La escasez de carbón eleva los precios y pesa sobre las economías

La situación muestra la gran dependencia del mundo del carbón. De un tercio a la mitad del carbón de Australia, uno de los mayores exportadores de carbón del mundo, solía ir a China antes de que Beijing impusiera una prohibición no oficial el otoño pasado. FOTO: DAVID GREY / BLOOMBERG NEWS

En vísperas de la cumbre climática de Glasgow, el resurgimiento de las economías y la demanda china destacan entre los desafíos que el mundo enfrenta para dejar de utilizar combustible fósil contaminante.


La escasez de suministro de carbón está empujando los precios del combustible a niveles récord y dejando al descubierto los desafíos para desvincular a la economía mundial de una de sus fuentes más importantes —y contaminantes— de energía

La crisis tiene muchas causas, desde el boom post pandemia hasta el estrés en la cadena de suministro y los ambiciosos objetivos para reducir las emisiones de carbono. Y se espera que dure al menos durante el invierno, lo que genera temores, en muchos países, de una posible escasez de combustible en los próximos meses.

El carbón térmico de Newcastle de Australia, un punto de referencia mundial, se cotiza a US$ 202 la tonelada métrica, tres veces más que a finales del 2019. La producción mundial de carbón, que genera alrededor del 40% de la electricidad mundial, está aproximadamente un 5% por debajo de los niveles pre pandémicos.

En Europa, el aumento de los precios del carbón y otros recursos energéticos ha afectado a la producción industrial y ha elevado las facturas de energía de los hogares. Los principales importadores de carbón de Asia, incluidos Japón y Corea del Sur, se esfuerzan para asegurar los suministros.

En China, la disminución de los suministros y el aumento de los costos han provocado un déficit de electricidad en una escala que no se había visto en más de una década, lo que ha afectado a la industria y ha provocado que algunas ciudades apaguen los semáforos para ahorrar energía.

Es un duro recordatorio de la gran dependencia del carbón para muchas partes del mundo, solo unas semanas antes de la cumbre climática de las Naciones Unidas en Glasgow, destinada a acelerar el cambio de los combustibles fósiles a las energías renovables.

China, la segunda economía más grande del mundo y su mayor consumidor de carbón, está en el centro de la crisis actual. A medida que Beijing buscaba cumplir con sus objetivos climáticos, fue permitiendo que se redujeran los inventarios de carbón. Además de eso, detuvo las importaciones de carbón australiano en medio de una disputa diplomática.

Las repercusiones de esa decisión del año pasado todavía están rediseñando las cadenas de suministro mundiales de carbón, atrayendo a nuevos compradores a Australia e impulsando a China a aventurarse hasta América Latina, África y Europa en su búsqueda de proveedores alternativos.

A nivel mundial, el suministro de carbón no ha seguido el ritmo de la demanda impulsada por la pujante recuperación económica en todo el mundo después de la recesión pandémica del año pasado. La producción del año pasado cayó alrededor de un 5% con respecto al 2019. Y aumentar la producción lleva tiempo, dicen los productores de carbón. Afirman que puede llevar nueve meses obtener nuevos camiones mineros e incluso más tiempo instalar nuevos equipos en las minas.

“Estamos al máximo en términos de capacidad”, afirmó Isidro Consunji, presidente del mayor productor de Filipinas, Semirara Mining & Power Corp., la mayoría de cuyas exportaciones van a China. “El precio del carbón se ha multiplicado por cuatro en el último año. Creo que nadie en el mundo esperaba una situación así”.

La dependencia mundial del carbón ha tendido a fluctuar con el crecimiento económico más que con las ambiciones climáticas de los gobiernos, dicen los analistas. El uso mundial de carbón se redujo el año pasado durante la pandemia, pero se espera que alcance o supere los niveles del 2019 este año.

“Cuando el crecimiento económico se frena, la demanda de carbón se desacelera y todos piensan que nos estamos alejando del carbón, pero tan pronto como regresa el crecimiento, el uso del carbón se acelera nuevamente”, afirmó Rory Simington, analista del investigador de energía Wood Mackenzie. “Hay una diferencia entre lo que la gente percibe que está sucediendo en la transición energética y lo que realmente está sucediendo”.

Parte de la crisis del suministro de carbón se debe a las paradas de la producción a medida que los países intentan alcanzar sus objetivos de emisiones. España, por ejemplo, cerró la mitad de su producción de carbón el año pasado y prometió eliminar gradualmente todas las centrales eléctricas de carbón para 2030.

La conmoción en el sector extiende una transformación de décadas en los patrones del comercio del carbón, marcada por “un cambio a Asia y la disminución de Europa en los mercados internacionales del carbón”, afirma la Agencia Internacional de Energía con sede en París.

