Presidenta del BC alerta que alza del dólar eleva las presiones inflacionarias de corto plazo y ve riesgo de una mayor persistencia

Rosanna Costa

Rosanna Costa reconoció que la evolución del tipo de cambio, "todo lo demás constante, eleva la inflación esperada en el corto plazo respecto de lo que estimamos en el IPoM”.


El combate contra las altas cifras de inflación de la economía chilena que lleva adelante el Banco Central (BC) no está resultando una tarea de fácil resolución. Pese a que el ajuste de la política monetaria en Chile comenzó tempranamente, con una primera alza en la tasa de interés decretada en julio de 2021, y que desde entonces pasó de un 0,50% al actual 10,75%, las dinámicas nacionales e internacionales de los precios han complejizado aún más el escenario.

Dificultades que abordó este martes en la mañana la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, en el seminario “Perspectivas Económicas de Cara al 2023″, organizado por BCI Wealth Management.

En la ocasión, la timonel del instituto emisor abordó los desarrollos recientes que ha tenido la economía, afirmando que el aumento del precio del dólar agrega mayores presiones inflacionarias en lo inmediato.

“La depreciación del peso (o alza del dólar) coloca una nueva presión sobre la evolución de los precios en el corto plazo. Esto es especialmente relevante en un contexto de alta inflación, con riesgos de una persistencia mayor. De hecho, las expectativas de inflación a dos años plazo se han mantenido por sobre 3% por varios trimestres, fenómeno que se observa tanto en las encuestas a expertos como a empresas”, dijo Costa.

Tal afirmación se dio tras reconocer que las proyecciones del último Informe de Política Monetaria (IPoM) se hicieron considerando un tipo de cambio en niveles de $890, mientras que al cierre de ayer la moneda norteamericana se ubicaba sobre los $935. “Esto, todo lo demás constante, eleva la inflación esperada en el corto plazo respecto de lo que estimamos en el IPoM”, admitió la presidenta del BC.

La dinámica cambiaria, agregó, también complica la reducción de otros precios en la economía chilena, como es el caso de las bencinas, pese a la baja del precio internacional del petróleo. “Su traspaso a los precios internos tardará por la operación de los mecanismos de estabilización y la ya mencionada depreciación del peso”, indicó.

A lo anterior, se suman las condiciones externas que se han seguido deteriorando, “y sigue aumentando el riesgo de un ajuste más severo. Así, se estrechan las condiciones financieras y se anticipa una mayor debilidad global”, sostuvo Costa.

En esa línea, planteó como “inevitable” que el tipo de cambio se siga fortaleciendo, ante las mayores expectativas de alzas de tasas en Estados Unidos, luego que la comunicación del Reserva Federal de su reunión en septiembre allanara el camino para nuevos incrementos en la tasa rectora en lo que resta de este año y 2023.

“El cambio en las perspectivas para la política monetaria y la propia comunicación de la Fed, ha puesto de relieve la necesidad de un ajuste de esa economía para controlar la inflación. La probabilidad que la economía estadounidense pase por una recesión ha seguido aumentando y se evalúan sus implicancias para el resto del mundo. Es inevitable que este proceso conduzca al fortalecimiento del dólar respecto de las demás monedas, y es muy posible que contribuya a una mayor volatilidad en mercados que se vuelven más aversos al riesgo”, afirmó Costa.

Y aunque señaló que “el ajuste a la baja en la actividad global no cuenta con el soporte de China, muy importante para el desempeño del mundo emergente”, delineó como principal riesgo para la economía global la evolución de la invasión de Rusia a Ucrania.

“Por un lado, está el posible reescalamiento de las tensiones bélicas, debido a los anuncios de Rusia de disponer de mayores fuerzas en combate y la decisión de anexar territorios ucranianos. Por otro, están los crecientes problemas de abastecimiento energético para Europa y sus implicancias no solo a nivel de los hogares, sino también por sus impactos en la producción. Todo esto se da en un contexto en que Europa enfrenta un desafío inflacionario, problemas de oferta y un alto endeudamiento corporativo y soberano, una combinación extremadamente compleja. La incertidumbre al respecto es elevada”, explicó.

Tras su exposición, la presidenta del ente rector aseguró que “el factor dominante de la inflación que nosotros estamos teniendo es interno”, por lo que manifestó que el ajuste de la economía “es fundamental para efectivamente lograr el control de la inflación”. Eso sí, reconoció que en los shocks más recientes “hay también un elemento externo”.

Con todo, llamó a tener en cuenta la persistencia inflacionaria más que el origen de la inflación, ya que “es la persistencia inflacionaria y la inflación a dos años la que tenemos que controlar, y en la medida que ese shock tenga una persistencia a dos años mayor, por efecto de segunda vuelta sobre la indexación, en la medida que eso sea más importante, algo interno hay que hacer porque no se diluyen y penetran en nuestra dinámica inflacionaria local”.

Finalmente, Costa adelantó que “la volatilidad del escenario y la relevancia de los riesgos que enfrentamos” serán parte del análisis para la Reunión de Política Monetaria de dos días que se realizará la próxima semana, y que concluye el 12 de octubre.

El análisis de la intervención cambiaria

En su exposición, Costa abordó en detalle las conclusiones que dejó el programa de intervención cambiaria que desarrolló el instituto emisor entre el 18 de julio y el 30 de septiembre. En sus palabras, destacó que la acción “logró el objetivo de ayudar al adecuado funcionamiento del mercado cambiario, facilitando el ajuste de la economía y los mercados financieros a las condiciones externas e internas”.

En esa línea, reiteró que el Banco Central no persigue un nivel específico para el tipo de cambio, resaltando que “las intervenciones no tienen relación alguna con un parámetro como ese, sino que con la evaluación de que el mercado cambiario está presentando problemas en su funcionamiento que pueden afectar al resto de los mercados”.

Y aunque planteó que “las condiciones en que opera hoy el mercado son muy distintas de las que se observaban a mediados de julio”, también reconoció que “la volatilidad del mercado cambiario se ha mantenido en niveles elevados, mayores a los que habitualmente se observaban”.

En esa línea, mencionó que la volatilidad del mercado cambiario “per se no implica un mal funcionamiento”, destacando que “obedece principalmente a factores internacionales sobre los cuales Chile no tiene influencia”.

“De hecho, el mismo comportamiento se ha observado en las distintas monedas del mundo, incluidas las de economías desarrolladas. En la medida en que algunos bancos centrales, que han ido más rezagados en el combate a la inflación, aceleren su ajuste de tasas, la volatilidad en los mercados financieros se mantendrá elevada”, comentó.

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