Jackson logra salvarse de acusación en la Cámara de Diputados y dice que recogerá con “humildad” críticas políticas

El ministro Jackson recibe el abrazo de su abogada Claudia Sarmiento, tras la votación.

El Partido Republicano y Chile Vamos, en tanto, sufrieron una dura derrota que golpea anímicamente al sector ad portas de la votación de otro libelo constitucional contra la exministra de Justicia, Marcela Ríos. Sin embargo, el triunfo -que despeja por ahora el camino a uno de los ministros más cercanos al Presidente- también obliga a La Moneda a sacar algunas lecciones.


“Las críticas al carácter de una persona o a su trayectoria política no son una causal que habilite para la procedencia de una acusación constitucional”, expresó en la sala de la Cámara de Diputadas y Diputados, la abogada Claudia Sarmiento, quien defendió al ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, ante la acusación constitucional presentada por el Partido Republicano.

A pesar de sus palabras, los problemas que ha tenido el ministro en sus relaciones humanas y políticas en los últimos años fueron inevitablemente un factor durante todo el proceso que comenzó el 3 de enero, cuando fue ingresada la presentación republicana.

Incluso, a pesar de que el ministro tenía los votos para rechazar el libelo por incumplimiento de requisitos, la llamada cuestión previa, algunos legisladores, que tenían decidido rechazar la acusación, igualmente prefirieron pasar a la discusión de fondo para tratar de hacerle un llamado de atención.

En esa votación preliminar, a Jackson le faltó un solo voto para anotarse un triunfo tempranero. Por 74 a favor, 72 en contra y 2 abstenciones, la cuestión previa, invocada por el ministro, solo alcanzó un empate (las abstenciones se contabilizan como votos de rechazo) y, por ende, no logró la mayoría necesaria.

Solo en la segunda votación, una vez que se expusieron los argumentos de fondo, el ministro pudo respirar tranquilo. Por 68 votos a favor, 76 en contra y seis abstenciones, la Cámara rechazó la acusación, que se basaba en cuatro capítulos: dos por incumplimientos en programas para la protección de la infancia, otro por problemas en la ejecución presupuestaria de compra de tierras indígenas y otro por las supuestas “presiones indebidas” que denunció la exseremi de Desarrollo Social, Patricia Hidalgo (PPD), para que aprobara proyectos sometidos al Sistema de Evaluación Ambiental.

El resultado holgado se transformó en una dura derrota y en un golpe anímico para la derecha. Incluso algunos creían que podía repercutir en las energías que tendrá que desplegar nuevamente el sector para empujar la otra acusación constitucional contra la exministra de Justicia, Marcela Ríos, que se votará el miércoles de la próxima semana.

Al menos, el jefe de los diputados del Partido Republicano, José Carlos Meza, señaló que la votación de ayer “no condiciona” el proceso contra Ríos y agregó que valoraba la actitud de Chile Vamos al sumarse “con seriedad” al libelo contra Jackson.

Por otro lado, en el Ejecutivo, si bien hubo celebraciones y abrazos tras la votación, hubo señales y recados de legisladores que obligaban a La Moneda a tomar con cautela el resultado, más aun cuando no está despejada la suerte que podría tener la exministra Ríos.

“Dentro de la sala se esgrimieron y principalmente argumentos de corte político, que por cierto, más allá de ciertos epítetos, recojo con humildad y por cierto para considerar algunas de las críticas que puedan servir para mejorar nuestra gestión”, agregó Jackson, tras la votación.

Consultado si se arrepentía de haber empujado acusaciones constitucionales en el pasado, fue cauto. “Es legítimo que parlamentarios y parlamentarias interpongan estas acciones... Por cierto uno siempre puede hacer revisiones, siempre se pueden hacer autocríticas”, dijo, agregando que es la Cámara la que determina cuáles son los argumentos válidos y cuáles son las acusaciones que pasan al Senado.

Jackson también tuvo palabras para “quienes son de oposición y dieron el paso y cruzaron una frontera que es difícil de cruzar”, afirmando que “hoy nos dan una lección al momento de rechazar o abstenerse respecto al fondo de esta acusación constitucional”, acompañado de ocho ministros de Estado y varios diputados.

La revancha

Esta era la primera vez que uno de los miembros de la generación del Presidente Gabriel Boric -la antigua bancada estudiantil, que en poco más de una década pasó de las protestas callejeras de 2011 a asumir el poder en La Moneda-, era sometido a un juicio político constitucional. El proceso, además, adquirió una connotación mayor por la cercanía personal del Mandatario con el ministro.

