Presidenta del Senado, de la Cámara y exmandatario Ricardo Lagos exponen ante la Convención: Defienden bicameralidad y presidencialismo atenuado

La senadora Ximena Rincón (DC) y el diputado Diego Paulsen (RN) junto con el expresidente Ricardo Lagos, tuvieron la posibilidad de mostrar sus posturas en la Comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional en el marco de sus audiencias públicas. Sobre la composición del Congreso coincidieron en mantener ambas cámaras pero diferenciar sus funciones mientras que, en cuanto al régimen político, los tres se inclinaron por atenuar el presidencialismo actual.


Durante la mañana de este martes la comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional recibió como parte del proceso de audiencias públicas al presidente de la Cámara de Diputados, Diego Paulsen (RN), a la presidenta del Senado, Ximena Rincón (DC) y al expresidente Ricardo Lagos (PS). Cada uno de ellos tuvo 15 minutos para manifestar sus impresiones acerca de las materias que corresponden al ámbito de competencia de la instancia, como lo son la discusión sobre régimen de gobierno y la estructura del Congreso.

Fue en este contexto en que los tres invitados exhibieron coincidencias sobre estas materias. Ellos concordaron en que el escenario ideal sería avanzar hacia un presidencialismo atenuado, como también mantener ambas cámaras del Congreso pero diferenciar sus funciones y destinar al Senado la representación territorial.

En relación al sistema de gobierno, los invitados coincidieron en que el actual régimen presidencialista ha acarreado problemas, sobre todo en cuanto a la coordinación legislativa. “Hoy día vivimos un hiperpresidencialismo que no permite muchas veces jugar un rol importante por parte del legislador”, sostuvo Paulsen. “Debemos evitar, y este es un consenso no solo en el Parlamento, sino que también en esta Convención (...), el hiperpresidencialismo que tiene nuestro país, promoviendo mecanismos para que los gobiernos sean respaldados por mayorías parlamentarias”, agregó Rincón.

Por su parte, el expresidente Lagos afirmó que el ideal sería contar con un sistema presidencial como se define en la actual Constitución, en cuanto a que su figura contempla ser jefe de Estado y jefe de gobierno y es electo por la ciudadanía. Sin embargo, el exmandatario advirtió que sería necesario reducir la asimetría entre el Ejecutivo y el Legislativo para así conseguir “un sistema mayoritario o proporcional atenuado, para una mayor eficacia gubernamental’'.

Como condición necesaria para instalar el régimen presidencialista atenuado, Paulsen afirmó que lo óptimo sería contar con un número pequeño de partidos relevantes. Según explicó, “cuando hay más de dos partidos relevantes, generalmente se producen gobiernos de coalición. De ser así, mientras más grande sea la coalición, mayor será el número de disputas”.

El diputado argumentó que, debido al hiperpresidencialismo, hoy los legisladores tienen “facultades limitadas”. Según él, esto de da por cuatro razones: la prerrogativa en materias de iniciativas de ley con que cuenta el ejecutivo, el mecanismo de las urgencias que reduce el tiempo y alcance de las modificaciones u observaciones del Congreso, la facultad del poder de veto que goza el presidente y, por último, la mayor eficacia del ejecutivo al momento de impulsar las leyes que le son de interés, “concentrando la labor de iniciativa legislativa del congreso a un número reducido de materias”.

Asimismo, el expresidente Lagos propuso la posibilidad de que un parlamentario pueda ser designado ministro de Estado por el Presidente y establecer previamente un reemplazo para ese parlamentario. También propuso que el Congreso se elija 20 ó 30 días después de elegido el Mandatario (...), pues la ciudadanía podría considerar que “ese Presidente merece tener consideración respecto de cuál es el trabajo que quiere hacer en su programa y facilitárselo con una mayoría parlamentaria”.

¿Qué podría ocurrir con el Congreso?

Dentro de su intervención, la presidenta del Senado diagnosticó que resulta problemático que ambas cámaras compartan funciones “que son prácticamente idénticas en el ámbito legislativo”. La pérdida de eficacia que acarrea la tramitación espejo, según señala la senadora, ha levantado la premisa de que el sistema legislativo no funciona y que se “subsanaría si alteramos su actual configuración y establecemos un sistema unicameral”. Sin embargo, Rincón enfatizó que ella no comparte esta idea, así como tampoco lo hace la mayoría de los senadores.

“Tales críticas (...) no toman en cuenta las innumerables dificultades que han debido enfrentar ambas cámaras para realizar su labor por distintas razones: los quórum supramayoritarios que establece nuestro texto constitucional, el uso y abuso muchas veces de parte del Ejecutivo de las urgencia legislativas (...) y el rol del Tribunal Constitucional, que limita en algunas ocasiones lo resuelto democráticamente por el parlamento”, fundamentó la senadora DC.

Rincón habló en representación de la mayoría de los senadores debido a que, en noviembre de este año, el senador Carlos Montes (PS) propuso a la sala y a la mesa realizar un seminario a realizarse “no más allá de enero” para debatir con académicos, sociedad civil y líderes políticos sobre el rol de la Cámara Alta y para que sirva de insumo para una opinión colectiva del Senado ante la instancia constituyente.

Para modernizar el sistema, la senadora sugirió pasar a un bicameralismo asimétrico en materia legislativa, con el fin de evitar la repetición idéntica de funciones. Paulsen coincidió y propuso que debería existir solo una cámara de origen. “Siendo el senado una cámara revisora, que no entrará a debatir nuevamente sobre cuestiones generales, sino que de lleno a efectuar enmiendas al texto aprobado en la cámara de origen”, agregó.

Sobre la idea de diferenciar sus funciones, el exmandatario Lagos explicó que la legitimidad de la Cámara de Diputados y Diputadas y el Senado son distintas, pues la de la primera es política mientras que la Cámara Alta, en cambio, “nace para tener una representación del territorio”. “Aquellos que viven en un territorio apartado tienen derecho a las mismas bondades que aquellos que están en territorios altamente representados desde el punto de vista político”, agregó.

Además, como parte de su presentación, la senadora Rincón (DC) compartió con los convencionales diez propuestas relacionadas con la composición y funcionamiento del Congreso. Estas son: que deben existir dos cámaras, que el Senado cumpla una función revisora de los textos aprobados por la cámara de Diputados y Diputadas y esta última actuar, salvo excepciones constitucionales, como cámara de origen.

También propuso que el Senado y la Cámara baja debieran conversar sobre sus actuales atribuciones en aquellos asuntos que no son legislativos, exigir a los senadores la vinculación con el territorio que representan, ajustar las normas que regulan el reemplazo de los parlamentarios, la renuncia al cargo y la incompatibilidad para ser candidato “de quienes desempeñan un cargo directivo de naturaleza gremial o vecinal”.

Junto con esto, la presidenta del Senado planteó la posibilida de establecer la paridad como principio en el ámbito electoral, explorar un mecanismo de democracia semidirecta, modernizar las normas sobre la relación del dinero y la política, regular y establecer plazos para las urgencias y fijar un plazo máximo para que un proyecto sea discutido en la cámara revisora y mantener la iniciativa exclusiva del Ejecutivo de aquellos proyectos que impliquen gasto público.

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