El aumento de Asia está ayudando a impulsar los precios. Entre un tercio a la mitad del carbón de Australia, uno de los mayores exportadores de carbón del mundo, solía ir a China antes de que Beijing, incitado por el llamado de Canberra a una investigación independiente sobre los orígenes del covid-19, impuso su prohibición no oficial el otoño pasado.

Para otras economías asiáticas, la repentina disponibilidad de suministro australiano ha sido una bendición. A medida que China agotaba las reservas de carbón a principios de 2020, la demanda de carbón australiano aumentó un 56% en Corea del Sur en la primera mitad de 2021 y en un 65% en Japón, según muestran los datos oficiales.

Sin embargo, no es probable que las exportaciones australianas cierren la brecha entre el aumento de la demanda mundial, la lucha por abastecerse para el invierno y la oferta atascada. Los analistas estiman que es probable que las exportaciones mundiales de carbón este año aumenten alrededor de un 2,5% respecto de 2020, pero es probable que la demanda haya aumentado casi al doble de ese ritmo.

India casi duplicó sus importaciones interanuales de julio de carbón metalúrgico australiano, utilizado para la fabricación de acero, expandiendo una tendencia desde principios de año, aunque su suministro sigue siendo escaso.

En Japón, un vocero de Nippon Steel Corp. afirmó que ha estado aumentando las compras de carbón coquizable australiano este año, ya que la demanda de acero se recuperó en medio de la recuperación económica después de la pandemia.

En algunas de las plantas de energía de Japón, las expectativas de escasez de producción este invierno llevaron al mayor productor de energía de Japón, JERA Co., a realizar verificaciones de la planta con anticipación para garantizar un suministro de electricidad suficiente, afirmó un vocero.

En los últimos años, Australia ha suministrado un promedio de 85 millones de toneladas métricas de carbón anualmente a China, más que la producción anual de Canadá. Para compensar este déficit, China ha recurrido a países cercanos y lejanos, en algunos casos a más del doble de la distancia que Australia. Las importaciones de carbón de Rusia casi se duplicaron interanualmente en los primeros ocho meses a 21 millones de toneladas métricas. El carbón de Estados Unidos se cuadruplicó a 5,7 millones de toneladas en el período.

Los proveedores asiáticos han intervenido para reemplazar los volúmenes de Australia con destino a China. El productor filipino Semirara afirmó que su precio promedio de venta de carbón aumentó un 49% en el primer semestre de este año debido a la mayor demanda china. La empresa está tratando de aumentar su capacidad para satisfacer una mayor demanda.

Los intentos de China de encontrar nuevos compradores no han sido fáciles. A medida que se profundizaba la disputa de Beijing con Canberra, los chinos intentaron asegurar las compras de carbón indonesio, el que en su mayoría es de baja calidad y es cada vez más evitado en los mercados globales. Pero episodios de fuertes lluvias interrumpieron el suministro. Las exportaciones de carbón de Indonesia a China cayeron un 8,6% intermensual en agosto, siguiendo caídas similares en enero, abril y mayo, según muestran los datos oficiales.

Colombia y Kazajstán se encuentran entre los improbables ganadores. Antes de este año, la nación latinoamericana había sido solo una fuente ocasional de China. Las exportaciones a China de carbón de vapor colombiano casi se duplicaron con respecto al año anterior llegando a 2,8 millones de toneladas métricas en los primeros ocho meses del año. La participación de China en los envíos de carbón metalúrgico de Colombia ha aumentado al 21% desde el 0,6% en 2019.

El Ministerio de Minas y Energía de Colombia estimó que la producción de carbón podría aumentar hasta en un 50% este año en relación al 2020. Juan Miguel Durán, presidente de la Asociación Nacional de Minería de Colombia, afirmó que es probable que la ganancia inesperada para la nación sudamericana dure años, porque la demanda de las economías que se recuperan de la pandemia supera la capacidad mundial para hacer la transición a una energía más ecológica. La producción de carbón colombiano continúa atrayendo un gran interés por parte de inversionistas de China, India, Japón y Corea, afirmó.

“Estamos en una ventana de oportunidad que tenemos que aprovechar y así expandir nuestro potencial minero”, afirmó Durán.

A finales de agosto, Colombian Natural Resources, el cuarto productor más grande del país, reactivó las instalaciones de procesamiento que había cerrado el año pasado debido a los bajos precios y la pandemia. Pero el equipo de reemplazo para aumentar el suministro requiere, al menos, de seis meses a un año para su instalación, afirmó Consunji de Semirara.

“Los precios del año pasado fueron tan malos que nadie pudo ganar dinero, así que pospusimos la compra de más equipos de reemplazo”, afirmó Consunji. “Pero habrá un desfase (entre la demanda y la oferta) antes de que la oferta vuelva a subir”.

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