Por esas razones, en la derecha tradicional (UDI, RN y Evópoli), si bien en un principio hubo distancia con la presentación de los republicanos, a poco andar fue aglutinando a las fuerzas opositoras que veían en esta acusación un suerte de revancha especialmente contra Boric y Jackson, quienes en su tiempo de diputados (entre 2014 e inicios de 2022) usaron profusamente esta herramienta de fiscalización contra el ex-Presidente Sebastián Piñera y sus ministros. De hecho Jackson apoyó 11 de los 14 libelos que le tocó votar como parlamentario.

Por otro lado, en antiguos partidos de la Concertación, como la DC, el PS y el PPD (estos dos últimos partidos hoy son parte del oficialismo), había un descontento con Jackson, por sus críticas contra la dirigencia del desaparecido conglomerado, de quienes puso en cuestión su “escala de valores” ya siendo ministro.

Además, transversalmente, entre diputados que iban desde Apruebo Dignidad a los mismos republicanos, también quedó una mala impresión del trabajo que hizo Jackson en su paso por la Secretaría General de la Presidencia, ministerio a cargo de las relaciones entre La Moneda y el Congreso. Incluso, algunos le reprochaban una actitud fría y despectiva.

De hecho, algunos diputados oficialistas aprovecharon de remarcar ese punto, aun cuando estaban comprometidos a rechazar la acusación. “Ser arrogante y muy altivo no es argumento suficiente para una acusación”, dijo a inicios de esta semana, por ejemplo, el jefe de bancada socialista, Marcos Ilabaca, quien fue uno de los que tuvo una mala relación con Jackson.

Mea culpa

En los discursos y en declaraciones a la prensa varios legisladores también demandaron del ministro una autocrítica.

“El ministro Jackson, en el período del Presidente Piñera fue un diputado que tuvo una actitud destructiva... El ministro tiene que reflexionar, debe tener una autocrítica”, dijo por ejemplo el diputado RN Eduardo Durán, quien se abstuvo y fue uno de los votos opositores que ayudó al ministro.

Entre quienes se abstuvieron, también figuraban otros legisladores opositores o de fuerzas no alineadas como Joaquín Lavín (UDI), Ximena Ossandón (RN) y Francisco Pulgar (independiente-PDG).

También se abstuvieron Mónica Arce (independiente-comité Ecologista Verde) y Camila Musante (independiente-comité Comunista), quienes forman parte de una coordinación parlamentaria vinculada al oficialismo, pero que es crítica de la marcha del gobierno de Boric.

También, a partir de lo que vivió Jackson y la exministra del Interior, Izkia Siches, quien fue acusada el año pasado, desde el propio gobierno se comenzó a configurar un mea culpa del papel opositor que desempeñó en el pasado el actual oficialismo.

El subjefe de la bancada PS, Tomás de Rementería, expresó que habría ayudado a descomprimir una reflexión de Jackson. “Si bien no fue el tema de la acusación, falta una reflexión, no solo del ministro, sino de nosotros como sector, que se abusó de las acusaciones constitucionales. Hay que hacer un análisis retrospectivo”, expresó.

Otros legisladores plantearon que la autocrítica de Jackson debiera ir por otro lado, especialmente por sus reproches a la Concertación.

“Es lamentable que el ministro Jackson no haya hecho un mea culpa por su dureza y antisociabilidad. Sus dichos han sido fuertes hacia la sociedad y el mundo político cuando habló de la estatura moral”, dijo el diputado René Alinco (independiente ex-PPD), quien apoyó en ambas votaciones al titular de Desarrollo Social.

El diputado Ricardo Cifuentes (DC) expresó que el ministro “no ha sido autocrítico en momentos complejos. Nos trató muy mal con esto de la estatura moral y cosas como esas. Le pediría una autocrítica con la desprolijidad que él tuvo en su primer ministerio y ahora con el escaso trabajo que hace el Ministerio de Desarrollo Social”. Según Cifuentes ahora es tarea del Presidente Boric hacer una evaluación y “en algún minuto va a tener que cambiarlo o le va seguir haciendo daño a su gobierno”.

“El Presidente Boric debe evaluar un cambio de gabinete de manera urgente y esperamos que el ministro Jackson haga alguna autocrítica, debe dejar de hablar desde la superioridad moral”, añadió por su parte Miguel Ángel Calisto (ex-DC).

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