El senador y presidente del MAS, Alejandro Navarro, reconoce: “Estamos pasando por el peor minuto en las relaciones personales y políticas de la Nueva Mayoría en el Senado”. El parlamentario se sumó en este contexto al grupo liderado por los senadores Carlos Montes (PS) y Ricardo Lagos Weber (PPD), quienes trabajaron indicaciones al proyecto fin al lucro. Hoy presentarán las propuestas al ministro Eyzaguirre en el espacio común de los senadores oficialistas de Educación y Hacienda.

¿Qué espera frente a la tramitación del proyecto?

Soy de los que cree que no puede terminar desvirtuándose, ni transformar al Senado en una “cocina”. Y eso es una tarea compleja. Existe el legítimo temor de los diputados de que el Senado genere “acuerdos” lo que va a abrir un cauce muy complejo con un proyecto de esta naturaleza a su regreso en la Cámara de Diputados. Está en riesgo la aprobación de la ley en el año legislativo actual si ello ocurre. Nada garantiza que la Cámara pueda votarlo antes del 31 de enero.

¿Cómo observa la discusión en la Nueva Mayoría?

Creo que la DC se ordenó en la Cámara en Diputados y se desordenó en el Senado. Todos los diputados de la DC votaron a favor de la reforma y en el Senado el panorama es distinto y puede haber posiciones paralelas, como Ignacio Walker y Andrés Zaldívar. Está claro que estamos pasando por el peor minuto en las relaciones personales y políticas en la Nueva Mayoría en el Senado. Fulvio Rossi se ha encargado de potenciar a Ignacio Walker en una controversia bilateral. Espero que lo que hemos hecho con Montes, Rabindranath Quinteros, Ricardo Lagos Weber, Adriana Muñoz y Alejandro Guillier pueda ser compatibilizado con el esfuerzo legítimo que hace Rossi y Quintana en esta materia. Lo peor que podría pasar es que el principal enfrentamiento durante el debate y tramitación de las indicaciones de la sala del Senado sea entre dos bloques dentro de la Nueva Mayoría.

¿Por qué participó de la reunión con Rossi y Quintana? ¿Habría invitado a Walker y Zaldívar?

Me invitó Rossi. Yo le informé que ya habíamos tenido al menos una reunión con los senadores que he señalado y le pedí poder participar porque hay que despejar todas las líneas de diferencias en las indicaciones, abocarnos a las que tenemos disensos y no provocar votaciones contradictorias, que nos puedan hacer perder cuestiones vitales. Creo que hay desconfianzas hacia el bloque democratacristiano en torno a la experiencia de la Reforma Tributaria. En especial por posiciones que han sido abiertamente contrarias a lo planteado por Quintana y Rossi. Yo también tengo diferencias con Rossi, pero estamos llamados a aprobar la reforma, a mantener su espíritu original y hacer efectiva la unidad de la Nueva Mayoría.

¿Qué opina del rol de Zaldívar y Walker en el debate?

Diría que Zaldívar se ha reservado para el proceso de mediación. Es un parlamentario con experiencia en el Senado, fue ministro de Hacienda a los 27 años y se ha autoasumido como un mediador o componedor de las disputas internas de la Nueva Mayoría. Este es un rol que puede ser muy complejo, porque la experiencia en la Reforma Tributaria fue más bien de exclusión que de inclusión, y ha pasado a la historia el concepto de “la cocina”. Yo no estoy disponible para ningún tipo de cocina, espero que no se repita en el Senado. Walker en el debate de la reforma ha logrado objetivos paralelos. Ha perfilado a la DC, la ha unido en torno a su defensa corporativa, y ha configurado su candidatura presidencial.

¿Estos enfrentamientos le han hecho daño a la reforma?

Sectores de la Nueva Mayoría han antepuesto su agenda personal y partidaria antes que la de la Presidenta Bachelet. Se ha ironizado sobre el fuego amigo, pero de Walker y Zaldívar más que fuego amigo he visto disparos directos, fuego enemigo de la reforma. Y es una definición política legítima, pero equivocada. Sin embargo, me hubiera gustado que la DC hubiera participado del equipo de Eyzaguirre desde un principio, pero no ocurrió, y es parte de los errores también.

¿Por qué participa del espacio convocado por Montes y Lagos Weber? ¿Han sido invitados Quintana y Rossi?

Carlos Montes ha liderado estas reuniones, confío plenamente en su capacidad política y conocimiento sobre la materia. Creo oportuno buscar indicaciones -discutidas siempre sobre la mesa- que colaboren a que el progresismo de la Nueva Mayoría tenga una sola posición, sino corremos el riesgo de que las indefiniciones terminen potenciando a Allamand y Von Baer. Al espacio no se ha invitado a Quintana y Rossi porque han marcado una clara y legítima diferencia, pero yo creo que aún es posible la convergencia. Sería un gran error que esta reforma educacional, en su primer proyecto, termine por quebrar a la Nueva Mayoría, cuando el corazón de la reforma está por venir: son los once proyectos adicionales que ha anunciado Eyzaguirre. La madre de las batallas está por venir.

¿Qué propuestas trabajan?

El lunes entregaremos las propuestas a Eyzaguirre. Ese espacio (el liderado por el Ejecutivo para acordar las reformas con los senadores de Educación y Hacienda)  tiene un problema: la ausencia del PC, que no tiene senadores, pero es parte de la Nueva Mayoría. Espero se resuelva, sino los diputados comunistas legítimamente pedirán el regreso del proyecto a la Cámara, y puede haber comisión mixta y no se despachará en enero. Entre las propuestas para el proyecto está la idea de separar en categorías a los sostenedores, diferenciando aquellos colegios que tengan menos de 400 estudiantes. Me parece adecuado el arriendo o compra a 25 años con el aval del Estado -con ayuda de Banco Estado- y con cargo a la subvención, sin fines de lucro. En relación a la selección hay mucho principismo en torno a los liceos emblemáticos y bicentenarios, siendo que son un porcentaje menor: tiene que haber un proceso gradual ante el fin de su selección. Tenemos muchas indicaciones y las presentaremos. Además, estamos porque la reforma fortalezca la educación pública y no la debilite.