Diputado Luis Cuello y desmarque del PC en el veto de usurpaciones del gobierno: “No vamos a estar de acuerdo siempre en todo”

Pese a las críticas de sus aliados oficialistas y al llamado de atención de La Moneda, el jefe de bancada comunista prefiere ver el vaso medio lleno y dice que "aprobamos 10 de las 14 observaciones" que presentó el Presidente a la Ley de Usurpaciones. Sin embargo, llama a sus colegas de otras bancadas a ser cautelosos con sus palabras.


La reciente tramitación del proyecto que endurece medidas contra las tomas de propiedades, la llamada Ley de Usurpaciones, volvió a reabrir fisuras en las dos almas del oficialismo.

Sin embargo, el jefe de bancada de los diputados comunistas, Luis Cuello, en su estilo pausado, que caracterizó a los antiguos líderes del PC del siglo pasado, les resta dramatismo a las críticas de sus aliados de coalición debido al desmarque de su colectividad, que no apoyó cuatro enmiendas propuestas por el Presidente Gabriel Boric para corregir esta iniciativa.

“Teníamos una apreciación distinta respecto del aumento de pena. No quedamos conformes con la escala que se planteaba en el veto, sobre todo con las usurpaciones no violentas. Llegamos a la convicción de no respaldar ese aspecto en particular”, dice.

Las ministras Tohá y Vallejo lamentaron que no estuvieran los votos de ustedes para acompañar todas las observaciones que hizo el Presidente Boric a la Ley de Usurpaciones. Tres las rechazaron y en una se abstuvieron.

Tenemos una alta valoración de la conducta del gobierno respecto de la Ley de Usurpaciones. Hizo el esfuerzo por suprimir aquellos elementos que eran contrarios al Estado de Derecho, que propiciaban el enfrentamiento entre civiles. Ahora, durante todo el proceso legislativo, no solo con el veto, expresamos nuestra diferencia con la esencia de ese proyecto que presentó la oposición. Respecto del veto, aprobamos 10 de las 14 observaciones. Además, senadores y diputados del PC formulamos una declaración pública.

¿Fue transparentada a tiempo su postura?

Fue transparentada a tiempo en todos los espacios, tanto pública como privadamente. Son diferencias legítimas. Creo que eso no opaca, que respaldamos al gobierno en el corazón del veto, que tenía que ver con la supresión de estos aspectos que atentaban contra el Estado de Derecho.

El jefe de bancada PS, Daniel Manouchehri, dijo que no se puede ser gobierno solamente para tener cargos.

Yo llamaría a los colegas de otras bancadas oficialistas a ser muy cautelosos. En otros proyectos también ha habido conductas, posiciones, opiniones públicas que no son precisamente favorables al gobierno. Sin ir más lejos, hace pocos días, algunos parlamentarios del oficialismo pedían la renuncia del jefe de asesores del Presidente de la República. Hay que ser ponderado y procesar las diferencias de otra forma. Espero que rectifiquen aquellas opiniones.

Ahora, efectivamente nunca estuvieron de acuerdo con esa ley, pero la pregunta es cómo esta ley, que nace de senadores de oposición, llega a convertirse en una agenda de gobierno.

El gobierno ha enfrentado desde que asumió un fenómeno, que ya venía desde hace varios años, estructural, de incremento de problemas de seguridad. Eso es una realidad. Había que hacerse cargo de la sensación de inseguridad y la aparición de nuevos fenómenos. Es natural que haya surgido esta agenda, también del punto de vista administrativo. Creo que es una agenda exitosa, que ha significado incrementar sustantivamente recursos para las policías. Es necesaria una agenda legislativa de seguridad.

Pero ustedes nunca estuvieron de acuerdo con la Ley de Usurpaciones ni tampoco con la penalización del porte de combustible. ¿Por qué esos proyectos se incorporan a la agenda? ¿Se les consultó o no?

La alianza de gobierno es diversa, pero tiene convergencia de objetivos. En esa expresión de diversidades políticas, no vamos a estar de acuerdo siempre en todo. Yo no haría mayor cuestión de que existan discrepancias en dos o tres proyectos.

La impresión que queda es que esta agenda se armó sin el consentimiento de ustedes. ¿Se vieron sorprendidos?

No hablaría de sorpresa. Ha existido diálogo e intercambio, una cosa distinta es que en ese intercambio a veces predomine una visión sobre otra. Es fruto del proceso democrático y de la coexistencia de distintas visiones sobre una política.

Ustedes ya tenían un punto discrepante cuando no se les informó, por ejemplo, el cambio al Estado de Excepción Constitucional en la Macrozona Sur. Desde entonces, sistemáticamente ya no lo han apoyado. Eso fue un problema de comunicación, que ustedes mismos transparentaron.

Sí, lo dijimos públicamente. Estuvimos apoyando el estado de excepción. Pero también entendemos que hay fenómenos criminales que requieren medidas excepcionales. No creo que haya que despertar a priori una herramienta del Estado, pero ya que me pregunta: sí existió en esa oportunidad una falta de comunicación y la hicimos ver.

Ahora Uds. no han vuelto a apoyar el estado de excepción. Se han abstenido o rechazan.

Bueno, eso es así; sin embargo, eso también puede cambiar.

¿Hay un problema de comunicación especialmente con el Ministerio del Interior?

No, no lo diría así. Creo que no. Estas discrepancias o eventualmente fricciones como las que usted preguntaba respecto de otras bancadas, son parte del debate político y, por lo tanto, yo no le daría dramatismo.

¿Cuál es el sentir que tiene el PC respecto del avance de la agenda gubernamental? ¿Hay conformidad y satisfacción?

Siempre uno quisiera avanzar más rápido, pero uno no puede evadir o soslayar la realidad. La dinámica política también obliga a ralentizar.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.