El gorila llamado León, de 15 años, viajará a Sudamérica para aparearse y comenzar a gestar la especie en el continente. Así, dejará su vida en las Islas Canarias y cruzará el océano hasta el zoo de Belo Horizonte, en Brasil. Allí formará una familia con las gorilas Imbi, que ya lo espera, y Lou-Lou, que será trasladada simultáneamente desde el zoo británico de Howletts. Sus descendientes serán los futuros reproductores de esta especie, en la región.

En la naturaleza, las familias de gorilas están formadas por un único macho adulto y varias hembras con las crías. Cuando los machos alcanzan la adolescencia abandonan el clan y forman grupos de solteros con otros desterrados, hasta que encuentran hembras para fundar sus propias familias. Generalmente, los gorilas jóvenes en cautiverio, que son expulsados del grupo familiar son un problema para el zoo, por lo que se los esconde en jaulas, separados del resto.

Para resolver el problema y reproducir lo más fielmente posible la vida social de esta especie, críticamente amenazada en su hábitat de África Central, en unos pocos zoos se crearon grupos de machos solteros como reserva genética. Cuando en otro zoológico se necesita un macho reproductor, la EEP, el Programa Europeo de Especies en Peligro, acude a estas reservas. En esta ocasión seleccionaron a León por sus características genéticas, físicas y psicológicas.

En los zoos europeos hay 429 gorilas (192 machos y 237 hembras), del millar que viven en cautividad en el mundo. La mayoría, salvo los más viejos (pueden vivir hasta 50 años con buenos cuidados), nacieron en cautiverio.Las poblaciones en África Central se reducen por la presión humana, la caza furtiva o las guerras, lo que hace muy difícil la defensa de esta especie, que, después de los chimpancés, es la más cercana al homo sapiens, con una diferencia en el ADN de sólo el 1,6%.