IFRS y las Pymes en Chile: una compleja convergencia
Hace casi tres años y medio cambió la metodología y normativa para llevar a cabo la contabilidad en Chile, pasando desde el tradicional sistema de los Principios Contables Generalmente Aceptados (PCGA) al sistema de International Financial Reporting Standards (IFRS), también denominado NIF.
La idea matriz detrás de este cambio en el país tiene que ver con sumarse a la tendencia internacional de contar con un sistema de contabilidad que uniforma las prácticas en este campo y, de esta manera, poder comparar los informes financieros entre distintos países. Esto generó un no menor entusiasmo al facilitar que las empresas chilenas estuviesen más conectadas con los mercados de capitales internacionales en un idioma contable común, sin tener que transformar los estados financieros a otros formatos foráneos. Asimismo, la idea fundamental bajo el método IFRS de valorar los diversos componentes del balance a un “valor justo”, en contraposicion al “anticuado” valor libro también atrajo a muchos entusiastas adeptos.
Sin embargo, recientemente han aparecido críticas, como la del profesor de la PUC Julio Gálvez, en relación a que no son tan claros los beneficios de la norma IFRS sobre la calidad de la información contable financiera de las compañías chilenas y, por lo tanto, para el adecuado funcionamiento del mercado de capitales. El fuerte de su crítica apunta a que, con el cambio a IFRS, el país ha perdido en lo que a objetividad, transparencia, y calidad de la información se refiere. En este sentido, parece que los PCGA, incluyendo al denostado valor libro, no eran tan malos al fin y al cabo.
Por otro lado, nuestras pequeñas y medianas empresas (Pymes) deberán, de acuerdo a lo establecido por el Colegio de Contadores de Chile, aplicar obligatoriamente desde el 01 de enero de 2013 IFRS, lo cual implicará aumentar sus gastos operacionales debido a la necesidad de: capacitar a personas que se dedican a elaborar la información contable, contratar asesorías que las ayuden a implementar estas normas, y por ajustes en los sistemas contables de la empresa.
No hay que ser muy avezado para prever que la implementación del sistema IFRS se transformará en una labor compleja y llena en un comienzo de una “lluvia de dudas” por parte de las Pymes, sobre todo cuando está bastante claro que una de las grandes debilidades de este tipo de empresas está justamente relacionada con su gestión financiera, por lo que si queremos que este proceso no sea excesivamente traumático, debemos generar formas de apoyo a estas.
Estos apoyos podrían venir de incentivos por parte de entidades estatales como Corfo para las Pymes que se embarquen en un proceso de asesoría por parte de entidades calificadas en este campo, ya que para lo que es capacitación ya existe el mecanismo del Sence.
También el Colegio de Contadores tiene un rol que jugar en términos de generar tanto pautas que ayuden a la implementación de IFRS en Chile, como estándares para presentar los estados financieros para las Pymes.
En cualquier caso, está latente el tema de fondo respecto de las bondades del sistema IFRS como sustituto del sistema que antes prevalecía en Chile, lo cual no le hace ningún favor en lo que respecta a su aplicación en nuestras heterogéneas Pymes...
*El autor es economista PUC y MBA de Chicago. En Twitter: @rdarrigrandi
Lo Último
Lo más leído
1.
3.
4.
¿Vas a seguir leyendo a medias?
NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE