Consejos para elegir y usar un taladro

Ilustración: César Mejías

Aunque no hagamos hoyos día y noche en nuestras casas, antes de comprar esta herramienta conviene saber qué posibilidades tendrá, si incluye percutor o no, cuánta potencia ofrece y que durabilidad. Un académico en construcción y una comunicadora especializada dan sus sugerencias.




Tarde o temprano, a todas y todos nos toca hacer algún hoyo. Ya sea para poner una repisa, instalar una cortina, colgar un cuadro, pasar un cable, colocar un perchero, fijar una lámpara o montar un mueble, es necesario perforar la pared, un trabajo que solo puede hacer un taladro.

Hace tiempo dejó de ser la herramienta cara, pesada y aparatosa que solía, y hoy hay taladros económicos, livianos e incluso inalámbricos, haciendo que penetrar un muro ya no sea una tarea exclusiva para profesionales o fortachones. Eso sí, sigue siendo un artículo poderoso y potencialmente peligroso, y para evitar comprar uno que exceda demasiado nuestras necesidades —no hace falta tener uno profesional para hacer un par de hoyitos al año—, como también uno muy débil para nuestras pretensiones, hay que tener en cuenta algunos detalles.

“Actualmente hay una variedad tremenda de modelos y con precios muy distintos”, dice Jorge Escalona, director de Ingeniería en Construcción de Duoc UC Alameda. “Es fácil marearse”. Para no sufrir náuseas entre tanto torque, percutor, brocas y revoluciones, Escalona y Rosario Allende —la popular Mamá Chasquilla— nos dan sus recomendaciones al momento de elegir y usar un taladro.

1. Qué vas a perforar

Si solo estás pensando en taladrar una pared de madera, no necesitarás la misma máquina que si tuvieras que perforar un grueso muro de hormigón armado. “Para el ladrillo o la madera no vas a requerir de un taladro con tanto torque —o fuerza— ni tampoco de percutor”, dice Escalona. Para estos dos materiales, es suficiente con unos 450W de potencia y que alcance unas 2900 rpm.

Con el hormigón cambia la cosa, ya que su alta densidad requiere de un taladro más potente y con percutor, una especie de martilleo que ayuda a penetrar en materiales más duros. “La gran mayoría de los taladros viene con percutor”, agrega el académico de Duoc UC, “que hace que la broca, además de girar, golpee la superficie, y ayuda para todo lo que es albañilería”.

“Si quieres que tu taladro haga de todo —perfore cualquier superficie y atornille—, es necesario que sea percutor”, dice Rosario Allende, una función que se puede activar o desactivar según se requiera. “Un taladro percutor de 12V, eso sí, es muy penca: hace hoyos, lo logra, pero te va a costar. Recomiendo de 20V para arriba”.

2. Unplugged

Escalona cuenta que hace un tiempo participó de un estudio que identificaba las causas de ciertos accidentes con el uso de herramientas. ¿Los más comunes? Los que ocurrían debido a los cables. “Ya sea por contacto con el agua, porque queda corto o porque alguien se tropieza, los cables causaban muchos accidentes”, explica.

Por eso recomienda mucho los taladros inalámbricos. Aunque son menos potentes y no permiten trabajar por mucho tiempo continuado, para el uso doméstico son más convenientes y seguros. Con ellos se puede acceder a rincones más complicados o taladrar en el exterior sin que un cable cruce toda la casa.

Taladro percutor inalámbrico Bosch GSB 1200-2 LI 12V (incluye cargador y 2 baterías)


A veces necesitas solo hacer un hoyo, pero tienes que antes realizar todo un proceso para llegar a la corriente. “Es una lata tener que siempre enchufarlo”, dice la Mamá Chasquilla. “Por ejemplo, es un cacho atornillar un mueble con un taladro que se enchufa”. Por eso, para ella debe ser inalámbrico sí o sí. “Hace cinco años que tengo uno de 12V y anda perfecto”, agrega. “Ojalá que sea de más voltaje, que tenga percutor y que permita taladrar y atornillar para delante y atrás”.

3. Precio

Es común que en el retail, en el pasillo de los taladros, nos encontremos con una multitud de marcas y modelos, algunos con las mismas especificaciones pero con un cien por ciento de diferencias en el precio.

“Si es muy barato, es sospechoso”, dice Allende. Ella sugiere desconfiar de un taladro si su valor es muy bajo. ¿De cuánto estamos hablando? “Uno bueno, aunque no profesional, debería costar entre $70 y $110 mil. Con eso uno podría asegurarse de tener algo que dure un buen tiempo y cumpla su función”.

Taladro percutor de impacto inalámbrico Einhell 18 V (incluye 2 baterías y cargador)


Las marcas que ella recomienda son Makita, DeWalt, Bosch y Einhell, esta última “una que no aspira a ser top sino justamente para usarla en casa, pero de buena calidad y precio accesible”. A diferencia de taladros más baratos, “que pueden estar a 40 o 50 lucas, pero aunque lo uses una vez al año, quizá se te eche a perder solo por tenerlo guardado”, dice. “Yo prefiero comprar algo mejor, invertir 100 lucas, pero que dure diez años”.

