Héctor Humeres: "No se puede prohibir pactar jornadas a los trabajadores no sindicalizados, cuando son mayoría"

El abogado y asesor laboral de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Héctor Humeres, ha analizado con profundidad la reforma laboral. Dice que el proyecto ha inclinado la balanza hacia el sindicato. Además, critica cómo quedó presentada la adaptabilidad laboral, ya que no hace referencia a la posibilidad de negociar los pactos de jornadas cuando los no sindicalizados son un porcentaje mayor en la empresa.
¿El proyecto del Ejecutivo cumple con establecer equilibrio entre las partes negociadoras?
Es innegable que el proyecto de ley tiene un mayor empoderamiento de la parte sindical; no hay ninguna duda, al referirse a negociación colectiva, porque si uno ve el tema sindical como tal, en realidad no hay mayores cambios, pero en cuanto a la negociación colectiva misma, hay un reforzamiento y un empoderamiento de la parte sindical. Eso es indudable.
En ese contexto, ¿cree que esto viene a rigidizar más la ley laboral?
El procedimiento como tal creo que lo simplifica, aunque le pone mayor exigencia a la empresa. La gran y mediana empresa, por lo menos, deberá tener un flujo de información constante hacia el sindicato, cosa que antes no acontecía. Entonces, eso es una carga para el empleador.
¿Cómo ve el tema de la adaptabilidad y la posibilidad que se negocie entre sindicatos y empresas?
Creo que lo esencial es que esté en el marco de una negociación colectiva, pero perfectamente podría estar en casos excepcionales y además generarla quizás con gente que no está sindicalizada, si son mayoritarios. Por ejemplo, grupos coligados que hoy están quedando al margen. Creo que cuando en una empresa no hay un sindicato mayoritario, no pueden los trabajadores quedar excluídos de la opción de negociar con el empleador y pactar sus opciones de trabajo, si son mayoría. Dejarlos marginados, sin opción de establecer los pactos, es demasiado.
Pero esto considera una gradualidad, exigiendo en régimen una representatividad de 30% al sindicato.
El 65% (para el primer año, terminando el cuarto año en 30%) creo que es demasiado. Tú tienes que ir subiendo la exigencia, no puedes partir en una línea demasiado alta.
¿El 30% es aceptable?
Creo que en una primera etapa sí, y llegaría en la etapa final a un 50% más uno.
Este tema de la adaptabilidad laboral lo puso sobre la mesa la CPC, ¿no viene a equilibrar la balanza en favor del empresariado?
Creo que la CPC está de acuerdo en que haya adaptabilidad. Ella siempre lo ha planteado, pero el porcentaje de representatividad del sindicato que está señalado era en otro escenario, no en el que se está generando.
Pero fueron ellos los que firmaron un acuerdo con la CUT en 2012, para ampliar los temas de negociación, con un 65% de representatividad...
Es que la propuesta de ahora está acompañada de otros cambios, es distinto. En el anterior (acuerdo de voluntades), contaba la legislación de hoy. Y en cuanto a la adaptabilidad, naturalmente que siempre se ha procurado que sea así. Realmente la manera de flexibilizar o adaptar el mundo del trabajo mediante acuerdo entre empleador y trabajador en forma directa, es muy enriquecedora. Lo único que debe haber cuidado es que exista un adecuado grado de distorsión, o sea, a veces son sindicatos que tienen un porcentaje importante de trabajadores o le pedimos a un grupo coligado que tenga más de 50%. Me parece que ya la balanza está equilibrada y ambas partes puedan pactar normas que sean por la parte supra legal.
Usted menciona la palabra distorsión, ¿en qué sentido?
La distorsión la mencioné por el tema del Estado, que si el Estado interviene en forma parcializada hacia los trabajadores, eso va a distorsionar la negación colectiva, naturalmente.
En cuanto a los servicios mínimos, ¿espera mayor definición?
Claro, cómo es la fórmula, cómo se va a definir eso, porque si ahí hay desencuentro entre empleador y trabajador, se va a armar un lío que va a ser muy difícil de desenredar.
¿Cree que hay riesgo de conflicto previo a la negociación dada esta definición?
Obviamente. Y un punto importante que deben tomar en cuenta los trabajadores es que la ley contempla la negociación pacífica, por ende creo que estas tomas violentas que ha habido frente a una empresa, donde se agrede a la gente o las instalaciones, eso está totalmente vetado. No debería existir y es un punto que a los trabajadores les corresponde colaborar, porque está en manos de ellos.
¿Ve posibilidad de perfeccionar el proyecto?
Sí, creo que el Parlamento tiene un gran rol perfeccionador de este proyecto y espero que sea discutido con altura de miras y búsqueda de acuerdos.
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