Martín Redrado tras elecciones en Argentina: "El BC está tratando de llegar con la lengua afuera y dejarle los costos al Gobierno que viene"

El escenario que se presenta para la segunda vuelta presidencial en Argentina está lleno de incertidumbre y desafíos. Para Martín Redrado, economista argentino y ex presidente del Banco Central, “es evidente que el 60% de la gente está buscando respuestas que el Gobierno no les ha dado, y sobre esta base deberá ser la estrategia de los candidatos para poder obtener el 50+1 de los votos”.
¿Qué efecto inmediato tiene en la confianza del país el hecho de que haya segunda vuelta?
Sin duda está mostrando signos muy vitales de la sociedad argentina que no se conforma con lo que el Gobierno le ha dado en los últimos años y, por lo tanto, la búsqueda de nuevas alternativas para resolver el problema. Ahí está la nueva expectativa de un país que no ha vivido una segunda vuelta en 30 años de democracia.
¿A qué se debe que hoy exista una segunda vuelta y no haya habido una antes?
Habría que decir que no había segunda vuelta desde hace 20 años, que rige la nueva constitución de 1994. De todas maneras, se debe a la falta de conformidad que hay hoy con las políticas oficiales que llevan a que el candidato oficialista no llegue al 40% de los votos.
La nueva estructura del Congreso y de los gobernadores, parece ser un golpe al oficialismo, lo que ya es un cambio significativo en la forma de gobernar el país...
Yo creo que hay algo muy importante: el poder queda más repartido en Argentina. En la elección del 2011 (Cristina Fernández) marcó un 54%, con una diferencia de casi 40 puntos sobre el segundo, eso dio pie a un Gobierno que en los últimos cuatro años tuvo muchos trazos de autoritarismo, sobre todo en una famosa frase de Cristina: “Vamos por todo”, que significa ir por la justicia, la toma del Banco Central en 2010, es decir, creer que no tenía límites legales. Por supuesto el Congreso se transformó simplemente en un sello de goma para los deseos del poder Ejecutivo, por lo que lo sucedido ahora genera un cambio en el proceso de toma de decisiones muy importante donde se van a necesitar consensos, diálogo, no creerse el dueño de la verdad absoluta.
La gran pregunta es: ¿hacia dónde se dirigirán los votos el 22 de noviembre?
Yo creo que todavía es prematuro, pero indudablemente en el voto de Sergio Massa (el candidato que obtuvo la tercera mayoría) hay un voto de disconformidad con el Gobierno evidente y lo que ha caracterizado la campaña de Massa es ser el candidato que más propuestas generó con enfoques que muestran que el votante de Massa no es un votante que pueda acompañar la continuidad. Obviamente los votos son de la gente no de los dirigentes, pero en el voto de Massa hay un voto de insatisfacción con el Gobierno, entonces eso le pone mucha presión al candidato oficialista para que pueda mostrar qué va a hacer distinto de lo que ya hemos visto en los últimos años.
¿Cuál va a ser la estrategia que elegirán los candidatos para atraer ese grupo de votantes?
Es evidente que el 60% de la gente está buscando respuestas que el Gobierno no le ha dado, y sobre esta base deberá ser la estrategia de los candidatos para poder obtener el 50%+1 de los votos. Entonces, los dos candidatos deben acentuar en la capacidad de dar respuestas concretas. ¿Qué es lo que hoy está pidiendo el ciudadano argentino? Que le resuelvan problemas de falta de empleo, de un salario que no alcanza para llegar a fin de mes, de la seguridad publica, de problemas de corrupción.
De cara al 22 de noviembre, ¿qué se espera que suceda en el país? ¿Grandes cambios?
No... bueno lo que hemos visto ahora es que el Banco Central ha decidido subir fuertemente las tasas de interés, de recortar los dólares que le está vendiendo a las empresas por importaciones, es decir, tratar de llegar aún con la lengua afuera al 10 de diciembre y dejarle los costos al Gobierno que viene.
La reacción inmediata de los mercados el día después de las elecciones fue positiva y se entiende como una posición favorable al cambio…
Así es, y yo haría una lectura de que la gente dijo ‘basta’ a lo mismo, basta al autoritarismo, basta a la prepotencia, basta a creerse dueño de la verdad, basta a llevarse todo por delante, basta al “Vamos por todo”. Ahora el tremendo desafío que tiene Scioli es el de demostrar que tiene la capacidad de cambiar, de independizarse del kirchnerismo, cosa que no ha podido mostrar en esta etapa hasta la elección general. Por su parte, Macri tiene que demostrar que tiene las medidas y los equipos para poder llevar adelante las soluciones que hoy la gente le está reclamando a un Gobierno que se ha quedado sin instrumentos.
¿Esa reacción positiva puede prolongarse independientemente de quien salga electo?
No, yo creo que la reacción positiva va a necesitar hechos concretos. No hay espacio para la intuición, ahora hay que ir a las cosas concretas de qué van a hacer los candidatos si son presidentes.
¿Es el fin de la era kirchnersita lo que tiene a los mercados reaccionando de forma positiva?
Yo estoy convencido de que ingresamos en una etapa post kirchnerista: ese es el título. Ahora hay que ponerle el contenido a esa etapa. ¿Cuán distinta va a ser esa etapa? Dependerá de los candidatos y de lo que la gente vote el 22 de noviembre.
¿Cuál sería el escenario en materia económica?
De ganar cualquiera de los dos el escenario es complicado. Creo que la principal deuda que nos dejan 12 años de kirchnerismo es que tenemos más de 12 millones de argentinos bajo la línea de pobreza, entonces es una lucha estructural que hay que llevar desde todos los ángulos y las vertientes de las políticas económicas y sociales. Sin duda el problema más urgente que va a tener el próximo Gobierno es el tema cambiario, lamentablemente la profecía se cumplió y este Gobierno deja al Banco Central sin reservas, y la prioridad va a ser recuperar un nivel de reservas que le permita tener predictibilidad de la política cambiaria, porque en eso se basan las inversiones y la posibilidad de crecimiento futuro que tenga Argentina.
¿Existe algún tipo de visión de cada uno de los candidato frente a cómo se puede cambiar ese escenario económico?
El caso de Macri ha sido más específico, con la eliminación de las retenciones a las importaciones agroindustriales sobre todo a las agropecuarias, donde hay mucha capacidad de respuesta; de tener un Banco Central independiente, devolverle la autonomía del 2010; de generar una agencia de estadísticas que sea confiable... pero bueno, no ha sido hasta ahora una campaña con mucho nivel de especificidad.
¿Puede que ese bajo nivel de especificidad en las campañas genere incertidumbre si ninguno cumple con las expectativas?
Quien no tome medidas en el corto plazo va a tener problemas. La realidad está golpeando a la puerta, como lo es la realidad cambaira. No hay espacio para demorar, y si se demora eso va a generar problemas en la popularidad y en el apoyo que pueda tener el próximo Gobierno.
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