El debate sobre el impuesto a los altos patrimonios

Introducida como proyecto de ley a mediados del año pasado, la iniciativa de establecer un impuesto sobre los altos patrimonios de los ciudadanos más acaudalados ha tomado un nuevo impulso en las últimas semanas. El miércoles, la Comisión de Constitución de la Cámara baja aprobó la propuesta que combina dos proyectos de parlamentarios de la oposición. La iniciativa, promovida con el eslogan de “impuesto a los super ricos”, va en línea con leyes similares aprobadas en varios países, partiendo por nuestros vecinos de Argentina y Bolivia, y con recomendaciones de organismos internacionales como la OCDE, el Fondo Monetario Internacional e incluso la ONU. La experiencia de otros países como Alemania y Francia, en todo caso, también entrega argumentos a quienes apuntan a la poca efectividad de este tipo de impuestos a la hora de cumplir con la recaudación esperada.Aunque el gobierno plantea que el proyecto es inconstitucional, ya ha movido sus fichas para tratar de contrarrestar esa ofensiva. Y lo ha hecho proponiendo el fin de una serie de exenciones tributarias que, argumenta, permitirían una mayor recaudación, y más permanente. ¿Cuáles son los argumentos y los cálculos de ambas propuestas?