Startup creada por dos chilenas se instala en Silicon Valley

Camila Gutiérrez y Carol Allende, fundadoras de ComeS, están instaladas desde hace unos pocos días en San Francisco.

ComeS, plataforma nacional que une a pequeños productores de alimentos con tiendas y restaurantes, desde hace unos días funciona en Estados Unidos en las oficinas de DevLabs, su principal inversionista. Su gran desafío: configurarse como empresa en ese país para ofrecer sus servicios.


A diez meses de haber estrenado en línea su plataforma, la startup chilena ComeS aterrizó en Estados Unidos para instalarse en Silicon Valley. Aunque el hecho da cuenta de un rápido crecimiento, lo cierto es que la historia de la empresa se viene escribiendo desde mucho antes.

Todo comenzó en 2015, cuando Carol Allende y Camila Gutiérrez, ambas de la Región del Biobío, se conocieron mientras cursaban un diplomado en gestión de la innovación.

A Carol Allende le habían diagnosticado recientemente un cáncer de mama, por lo que se estaba replanteando drásticamente sus conductas alimenticias. En ese entonces trabajaba en la Municipalidad de Antuco, donde veía que había una gran variedad de pequeños productores de alimentos, pero ningún lugar que reuniera esta gran oferta.

“Alrededor mío había alimentos que eran mejores que lo que podía encontrar en ese momento en el mercado porque uno leía la lata de algo que compraba y había puros nombre extraños en los ingredientes. Sin embargo, aunque yo podía comprar unas lechugas a la señora Marta o miel a don Pedro en otro lado, estaban dispersados en el territorio”, recuerda.

El apoyo a pequeños productores locales es la base del trabajo de ComeS.

Por su lado, Camila Gutiérrez trabajaba en la Municipalidad de Los Ángeles y había llegado hace poco de vivir en Canadá, donde había trabajado en voluntariado con productores de alimentos locales. Además, tenía experiencia previa con productores de alimentos gourmet. Sus intereses en común con Allende hicieron que comenzaran a pensar un proyecto en conjunto.

El empujón de la pandemia

Interesadas en tener una mejor oferta de alimentación, pero también, tal como otras iniciativas similares, pensando en entregar más oportunidades a los pequeños productores de alimentos, Allende y Gutiérrez crearon el primer producto de ComeS. Se trataba de un e-commerce que reunía una variada gama de alimentos de origen local que podían ser comprados por personas de la región.

Aunque la idea llamó la atención en la zona, había ciertas complicaciones que dificultaban la escalabilidad del proyecto. Por ejemplo, en ComeS recaía la responsabilidad de la logística de los envíos, lo que acaparaba la mayor cantidad del tiempo. De todos modos, decidieron seguir trabajando en la plataforma, convencidas de que el aprendizaje podría servir para más adelante.

Estaban en eso cuando llegó la pandemia y el flujo de clientes aumentó exponencialmente. A ratos cumplir con la demanda era casi imposible, pero, por otro lado, la ayuda que estaba significando para los emprendedores locales estaba dando en el clavo con el objetivo que se habían propuesto al principio.

Esto les permitió usar la experiencia acumulada para expandir la plataforma a nivel nacional. Aunque las complicaciones de antes seguían siendo las mismas en este nuevo modelo, decidieron buscar inversión privada y trabajar en la mejora del producto.

Gutiérrez y Allende se conocieron en 2015, en un diplomado de innovación.

Más que un marketplace

En agosto del 2021, el venture capital Devlabs oficializó su inversión en ComeS, que se encontraba en un nuevo proceso de investigación para poder entregar un mejor producto.

“Nos pasó eso de no enamorarse de la solución, sino que enamorarse del problema. Volvimos al problema y volvimos a conversar con los productores, volvimos a conversar con compradores y nos dimos cuenta de muchas cosas”, cuenta Camila Gutiérrez.

Una de esas conclusiones fue que los productores preferían vender al por mayor, lo que hizo que le dieran un nuevo enfoque a la plataforma, pensando en restaurantes, hoteles y tiendas de alimentación. Por otro lado, esos potenciales consumidores, conscientes de los nuevos desafíos de la industria, estaban interesados en ese tipo de productos siempre y cuando no tuvieran que buscarlos a cada uno por separado.

Durante el proceso, Gutiérrez y Allende también tomaron decisiones que tenían que ver con el rol de la empresa. Primero, no querían hacerse más cargo de las logísticas de envío y, segundo, comprendieron que también se escondía un negocio detrás de los datos que estaban recopilando en la plataforma.

Con todo esto en mente lanzaron una nueva plataforma, un marketplace para que productores de alimentos agroprocesados y agroelaborados puedan vender directamente y en línea a consumidores al por mayor.

Hoy en día, la plataforma cuenta con una vasta oferta de productos agroprocesados y agroelaborados.

En estos 10 meses, la plataforma ha cautivado a más de 100 productores de Arica a Coyhaique y a casi 70 compradores entre Arica y Los Lagos, de los cuales la gran mayoría son tiendas de alimentos de especialidad.

Paralelamente, ComeS lanzó un directorio virtual de productores, buscando una nueva vía para visibilizar a este tipo de emprendedores. Esta plataforma ha acelerado el flujo de información de mercado que maneja la startup, algo que servirá para sus próximos pasos.

“A medida que vayamos incorporando más información, nos va a poder permitir generar mejores recomendaciones para productores y recomendaciones para compradores. Más adelante nos gustaría hacer predicciones de demanda”, dice Camila Gutiérrez y añade: “Decidimos hacer este marketplace para poder atraer a productores a nuestro sistema para conocerlos y generar caracterizaciones de ellos”.

De Estados Unidos para el mundo

La inversión de hizo Devlabs también fue vital en la instalación de ComeS en Silicon Valley. La startup tiene sus oficinas en un espacio de la firma de venture capital especializada en softwares. Aunque solo llevan unos días allá, las expectativas son grandes.

“Hay una comunidad de latinos muy fuerte acá y hay mucha voluntad de colaboración, de que te vaya bien y conectarte con las personas lo más rápido posible”, cuenta Camila Gutiérrez.

Los objetivos en Estados Unidos son varios. Uno es estar mejor ubicado para buscar inversión, ya que pronto levantarán su primera ronda de financiamiento. Otro es conocer el mercado de productores de alimentos allá con la intención de adaptar y lanzar sus servicios en ese país. Por lo mismo, a comienzos del próximo año se constituirán como empresa en Estados Unidos.

Finalmente, desde el país norteamericano esperan tener una mejor posición para poder comenzar la expansión por otros países de Latinoamérica, algo que esperan concretar en el mediano plazo.

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