Taladro percutor inalámbrico Makita HP331DZ 12V (no incluye batería)


“Sobre todo para el hormigón armado”, dice Jorge Escalona. Si se va a trabajar sobre este material por un buen rato, se requiere de un taladro “más pesado”, que en su motor no tenga mucho plástico y que sea capaz de resistir las altas temperaturas a las que puede llegar con el uso.

4. Brocas

De poco sirve tener un buen taladro sino se usan las brocas apropiadas. Hablamos de las piezas intercambiables que penetrarán en la superficie que queremos perforar, y que tienen distintos diseños según el material en el que se está trabajando.

Por ejemplo, una broca para madera no entrará en un muro de hormigón, por más percutor y potencia que tenga el taladro. Al revés, al usar una broca para albañilería —ladrillo u hormigón— sobre tablones o puertas, esta podrá entrar pero con el riesgo de quemarla.

A primera vista, o a la vista de un inexperto, costará encontrar grandes diferencias entre un tipo de broca y otra. Pero con un poco de atención es fácil distinguirlas.

“La broca tradicional de madera”, explica Escalona, “tiene tres puntas, una de ellas en el centro, que funciona como una guía”. Las de los costados, por su parte, son las que van cortando la madera.

Broca tradicional para madera, con tres puntas.

La broca de metal, por su lado, “tiene la forma de una pequeña pirámide”, dice el director de carrera Duoc UC, algo así como una flecha aplanada, sin una punta muy pronunciada. Y en cuanto a las de albañilería, que sirven para perforar hormigón, “tienen el extremo un poco más ancho que las de metal, con una punta adiamantada —con extracto de diamante— que es la que permite romper el material y aguantar las altas temperaturas”.

Broca tradicional para metal.

Hay muchísimas medidas de brocas, que varían según su diámetro en milímetros, pero según Mamá Chasquilla, “las que más se usan son las de 5mm y 6mm, para concreto, las de 4mm para metal, y las 4mm, 6mm y 10mm en madera. No es necesario comprarse todo el set gigante de brocas”.

Broca para concreto u hormigón, con punta diamantada.

Para evitar confusiones y errores, Rosario Allende aconseja la broca multimaterial Alpen, que por su punta de carburo de tungsteno, sirve para todo tipo de materiales, “incluidas la cerámica, el porcelanato, el ladrillo, el metal y la madera. Con una de 6mm puedes perforar el baño, el muro o un mueble”.

Broca multimaterial Alpen Multicut 6mm


5. Hoyo seguro

Taladro listo, broca apropiada, momento de perforar. “Pero no es llegar y taladrar”, dice Jorge Escalona. “Hay que usar guantes, para evitar que se resbale la herramienta y protegerse ante el calor, y antiparras. En hormigón, sobre todo, sale un polvillo que además de ser tóxico, puede entrar a los ojos”.

Recomienda, además, marcar muy bien las medidas y lugares que perforaremos, haciendo antes un pequeño hoyito con un clavo para evitar que la broca se deslice. “Si el hoyo va a estar en altura, hay que usar un piso firme para elevarse, no cualquier silla. Ellas fueron pensadas para sentarse, no para pararse”. También es necesario llevar un calzado que impida resbalarse: jamás taladrar en calcetines.

Para los inexpertos, es común que por la falta de fuerza, la dureza del muro o el pulso irregular el orificio les quede más ancho de lo que esperaban. Un problema complicado, porque el tarugo no permanecerá tan fijo y el tornillo no se afirmará de manera confiable.

Una sencilla técnica para asegurarte de que la perforación quede del tamaño deseado —y no terminar abriendo un forado en la pared—, es la usar primero una broca más pequeña. “Es decir”, explica Allende, “que si necesitas un hoyo de 6mm, utiliza antes una broca de 3mm, da lo mismo si no queda tan derecha, y luego pasas ahí mismo con la de 6mm. Así quedará justo de esa medida, sin que necesites usar tanta fuerza”.

“Las brocas más pequeñas, al tener menos contacto con el muro, son más fáciles de maniobrar”, dice Escalona. “Esto hace el proceso más lento pero con un resultado más óptimo”.

Recomienda nunca taladrar con una sola mano y, si la herramienta es muy pesada, ir haciendo perforaciones cortas. Mamá Chasquilla aconseja “no hacer la fuerza con la mano que aprieta el gatillo, como mucha gente lo hace. El empuje hay que hacerlo con la otra mano, desde el poto del taladro: así la fuerza la haces derechita”.

Por último, el académico del Duoc UC invita a leer los manuales de las herramientas. “En Chile somos malos para hacerlo, pero es necesario”, dice. “Antes de usarlo hay que conocer el equipo, leer instrucciones y seguir las normas de seguridad”.


*Los precios de los productos incluidos en este artículo están actualizados al 2 de febrero de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.

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