héroes y villanos que, al final del día y una vez que el libreto se acaba, recaen sobre personas de carne y hueso, que se han esmerado en cada palabra y gesto para dar la mejor interpretación. Pero la tecnología va haciendo lo suyo y sembrando ciertas dudas.

Ahora los actores pueden rejuvenecer e interpretarse a sí mismos más jóvenes, e incluso las propias casas productoras pueden realizar películas o cortos sin ayuda técnica alguna. La inteligencia artificial comienza a entrar de lleno en el campo del entretenimiento.

A fines de enero, Metaphysic, una empresa de efectos especiales, dijo que realizaría una alianza con Miramax para la película del libro del cómic “Here”, que será protagonizada por Tom Hanks y que permitiría al actor interpretarse a sí mismo, pero en una versión más joven. La firma estuvo detrás de los deepfakes de Simon Cowell y Terry Crews que se presentaron durante un episodio de “America’s Got Talent” el año pasado.

Y a pesar de que desde hace años se ven prácticas similares, como el retorno de la fallecida actriz Carrie Fisher para la película “Star Wars: The Rise of the Skywalker”, esto sigue siendo ir un paso más allá y, a pesar de lo que permita la tecnología, pone en cuestión hasta dónde está dispuesta a llegar a industria para cumplir con sus objetivos.

Terry Crews, Simon Cowell y Howie Mandel fueron protagonistas de deppfakes en la anterior temporada de "America's Got Talent", en los que la startup Metaphysic replicó a los jueces del programa.

Otro ejemplo es el de Netflix en Japón, que ocupó IA para generar un corto de anime. La plataforma de streaming se apoyó en un software de inteligencia artificial para realizar una producción de tres minutos. De acuerdo con la realizadora, recurrieron a esto ante una escasez de mano de obra en el sector e inmediatamente fueron criticados.

No es que falte talento, aseguraron algunos, sino que las grandes productoras no están dispuestas a invertir el dinero necesario ni pagarle a los equipos detrás de la producción. Eso, además del tiempo menor que puede demorar una IA en cumplir con lo mismo que un humano.

Hubo quienes afirmaron que con estas herramientas solo se precariza el sector y se eliminan así puestos de trabajo y labores que generalmente ocupan personas.

Shingo Tamagawa, un genio de la animación japonesa contemporánea, lo expresó luego de ver tanta tecnología en “Spider-Man: Across the Spider-verse”.

“Hay muchas formas de trabajar con animación tradicional, y no debería tratarse solo de trabajar de manera fácil y eficiente: (...), cuando lo vi, realmente sentí como si hubiéramos perdido”, dijo el director de “Puparia”. Y similares comentarios han hecho otras leyendas del sector, como Katsuhiro Otomo (”Akira”), ante su crítica a la industria animada.

Netflix Japón publicó el corto "El perro y el niño", para el cual utilizó Inteligencia Artificial en su realización. Recibieron críticas, por supuesta precarización de la industria al usar tecnología en vez de algunos talentos humanos.

Pero esa es solo una arista de toda una gran industria que se ve permeada por la tecnología y la inteligencia artificial. ¿Podría alguna vez llegar a prescindir, por ejemplo, de los actores? ¿Podrían, por el solo hecho de tener un libreto, encargarle a un software crear la adaptación? Y, aunque no menos relevante, ¿Los actores reales podrían llegar a convivir con aquellos generados de forma artificial con los que solamente interactuarían en el mundo virtual?

La respuesta del sector audiovisual

Según distintos personeros de la industria local, la visión es más negativa que positiva. En definitiva, por mucha ayuda que signifique la tecnología, el talento real no puede quedar desplazado por los avances del día a día en el sector.

Desde TVN, por ejemplo, Roberto Cisternas, director de programación, dice que “la clave está y estará en mezclar los formatos, ocupar lo mejor de lo real con la tecnología; es muy difícil que los actores se reemplacen completamente, principalmente por la parte artística, que es lo único en lo que la máquina no podrá ganarle al humano”.

Así como en Hollywood hay quienes dicen que la industria cambiará para siempre debido a los avances tecnológicos, progresivamente eso debiera ir reflejándose en las televisoras. E incluso podría verse en otros sectores del entretenimiento, como en las tablas.

Tampoco dejaría de ser raro, por ejemplo, que en caso de requerir una escena en que un personaje levita o vuela en una presentación teatral, se le reemplace por un modelo en IA. La magia del espectáculo, sostienen algunos, está en el cómo se sorprende al espectador con distintos recursos, pero que no atenten en contra del formato.

Pablo Díaz, actor y reconocido productor local, recuerda la sensación que tuvo cuando, hace algunos años, vio la película “Final Fantasy: The Spirits Within” (2001). “Pensé que la pega de los actores ya empezaba a verse seriamente amenazada”, reflexiona él. Y rápidamente añade que están “igualmente amenazados ahora”, pero como también lo están muchísimos otros oficios en que los robots hoy en día parecieran ser más eficientes.

Pablo Díaz dice que cuando vio el filme "Final Fantasy: The Spirits Within" (2001) pensó que por primera vez el rol de los actores en la industria cinematográfica estaba en peligro.

