Como montaña Rusa. IPC, PIB y escenario externo. Los cambios del IPOM
Deterioro externo. Grexit en el horizonte y la bankia rota
Cuando el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, presente el Ipom de junio deberá sumar un elemento que no estará al cierre del informe: las elecciones en Grecia. Un día antes, los helenos definirán en las urnas el camino a seguir y, con ello, impulsarán o apremiarán a los mercados.
De momento, el panorama externo ha seguido la ruta de una montaña Rusa. Hasta noviembre todo parecía ir de mal en peor, en enero la crisis se alejaba, y a inicios de abril, Grecia arrastraba a Europa al abismo sembrando las dudas sobre la solidez de la banca hispana.
El escenario político en el Viejo Continente ha generado mayor incertidumbre: la crisis sacó a Nicolás Sarkozy en Francia y puso en su lugar a Francoise Hollande, quien está revirtiendo algunas reformas; la UDC, el principal partido de la canciller alemana Angela Merkel está perdiendo fuerza y el temor por las futuras elecciones de Grecia han disminuido la probabilidad de alcanzar un acuerdo en las estrategias de austeridad. A este panorama, Banchile suma una mayor contracción de la actividad europea, lo cual incrementaría los déficit fiscales y las necesidades adicionales de financiamiento, generando más tensiones en los mercados de deuda. Como si fuera poco, la reciente fuga de depósitos de la banca de Grecia y las necesidades adicionales de capital en la banca española han generado un riesgo de contagio financiero al resto de la región.
Desde este lado del Atlántico las cosas no están mucho mejor. Las últimas cifras de empleo en EE.UU. han revelado un menor impulso proveniente del mercado laboral.
Para Alfredo Coutiño, economista para América Latina de Moody´s, entre el Ipom de marzo y el de junio, “el principal cambio está en que la crisis financiera en Europa puede agravarse con la posible salida de Grecia. Este es un factor de riesgo externo que se ha incrementado. Asimismo, se han dado señales de desaceleración tanto en EEUU como en China, lo cual puede tener un efecto sobre la economía chilena” (ver en portada).
En este escenario, Patricio Rojas, de Rojas y Asociados estima que el Banco Central bajará la proyección del precio del petróleo WTI hacia un rango más cercano a US$100 o US$95 el barril de crudo ante el descenso que ha mostrado. También espera un ajuste en el PIB mundial hacia la baja.
Expansión económica: suave desaceleración y la meta es mantener
A pesar de las turbulencias externas la economía chilena mantiene su dinamismo. En abril, se expandió 4,8% y si bien fue menor al 5,6% del primer trimestre, la cifra sigue siendo elevada.
De aquí en adelante, el ritmo debiera ser más pausado, con una desaceleración que ha tomado tiempo en llegar.
Es que en la actividad hay varios factores que siguen empujando el carro, como la demanda interna. Aunque algo más lento que a comienzos de año, el consumo sigue en alza. De hecho, la ventas del comercio crecieron 7,1% en abril.
A ello, Alejandro Fernández suma el impulso del gasto interno, con su empuje en los primeros cuatro meses del año y el buen ritmo que traía desde fines de 2011.
A esto se añade un mercado laboral estrecho, con caídas en la tasa de desocupación (6,5% en febrero-abril), y más de 178 mil ocupaciones creadas a esa fecha en el último año. Otro tanto aportan las remuneraciones “que han crecido a tasas decentes”, dice Fernández. El martes el INE informó de una leve moderación en los indicadores de salarios. Mientras las remuneraciones nominales crecieron 0,1% en el cuarto mes del año, las reales no registraron variación.
Por ello, para el economista, lo más probable es que el Banco Central mantenga su rango de crecimiento entre 4% y 5,%, dado que es amplio y Chile aún está condiciones de crecer en esa magnitud, aunque ahora más cercano al 4,5% que al 5%.
Una visión similar comparte el economista Patricio Rojas, de Rojas & Asociados, quien plantea que la primera parte del año ya está jugada en materia económica -espera un crecimiento para el período de 5% a 5,2%- y para el año en su conjunto, un 4,5%. “No creo que el Central vaya a modificar el rango de crecimiento, pero sí va a cambiar el mensaje hacia un escenario en que la economía se está desacelerando, en línea con lo que se esperaba”.
Banchile, que también espera un crecimiento de 4,5% advierte que han existido diversas señales que confirmarían una moderación: una expansión de la demanda interna a una tasa menor que el PIB ; la reducción en la velocidad de crecimiento del Imacec y la contracción en las exportaciones y moderación de las importaciones.
Inflación a la baja ayudada por los combustibles y el tributo de timbres
En materia de inflación las noticias son alagüeñas. “Ha habido bastante cambios desde el Ipom anterior”, afirma el socio de Gemines, Alejandro Fernández.
Si hasta febrero la inflación medida en 12 meses se ubicaba en 4,4%, sobre el techo del rango de tolerancia del Banco Central (2% a 4%, centrado en 3%), hacia el cuarto mes de 2012 descenció a 3,5%.
“En abril vimos una moderación en el IPC (varió 0,1%), por la baja en el precio de los alimentos. Veremos si esto se mantiene o no con el dato que entregue hoy el INE”, señala el economista.
A la menor presión de los alimentos, el experto suma dos elementos adicionales que contribuirán a una menor inflación para el año. Primero, si se aprueba la reforma tributaria que contiene una rebaja en el impuesto de timbres y estampillas, el efecto sobre la inflación será de 4 décimas menos para la inflación del ejercicio.
El segundo factor que restará presión a las alzas de precios es el proyecto que perfecciona el Sipco. “Aunque no sabemos bien cómo va a salir de Congreso, de todas formas habrá una baja en el precio de los combustibles y eso quita presión a la inflación”, afirma Fernández.
Así, para el economista de Gemines, lo más probable es que la inflación a diciembre de este año se ubique más cerca del 3%, que del 3,5%previsto por el Banco Central en el último Ipom.
Con o sin el Sipco, el precio del petróleo ha caído en el último tiempo y eso por sí mismo está restando presión a la inflación, según Patricio Rojas.
La única duda, hasta ahora, estaría dada por el efecto que podría ejercer sobre la inflación un tipo de cambio mayor si se agudiza la crisis. Patricio Rojas espera que hacia fines de año el tipo de cambio esté más cerca de los $500 que de lod $480. “Debiése haber un escenario con el peso algo más depreciado de lo que se observaba en marzo o abril”, dice el experto.
Con todo, Rojas estima que la inflación se va a ubicar entre 2,8% y 3%, por lo que el Banco Central va a ajustar su proyección.
De momento, el mismo timonel del BC, Rodrigo Vergara, ha indicado que los riesgos de inflación de corto plazo se han reducido por las caídas en los precios internacionales del petróleo y alimentos, pero ha hecho hincapié en que siguen vigentes las presiones en el mediano plazo.
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