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El garage que pone a punto los autos de lujo en Chile

Rolls Royce, Ferrari, Porsche, Lamborghini, Mercedes Benz. Todos juntos en un mismo lugar. Y no se trata del estacionamiento del Casino de Mónaco en pleno verano europeo. Sino de un taller mecánico chileno, ubicado en María Eugenia 3454, en la co muna de Recoleta.

Argomedo Performance nació a comienzos de la década del setenta. Todo producto del azar, cuando Alfredo Argomedo chocó su taxi y quedó sin trabajo. Busquilla, y como tenía conocimientos de mecánica -había aprendido a reparar motores en el campo-, decidió abrir su propio taller. Pero no cualquiera.

La diferencia estuvo en que se las ingenió para cambiar la tradicional palanca de cambios desde el manubrio al piso. "En esos años, muchos taxis norteamericanos traían la palanca en la columna de dirección y ese sistema empezó a fallar", recuerda Carlos Argomedo, hijo del fundador de la empresa. "Con eso mi padre hizo un montón de clientes", agrega.

Entre tanto cliente, hubo uno -el doctor Alfredo Lepe, recuerda Argomedo junior- que pidió instalar aire acondicionado, encendido electrónico y dirección hidráulica a su Chevy Nova del año 70. "Todos lujos para esos años", recuerda Carlos.

A partir de ahí, el negocio creció de boca en boca. Especializándose de forma natural en autos de lujo y también en modelos clásicos. Como el Ford T del año 28 de Ricardo Kobler, curador del museo de autos que posee Jesús Diez, dueño de Tur Bus.

Actualmente el garage atiende a cerca de 80 autos mensuales. De los cuales, 70% son de lujo.

Los trabajos van desde las típicas mantenciones hasta complicadas modificaciones a la carrocería. O incluso la reconstrucción a tamaño real de un auto de carrera. Como el Porsche Martini Racing que pidió Fabio Traverso para competir en el Club de Automóviles Sport Vitacura.

Hoy Argomedo cuenta con 15 trabajadores en instalaciones que alcanzan los 2 mil m2. Hay un showroom que también es salón de ventas y sala de reuniones. Ahí se reúnen, generalmente los sábados en la mañana, empresarios como Andrés Ergas, Sergio Melnick, Marcos Hites o el presidente de la Bolsa de Comercio, Pablo Irarrázaval, para conversar de autos, repuestos, carreras y futuras compras automovilísticas.

Carlos Argomedo cuenta que las ventas del taller han aumentado más de un 20% en lo que va del año frente a igual periodo de 2010, lo que se explica, dice, por las buenas ventas que ha tenido en el país la marca inglesa Aston Martin. "Una marca que llegó hace poco y que está vendiendo unas tres unidades semanales". Además, otras marcas de lujo como Mercedes, BMW, Ferrari, Porsche también han tenido un buen año, lo que luego se ve reflejado en el garage, destaca.

La compra y venta de lujo 

Leonardo Farkas le regaló un Bentley Intercontinental a su esposa. Ella le agradeció el gesto comprándole un Roll Royce Phantom Drophead Coupé. Ambas sorpresas eran conocidas de antemano por Carlos, quien fue el encargado de traer los autos a Chile.

La importación de autos de lujo es un negocio en que los Argomedo de a poco están entrando. "Traemos vehículos de lujo, siempre cuando ya tengamos el comprador. También hemos empezado a vender autos de lujo usados. Y aunque los márgenes son pocos, el negocio está en que somos los únicos que sabemos cómo arreglarlos. Así que tienen que venir a nuestro taller", explica Carlos.

Si bien Argomedo explica que las ganancias que obtiene en el taller no son todo lo elevadas como se puede imaginar -él habla de una facturación anual de US$700 mil- los precios que hay que pagar por repuestos para un auto de lujo, son elevados.

Un cambio de aceite para el Rolls Royce Phantom Drophead Coupé cuesta $200 mil. La mantención de los 10 mil  kilómetros para un Chevrolet Camaro tiene un valor de $180 mil. Precio que sube a $300 mil si el auto alcanza los 30 mil kilómetros. Los mismos $300 mil hay que pagar sólo por una ampolleta del Lamborghini Gallardo.

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