Pero el tema va más allá, asegura. “Puede que quizá haya algo mágico, que puede tener o no que ver con el espíritu o alma, pero que una inteligencia artificial imite una emoción humana puede no ser replicable”, plantea el productor, fundador de RÍO Estudios.

Eso sí, cree que más pronto que tarde sucederán otros avances en la industria. Piensa, dice, que quizá un día se podrán instalar pantallas chromas en las casas de los actores y, a través de reconocimiento facial, grabar sus interpretaciones y luego estas ser montadas en el cuerpo de otros intérpretes.

Seguido a eso, dice que los actores podrían vivir en cualquier parte y enviar sus interpretaciones, pero que la emoción misma será algo irremplazable. “No sé si un robot o algoritmo logre llegar a lo más profundo o emocionar a un ser humano”, propone Díaz.

De hecho, cree que todos los puestos de trabajo que tengan que ver con las emociones, como la dirección general o el director de fotografía, no deberían ser reemplazados. Incluso los guionistas, aunque ya haya quienes experimenten en la realización de guiones a través de ChatGPT.

“Quizás puedan corregirlo, pero de ahí a que tengan una idea original desde la primera versión del libreto, es bien difícil... Ideas hay muchas, pero debe haber una historia, con un medio y final, e incluso una estructura dramática que emocione, y ese es el mayor desafío para la tecnología”, afirma.

Sergio Gándara, copropietario de la productora Parox, dice que lo primero que se le viene a la mente cuando habla de tecnología y entretenimiento es la teleserie de Mega “Hijos del Desierto”.

“Es la primera en utilizar Unreal Engine en el trabajo escenográfico, que permite sincronizar movimientos de cámara con los fondos 3D, y que si es bien utilizada permite usar menos constructores escenográficos y más constructores 3D”, plantea.

En ese sentido, dice que la tecnología bien aplicada a las producciones, en este caso a una teleserie, le puede entregar valor de producción. “Uno puede ver que se desplazan entre escenarios de época, pero no son todos reales, y es una manera de hacer más eficientes los recursos”, dice el creativo.

“Se está aplicando tecnología cada vez más para ser más eficientes en este mundo, que es carísimo, porque el valor de producción ya no está en los pequeños detalles, sino en cosas como la tarifa del actor”, comenta.

De acuerdo a Sergio Gándara, de Parox, la teleserie "Hijos del Desierto" (Mega), es de la primera en su tipo en utilizar la tecnología Unreal Engine aplicada a la escenografía.

La tecnología, propone, no podrá reemplazar a los actores ni logrará generar emoción alguna en los espectadores. “Ahora se va a revalorizar la participación de los mejores talentos”, asegura.

Tampoco podrán desaparecer los productores, porque son los que tienen la iniciativa de llevar adelante una obra, “y sin esa iniciativa es imposible seguir”, ni los directores, “porque la forma de contar las cosas depende de su subjetividad”. Menos los guionistas, “porque una película es excepcional cuando sale de los lugares comunes, y la IA solo te llevaría a esos sitios”. Sobre los actores, dice que son los que hacen la diferencia interpretativa en una obra.

“Con la inteligencia artificial, aunque tengan de todo, no tendrá la subjetividad de la mirada humana”, asegura. Es probable que todas las comedias ridículas de Hollywood, porque son todas iguales, puedan hacerse de forma más eficiente con IA, pero no me parece que sea una realidad aplicada a las historias que tienen subjetividad”. Eso sí, algunas otras tecnologías, como el metaverso, pueden ser una puerta para las distintas industrias.

“No hay ninguna opción para que la industria audiovisual se reduzca, a pesar de la tecnología”, plantea Gándara.

La inteligencia artificial, cree Ángela Poblete, directora regional de Fábula TV, no puede crear algo original, ni escarbar en las profundidades de la naturaleza humana o presentar un punto de vista, que son algunos de los grandes valores del trabajo de los guionistas.

“La producción de guiones se fundamenta en un algoritmo que provee información específica y desde ahí opera, básicamente, a partir de fórmulas que seleccionan, mezclan y consolidan contenido que ya existe... Casi como si se tratara de un plagio a gran escala”, afirma la ejecutiva.

En lo concreto, “el lugar único desde el que un humano crea una historia, a partir de su propia experiencia, sensibilidad, ética, necesidad de contarla y la interacción con otros miembros del proceso creativo, es difícil de reemplazar”. La tecnología en sí, la IA, podría entregar ciertas herramientas, pero jamás reemplazar el trabajo que puede realizar un equipo creativo. “Al menos por ahora”, sugiere.

La evolución de la IA es tan veloz, dice, que ya se busca otorgarle a las máquinas “algo similar a la sensibilidad y las emociones”. A pesar de eso, hay algo estructural en su concepción y que le impediría crear una obra sensible. “Las máquinas están diseñadas para responder, en tanto nosotros nos planteamos las preguntas... Ellas nos dan lo que queremos, pero son los humanos los que nos abren mundos incómodos y provocadores”, argumenta.

En lugar de temerle a la tecnología, dice, hay que tratar de comprender su alcance y usarla para desafiarnos y mejorar los procesos. “Hay ámbitos en la producción audiovisual donde la IA puede ser transformadora y alucinante, como en los efectos especiales y el marketing”, añade.

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